Consiguiendo un anhelo de años, especialmente de sectores privados, el gobierno argentino consigue fusionar las marcas de Aerolíneas Argentinas y Austral en una sola empresa totalmente integrada. Hasta ayer 30 de noviembre, cuando Austral realiza su último vuelo como línea aérea, las dos compañías funcionan bajo un mismo grupo con estructuras separadas generando duplicidad interna y pérdidas de eficiencias.
La decisión de la empresa está respaldada por la administración de Alberto Fernández bajo el argumento de reducir costos ante la presión que impone la crisis del COVID-19 tanto para la línea aérea como para el Estado argentino. Considerando que la fusión es un objetivo perseguido por años, especialmente por las distintas gestiones privadas y semiprivadas, la materialización de la fusión es un logro político y un punto de inflexión, especialmente por la capacidad de convocatoria de reducir el conflicto y convocar a los distintos gremios aeronáuticos rivales que en periodos anteriores han impedido mayores integraciones y sinergias.
La fusión considera la absorción de la marca Austral por parte de Aerolíneas Argentinas, asumiendo todos los derechos y obligaciones. El proceso considera la eliminación de la marca. De esta manera, los Embraer E190 de Austral dejarán gradualmente de llevar la marca y serán pintados con el esquema corporativo de la empresa que la absorbe (Aerolíneas Argentinas). A partir de hoy, las dos empresas también tienen unificado su Certificado de Operador Aéreo y su identificador de llamado es “Argentina”.
El proceso de integración está estimado en un año considerando las ventajas existentes. Uno de los objetivos es lograr una mayor eficiencia operativa que debe contribuir en el ordenamiento de las finanzas y propiciar una base para funcionar en un esquema mucho más competitivo y desafiante. La compañía estima sinergias por US$100 millones.
Uno de los desafíos más importantes es la integración del personal de ambas compañías aéreas respetando los escalafones o seniorities de las tripulaciones y personal aeronáutico. Otro es el asunto gremial.
Respecto al primero, se avanza con un acuerdo permitiendo incorporar a los pilotos de Austral en los escalafones de Aerolíneas Argentinas. En relación con los gremios aeronáuticos, la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) alinean posiciones con la intención gubernamental, al igual que la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). La Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) que agrupa a los pilotos de Austral, muestra inicialmente distancia de la medida por considerar que amenaza su posición de poder, pero finalmente ceden y pasan a integrar las filas de APLA.
Como consecuencia, la integración de las dos empresas pone término a un gremio que nace hace 35 años cuando los pilotos de Aerolíneas Argentinas se oponen a la privatización de Austral y también a su funcionamiento bajo el mismo grupo. En las tres últimas décadas, las dos empresas se ven enfrentadas por tensiones entre ambos gremios afectando la confiabilidad y los servicios aéreos de cara al usuario.
Pese a las sinergias que se pueden conseguir, Aerolíneas Argentinas demanda la continuidad del rol del Estado como sostenedor de la empresa por ser su propietario, fiel al modelo argentino. Con pérdidas por US$680 millones en el último año en ejercicio, el CEO de la empresa Pablo Ceriani, plantea al momento de la fusión que el esfuerzo estatal y de la sociedad debe mantenerse para asegurar la continuidad de la empresa.
Austral Líneas Aéreas, es el nombre de fantasía de Cielos del Sur S.A. Se funda en 1957 con la creación de Austral Compañía Argentina de Transporte Aéreo Sociedad Anónima Comercial e Industrial (CATASACI). Es la única compañía aérea creada en esa época que logra perdurar hasta este año, terminada por la crisis del COVID-19.
Hasta 1990 se mantiene como empresa independiente. Ese año, Cielos del Sur e Iberia forman un consorcio para adjudicarse la privatización de Aerolíneas Argentinas. A partir de entonces, las políticas y estrategias de Austral están ligadas a la principal línea aérea trasandina, así como también los problemas y conflictos. Al estar en el mismo grupo, desde la década de 1990, las gestiones de Iberia, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), American Airlines y Grupo Marsans, buscan fusionar sin éxito ambas empresas
Sin conseguir una efectiva integración, Austral termina su existencia con sólo una estructura operativa, es decir aviones y personal técnico-aeronáutico (pilotos, tripulaciones y mantenimiento). Toda la estructura comercial, legal y direccional pertenece a Aerolíneas Argentinas, empresa que también paga los aviones utilizados.
Fotografía portada – Alfredo Vera