Chile abre fronteras con menor conectividad aérea, protocolos confusos y limitantes

Después de ocho meses completos, Chile finalmente abre parcialmente sus fronteras. Presionado por distintos frentes a nivel interno como externo, el Gobierno de Chile accede a levantar la restricción que rige desde el 18 de marzo, para permitir el ingreso de las personas independiente de su nacionalidad o país de procedencia. De acuerdo con lo dispuesto por la autoridad, inicialmente el ingreso al país se realiza por vía aérea a través del aeropuerto de Santiago con una oferta muy limitada en comparación al periodo antes de la pandemia.

La apertura de fronteras consta en la publicación del Diario Oficial Nº42.803 del 12 de noviembre que en el inciso cuarto del artículo primero del Decreto Supremo Nº102 se habilita al aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago como tránsito para personas desde el extranjero a contar de las 00:00 horas del 23 de noviembre. La medida es altamente esperada por la industria aérea y del turismo porque permite comenzar una restauración efectiva de los servicios, al reducir la incertidumbre para posteriormente avanzar hacia una recuperación, además de sectores económicos y familias separadas por la medida unilateral.

La apertura de fronteras de Chile llega significativamente tarde, especialmente para un país caracterizado por su imagen liberal que por décadas lo colocan como líder en regional e incluso mundial. Más que tener una razón sanitaria, la apertura tiene un carácter político, especialmente desde que las propias autoridades de Gobierno flexibilizan cualquier medida de confinamiento para la celebración del plebiscito en octubre, independiente de la situación de contagios en el país. Precisamente, se puede considerar ese hecho como un punto de inflexión que hacen insostenible la restricción, al menos desde el punto de vista sanitario.

Chile es uno de los últimos países de América Latina y el Caribe que abre sus fronteras. Lo hace después de Ecuador, Brasil, Bolivia, Colombia, el Perú, Panamá, Paraguay, entre otros. Incluso, después de que en octubre Argentina decide anticipar la apertura de sus fronteras a los países limítrofes para impulsar su industria turística. En el contexto latinoamericano, Chile figura hasta noviembre junto a Uruguay y Venezuela como los únicos países que mantienen sus fronteras cerradas.

Si bien la apertura de fronteras es parcial, favorece el retorno de la mayoría de las líneas aéreas. Actualmente, de las 23 líneas aéreas que operan en Chile hasta marzo, sólo 14 reanudan o tienen confirmados sus servicios con frecuencias muy reducidas en comparación con los niveles de 2019. La habilitación de otros puntos de ingreso al país como los aeropuertos de Antofagasta, Iquique, Punta Arenas, entre otros, siguen cerrados hasta nuevo aviso.

A fecha de hoy, las compañías que operan en Chile son Aerolíneas Argentinas, Aerovías DAP, Air France, Amaszonas, American Airlines, British Airways, Copa Airlines, Iberia, JetSMART, KLM, LATAM, SKY y United. Para mediados de diciembre está previsto el regreso de Level y un aumento de operaciones por parte de Air France, British Airways e Iberia.

Por las restricciones impuestas por el Gobierno, la conectividad aérea está comprometida cuyas implicancias no sólo afectan la disponibilidad de viajar sino que también están complicando al propio Estado, por representar afecciones considerables a los aeropuertos, especialmente a aquellos que están concesionados. El caso del aeropuerto de Santiago es el más significativo, por tener una fuerte dependencia del tráfico internacional.

Si bien la programación de los itinerarios está altamente volátil, la reducción de los servicios aéreos es muy significativa. En rutas internacionales, en las operaciones dentro de América de las 457 frecuencias semanales desde Santiago, apenas existirán más de 50. De las 45 frecuencias semanales hacia y desde Europa, sólo están disponible 18, considerando los incrementos previstos para diciembre. Hacia el Medio Oriente (Dubái y Tel Aviv), así como Oceanía no hay conectividad. Cabe recordar que Emirates se retira del mercado aéreo chileno en sus servicios de pasajeros y Qantas no considera retomar la ruta, al menos hasta después de 2021. Por su parte LATAM, no tiene planes de retomar vuelos a Australia y Tel Aviv en el corto plazo.

Fotografía - Ricardo J. Delpiano

Protocolos confusos, sin diferencias con otros países y limitantes

El 22 de septiembre en un programa de Tele13 Radio, Lucas Palacios, el ministro de Economía, Turismo y Fomento, señala que el Gobierno de Chile “está evaluando que se han aplicado en Europa, Estados Unidos y otros países de tal manera que nosotros podamos anticiparnos también de cara hacia el futuro”. A dos meses de esa declaración, las medidas sanitarias anuncias no representan ninguna novedad respecto a otros países, ni menos anticipación alguna. Incluso, los protocolos contemplados difieren de lo indicado inicialmente por la autoridad sanitaria.

De acuerdo con la última información oficial del Gobierno de Chile, existen protocolos diferidos para chilenos o extranjeros residentes que regresan al país y para los extranjeros que ingresan por motivos de visita temporal. La principal diferencia está en las alternativas para realizar el examen PCR.

Los ciudadanos chilenos o extranjeros residentes pueden presentar un PCR negativo para COVID-19 con un máximo 72 horas antes de llegar al país o bien realizar dicho examen a su ingreso, pero guardando cuarentena hasta conocer el resultado. En caso de no disponer uno o no querer realizarlo deberán realizar una cuarentena. Además, deben completar el pasaporte sanitario que se obtiene en el sitio web www.c19.cl y el formulario de seguimiento por 14 días que se entrega en el avión o en el aeropuerto.

Los extranjeros sólo tienen la opción de presentar PCR negativo con 72 horas antes de llegar a Chile, completar la declaración del pasaporte sanitario y formulario de seguimiento por 14 días. Además, se agrega un seguro de salud por una cobertura mínima de US$30.000 por prestaciones médicas que inicialmente no es mencionado por el Ministerio de Salud. El seguro debe cubrir prestaciones asociadas al COVID-19 durante la estadía en el país.

No hay mención alguna a la aplicación de monitoreo de salud anunciada por la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza. Además, entre el 23 de noviembre y 07 de diciembre se agrega una cuarentena obligatoria por 14 días para quienes provengan de países con circulación comunitaria (Europa, por ejemplo). La medida es considerada una limitante significativa que impactará directamente en el flujo de viajeros, afectando directamente al turismo.

El 05 de noviembre, el Ministerio de Salud se compromete a dar a conocer los protocolos el día 09 de ese mes. Sin embargo, llegada esa fecha no los presenta en los anuncios oficiales. Ante las críticas, la subsecretaria Daza sólo efectúa un anuncio rápido el 10 de noviembre a través de un medio de prensa (La Tercera 10/11/2020). La falta de entrega de la información en la fecha anunciada es interpretada como un incumplimiento por parte de la propia autoridad con los compromisos que asume, mientras que las diferencias entre lo inicialmente comunicado y lo aplicado muestran desprolijidad.

Las diferencias en los protocolos inicialmente informados y los oficializados crean confusión en las personas, incrementando la incertidumbre por la falta de claridad. En ese sentido, afectan la credibilidad de la autoridad. En algunos casos, también son contraproducentes y condicionantes, especialmente en lo que respecta al ingreso por motivos turísticos.

La exigencia de una cuarentena obligatoria adicional al examen PCR para quienes lleguen a Chile es contraproducente y no tiene ningún sentido, especialmente cuando la misma autoridad valida dicha prueba para algunas personas, pero no para otras. En ese sentido, se entiende como un hecho de abierta discriminación, además de ser un desincentivo para cualquier tipo de viaje.

Según la encuesta de pasajeros de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), un 83% de los pasajeros no considera viajar a un destino donde existen cuarentenas. Aunque está temporalmente definida la medida impuesta por el Gobierno de Chile perjudica al tráfico corporativo y de turismo, especialmente de países de Europa y ante la proximidad de fechas claves como la del eclipse (14 de diciembre) y fiestas de fin de año.

En los viajes a Chile también están condicionados en los traslados internos. Además de los protocolos de ingreso al país, los viajeros deben ajustar sus traslados sólo a aquellas comunas del país se que se encuentren en Fase 3 o superior, es decir, que permiten traslados interregionales y realización de actividades. Si el pasajero tiene como destino un punto más allá de Santiago, su traslado al punto final de viaje se debe realizar dentro de las 24 horas a partir de su ingreso al país.

Infografía Aero-Naves - Con información de Ministerio de Salud

Fotografía portada - Simón Blaise

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