Con el término de la disputa electoral en los Estados Unidos que, a fecha de hoy, tiene a Joe Biden como Presidente electo, se espera un giro de 180º en el Medio Oriente con gestiones del Reino de Arabia Saudita y el propio Estados Unidos para finalizar el bloqueo colocado a Qatar desde 2017. También se trataría de una movida estratégica del príncipe heredero Mohammed bin Salman para acercarse a la nueva administración estadounidense.
De acuerdo con varios reportes desde Washington, la relación entre la familia real saudita y los Estados Unidos se fortalece mucho bajo el gobierno actual, especialmente luego de que el Presidente Donald Trump realiza una visita oficial a Riyadh. Sería ese el momento clave cuando se establece el nuevo plan para el Medio Oriente con el fin de aislar a Irán desde distintos frentes, como es el caso de Qatar por sus relaciones con el país persa. Las repercusiones de esa movida política se extienden hasta el día de hoy con los acuerdos de paz de los Emiratos Árabes Unidos y Bahrain con Israel.
La aviación también es parte de esa realidad. El más significativo y conocido es el bloqueo operacional a Qatar Airways por parte del Reino de Arabia Saudita, Bahrain, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, que tiene a la línea aérea en cuatro procesos de arbitrajes contra esos países, las nuevas rutas entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos que utilizan espacio aéreo saudita y la venta de cazas F-35.
La acción del gobierno de Trump también se manifiesta en temas diplomáticos, especialmente el apoyo entregado a la familia real de Riyadh durante la crisis generada por el asesinato del periodista Jamal Kashoggi en Turquía, a manos de servicios de inteligencia sauditas. Dicha acción es criticada por los demócratas ligados de Biden, quienes también levantan juicios por la ofensiva militar saudita en Yemen y la acción encubierta de activistas asociado a la casa saudita.
Medios internacionales también muestran que en los últimos días, la propia administración de Trump estaría cediendo en lo que respecta a la situación de Qatar. Si bien puede ser interpretado como un retroceso respecto a lo que se muestra en los últimos tres años, sería un movimiento estratégico para alinear fuerzas contra Irán y mantener los intereses de los Estados Unidos en la zona reforzando los logros alcanzados, especialmente con Israel.
“Es en interés de los Estados Unidos tener relaciones armoniosas dentro del Consejo de Cooperación del Golfo porque eso proporciona un importante contrapeso a Irán”, dice Robert O’Brien, asesor de seguridad de los Estados Unidos, en The Hill (16/11/2020), uno de los medios políticos estadounidenses más importantes. “Abriría la oportunidad de más acuerdos de paz con Israel y [crearía] una verdadera zona de oportunidades económicas en todo el Medio Oriente e incluso podría llevar eso a otras partes del mundo musulmán y árabe”. Sin embargo, otros medios muestran la preocupación en la Casa Blanca porque permitiría dejar abierta una ventana para Irán.
El Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés) es una unión de países del golfo Pérsico que incluye a los Reinos de Arabia Saudita, Bahrain, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán. Tras la visita de Trump a Riyadh, a mediados de 2017, se impone un bloqueo a Qatar por acusaciones de supuestos apoyos a grupos terroristas islamistas e Irán. También se incluye a Egipto, por su liderazgo político-cultural en el Medio Oriente, país que justifica la acción al mencionar los posibles vínculos de Qatar con los “Hermanos Musulmanes”, partido político bloqueado por años bajo el gobierno de Hosni Mubarak y derrotado tras la caída de Mohammed Mursi.
Tras iniciar el bloqueo, Kuwait y también Turquía intentar contener la crisis evitando una oleada superior de acciones que desencadenen respuestas mayores, tanto en términos diplomáticos como económicos en una zona dominada por una prolongada “guerra fría regional”. Omán también adopta una decisión similar. Por consiguiente, el bloqueo termina conformado por los cuatro países árabes.
Impacto aerocomercial en Qatar y en Qatar Airways
Desde un comienzo, Qatar niega las acusaciones y acusa una campaña de desprestigio en su contra. La negación de los vínculos con grupos extremistas y las consecuencias que implica el bloqueo también son reproducidas por el CEO de Qatar Airways. En cada una de sus intervenciones, Su Alteza Akbar Al Baker, resalta el impacto cada vez que habla de costos y pérdidas para su línea aérea.
Qatar Airways está solicitando US$5 mil millones en los arbitrajes contra Arabia Saudita, Bahrain, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos por el perjurio que el bloqueo impuesto hacia su país. Dicha demanda surge tras el veredicto de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que reconoce la jurisdicción de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) a favor de Qatar en el ejercicio soberano de su espacio aéreo. Si bien la decisión no revierte el bloqueo de los países árabes contra el emirato, se infiere que puede ser considerado una antesala para el fin bloqueo desde el punto de vista aeronáutico.
Dado que está rodeado por sus vecinos, Qatar, necesita de los espacios aéreos de Bahrain, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos para operar con normalidad y de manera eficiente. El bloqueo impuesto afecta directamente a las operaciones de Qatar Airways como de todas las aeronaves con registro en Qatar (A7-). También impide que las líneas aéreas de Arabia Saudita, Bahrain, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos operen en Qatar.
Como consecuencia de lo anterior, Air Arabia, Emirates, Etihad Airways, Egyptair, flydubai, Gulf Air, y Saudia, suspenden todas sus operaciones en Qatar, mientras a Qatar Airways se le impide el ingreso a Arabia Saudita, Bahrain, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia y Yemen, privándola de importantes mercados que le proporcionan tráfico a su hub en Doha. Por consiguiente, la acción política limita al centro de conexiones desde importantes mercados que permiten alimentar el resto de los destinos de la red quedando en desventaja competitiva frente al resto, entre ellos el tráfico hacia y desde el Reino de Arabia Saudita y Egipto, por mencionar algunos.
En junio de 2017 (cuando se aplica el cierre), Qatar Airways mantenía un destino en Bahrain (Manama), tres en Egipto (Alejandría, El Cairo y Luxor), cuatro en los Emiratos Árabes Unidos (Abu Dhabi, Dubái, Ras Al Khaimah y Sharjah) y diez en el Reino de Arabia Saudita (Abha, Damman, Gassim, Hofuf, Jeddah, Medina, Riyadh, Taif, Tabuk, Yanbu). Además estaba próxima abrir una filial en territorio saudita (Al Maha) que no llega a concretarse.
Con los espacios aéreos vecinos cerrados, todas las operaciones de vuelo deben extender sus rutas para poder salir o entrar a Qatar. Desde mediados de 2017, la mayoría de las rutas se extienden por el Norte a través de Irán o Iraq, o por el sur hacia Irán Omán y el Mar Arábigo. En ambas, se aumentan los costos y la duración de los vuelos.
Buscando la distención
En un rol estratégico, nuevamente los Estados Unidos están actuando como mediador en el conflicto. También se suma Kuwait para sentar las bases entre las negociaciones entre Arabia Saudita y Qatar.
En Doha, esperan unas condiciones previas para avanzar en las conversaciones de bilaterales, mismas que consideran como una medida de confianza. Una de las que buscarían sería el libre tránsito de qataríes hacia los países que conforman el bloqueo. De aceptar esas condiciones, se abre la posibilidad para que Qatar Airways reinicie los vuelos.
Entre los trascendidos, se menciona que Riyadh y Abu Dhabi habrían pedido 13 demandas a Doha que incluyen frenar las comunicaciones de la cadena Al Jazeera y una base militar de Turquía. Sin embargo, la mediación de Kuwait habría logrado detener ese petitorio.
En los Emiratos Árabes Unidos la posibilidad de levantar el bloqueo parece no ser una prioridad dado que representa una “amenaza a todo nivel” para sus intereses. Si se aplica para la aviación, por ejemplo, el eventual reinicio de operaciones de Qatar Airways hacia Arabia Saudita, Bahrain, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, complica a Emirates, Etihad, flydubai y Air Arabia. No obstante, de continuar las negociaciones podrían alinearse tras Arabia Saudita y los Estados Unidos.
Fotografía portada – Gobierno de Estados Unidos