China a la Luna: la última misión estratégica del gigante asiático

En un claro posicionamiento geopolítico y aeroespacial internacional, China consigue un nuevo progreso con el lanzamiento exitoso de la sonda espacial Chang’e 5, por parte de la Administración Espacial Nacional China (CNSA, por sus siglas en inglés). Se trata de la primera expedición de ese país a la Luna después de cuatro décadas. Sin utilizar tripulación, la misión va en busca de fragmentos lunares para su posterior estudio en lo que respecta a origen y evolución del satélite natural.

Utilizando una sonda y el cohete Long March 5, la misión despega desde el centro de lanzamiento espacial en Wengchang, provincia de Hainan. Con un desarrollo sin novedad hasta la fecha, supone una de las tareas más complicadas y desafiantes para el gigante asiático, lo que incluye el retorno con dos kilos de restos lunares.

Chang’e 5 llega hoy a la Luna. El lugar seleccionado es Mons Rümker en Oceanus Procellarum, situada en la región noroeste de la cara visible del satélite natural. La sonda está conformada por varios módulos que son indispensables en cada etapa de la misión.

Para el aterrizaje y la toma de muestras, la sonda utiliza el “aterrizador” cuyo diseño especial permite recoger las muestras a una profundidad de dos metros. Este equipo cuenta con una cámara para asegurar la pose, otra cámara panorámica, un espectrómetro para medir la composición del mineral sustraído, un instrumento para analizar los gases del suelo, un detector térmico y un georadar. Otros implementos son un brazo robótico, un martillo rotativo, una pala para muestreo y tubos de separación.

Al momento de retornar, se utiliza un vehículo de ascenso que permite que la sonda se encuentre y acople de manera automática con un “orbitador”. Este último módulo tiene la tarea de transferir las muestras a la cápsula que regresa a la Tierra.

China espera que las rocas arriben al planeta el 15 de diciembre del 2020. La Agencia Espacial Europea (ESA) colaborará con el rastreo de la misión desde la estación de seguimiento Masapalomas en Gran Canaria, misma que es operada por el Instituto Nacional de Técnica Aerospacial (INTA).

Chang’e 5 es la última misión que pone término al ambicioso programa de exploración espacial China hacia la Luna aprobado en 2004. Con misiones anteriores, el gigante asiático demuestra sus capacidades y competitividad al aterrizar por primera vez en la Luna, con la misión Chang’e 4.

China también registra progresos al aterrizar en el lado oscuro de Luna, siendo este uno de los hitos más importantes y desafiantes dentro de su carrera espacial. Con este programa, casi completo, se espera que China culmine con una Estación Internacional de Investigación Lunar. En última instancia considera una colonización humana para la década del 2030.

De resultar exitosa esta última misión, China se posiciona como el tercer país a nivel mundial en sustraer compuestos lunares al planeta tierra, después de los Estados Unidos y Rusia (ex Unión Soviética). En 1969, la misión Apolo 11 trae los primeros restos lunares. En 1976, en directa competencia y desafío geopolítico mundial propio de la Guerra Fría, la Unión Soviética hace lo mismo en la misión Luna 24.

Fotografía portada - Administración Espacial Nacional China

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