En lo que se considera como un progreso para la iniciativa aeronáutica privada, en Chile se construye el primer jet experimental Sub Sonex en América Latina. El kit distribuido por la empresa estadounidense Sonex, fue construido y pintado en Valparaíso por un grupo de profesionales a cargo de Hernán Santibáñez, impulsor de la iniciativa, quien también es su piloto. La aeronave se encuentra actualmente a la espera de su certificación por parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) para poder operar en el país.
El Sub Sonex es un avión a reacción monoplaza con características acrobáticas que le permiten realizar maniobras básicas, calificadas como “suaves” con resistencia a las fuerzas G de +6 y -3, de esta manera no se lo somete a un “mayor a estrés estructural”. A diferencia de otros equipos desarrollados para la acrobacia este no tiene capacidad de vuelo invertido.
En aeronáutica, se define como aeronave experimental aquella que se fabrica y ensambla totalmente o en su mayor parte por una o varias personas. La finalidad de este tipo de equipos es para poner en práctica conocimientos aeronáuticos o fines recreativos.
La construcción del Sub Sonex se realiza en Rodelillo, Valparaíso. Chile es el primer país que construye este modelo a reacción en América Latina y el segundo a nivel mundial fuera de los Estados Unidos. Actualmente, la aeronave se encuentra en trámites para lograr una certificación inicial para luego comenzar los vuelos de prueba.
De acuerdo con la normativa chilena, la primera certificación es para cumplir con un riguroso periodo de pruebas de 40 horas bajo supervisión de DGAC. Para tal efecto, el operador presenta los planes de vuelo que se realizan en cada ensayo que por obligación deben ser locales. En el caso del Sub Sonex se realizarán entre los aeródromos de Rodelillo y Viña del Mar (Concón).
DGAC tiene la misión de fiscalizar todo el cumplimiento de los protocolos de seguridad durante la fase de pruebas. Una vez verificado cada aspecto y comportamiento de la aeronave, se procede a su certificación en la categoría experimental permitiendo su operación bajo esa categoría.
“Ha sido un proceso largo de estudio”, comenta Hernán Santibáñez. “Lo volaré con toda la literatura que existe en internet, he hablado con pilotos, con el propio Bob Carlton quien es el piloto de pruebas de la fábrica y que realiza las maniobras en los shows aéreos”.
Al comentar el proceso, cuenta que también ha ido hasta la fábrica, ubicada en Oshkosh, para tener toda la capacitación necesaria tanto para construir la aeronave como para su operación. Hasta el momento, la conclusión que tiene es que es un avión fácil de volar, según los comentarios de los pilotos en los Estados Unidos, especialmente si se está familiarizado con aeronaves experimentales.
“La experiencia personal en aviones RV es muy importante y tengo 700 horas en ese material, entre RV-7, RV-8, RV-14 y RV-10 y ahora el RV-12 del Club Aéreo de Valparaíso. Así que bajo esa característica no debería tener ningún problema de controlar el avión”, expone Hernán Santibáñez quien también se ha desempeñado como presidente del Club Aéreo de Valparaíso-Viña del Mar
Detallando a Aero-Naves más información sobre su primer vuelo, el piloto chileno dice que las primeras acciones en el aire con el avión serán para ver la maniobrabilidad. Se decide por tener como primer destino Viña del Mar (SCVM) por las características de la pista. Una vez que esté más familiarizado y seguro de las prestaciones considera otros aeródromos.
“En una primera etapa, voy a despegar de Rodelillo. Seguramente, el primer aterrizaje sea en Viña del Mar para ver la maniobrabilidad y tener pista suficiente con un margen de seguridad. Una vez que esté cómodo, iré a Rodelillo. Ese es el plan”, agrega.
La característica más llamativa del modelo Sub Sonex es el motor TJ-100 de 250 libras (113 kilos) de empuje construida por la empresa checa PBS Velká Bítes. El motor está instalado tras la cabina del piloto. Para poder dar un despeje limpio a la turbina, el avión tiene una cola en “Y”, que difiere de las conocidas colas en “V” presente en modelos de aviones como el Beechcraft 35 “Bonanza”. Posee un timón pequeño bajo el rudder que permite al avión evitar el efecto “YAW” que mueve la nariz hacia los lados cuando un avión cola en “V” alcanza cierta velocidad.
Entre las prestaciones del avión, destacan una velocidad crucero de aproximadamente 200 nudos, con una velocidad de nunca exceder de 250 nudos con dos horas de autonomía de vuelo. Despega aproximadamente en 400 metros de pista y necesita 75 nudos para iniciar la rotación. Como límite, tiene su velocidad mínima antes de caer en pérdida (stall) en cerca de 50 nudos, por lo que sus aproximaciones deben considerar una velocidad algo superior en caso de frustrar el aterrizaje. Esto dado que al momento de poner potencia, el avión tiende a bajar la nariz por la ubicación de la turbina que genera un “efecto péndulo”.
A fecha de hoy, Santibáñez dice que el avión está óptimo para volar. Espera solamente los permisos de DGAC una vez finalizada la revisión de las características de la aeronave. Considera que “prontamente” podrá estar en el aire.
Fotografías artículo - Hernán Santibáñez