Con el objetivo de acercar la aviación corporativa a los usuarios, pero sin perder el core business de su negocio, Aerocardal cierra uno de los acuerdos más significativos en sus últimos años: una alianza con la brasilera Flapper. Mediante un esquema de cooperación ambos operadores proyectan una operación conjunta orientada a posicionarlos como líderes en la región.
La alianza no considera traspaso ni compra de propiedad en ninguna de las empresas. Como ocurre en las líneas aéreas, es un acuerdo entre dos partes que unen esfuerzos en un objetivo común a través de la generación de sinergias en mutuo beneficio. En este caso, es disponer de los aviones al servicio de la comunidad en el momento y lugar que el usuario lo solicite.
A Flapper, le dicen el “Uber” de los aviones. Fundada en 2016 en Brasil, mensualmente realiza alrededor de 150 operaciones cifra que podría considerarse un éxito tomando en cuenta su ingreso reciente en la industria y las características del mercado sudamericano.
En sus anuncios, señala que es la aplicación número 1 de la aviación privada en América Latina. Mediante una aplicación, permite cotizar, reservar aviones según las necesidades del o los usuarios. Para ello, trabaja con un amplio inventario patentado de aeronaves, aeropuertos, helipuertos, con los cuales ofrecer al pasajero la mejor oferta disponible al lugar donde se encuentre.
Al igual que Uber, ninguno de los equipos es propio. Simplemente, trabaja con distintas empresas para proveer el servicio. En ese sentido, es un intermediario que aporta a una mayor optimización de la flota. Con un modelo flexible basado en la contratación de servicios a terceros, Flapper también desarrolla una oferta a requerimiento en el transporte de carga aérea entre China y Brasil, por motivos de asociados a la demanda de insumos médicos como consecuencia de la pandemia del COVID-19.
Según informa Diario Financiero (13/11/2020), Aerocardal considera desarrollar una línea de negocios similar, aprovechando su capacidad operativa, de infraestructura y también su trayectoria como FBO. Con una alianza con Flapper, pone a disposición todos sus recursos en la generación de una oferta de alto nivel desde el cono sur como cualquier punto de Sudamérica.
Precisamente, ese es uno de los atractivos de la alianza, ya que permite abrirse a nuevos mercados como el Perú, Colombia y también Brasil, de una manera más dinámica. En paralelo, representa oportunidades para generar nuevos ingresos que aporten a la sostenibilidad del negocio. Según las cifras dadas a conocer en la publicación, el potencial del negocio estima ingresos por US$2.000 millones.
Aerocardal es el FBO más antiguo de Chile. Posee una flota conformada por 17 aeronaves entre los que destacan los Dornier Do-228, Gulfstream G150 y G280, Pilatus PC12. Su infraestructura es la más amplia de un terminal privado con un completo edificio de pasajeros que incluye zonas de facturación, control de seguridad y migraciones, aduana, salas de espera, de reuniones, salones VIP, además de múltiples hangares y una plataforma ampliada de estacionamiento de aeronaves de hasta 150 toneladas como Boeing 767 o incluso McDonnell Douglas DC-10. Producto de la calidad de sus servicios, el FBO forma parte de la alianza global Air Elite, la más importante en su tipo que ofrece un estándar para todos los miembros.
Flapper es para la compañía aérea chilena un mecanismo de democratizar la exclusividad de los aviones ejecutivos. Una idea que es algo compleja de entender considerando los valores asociados, pero si se considera la finalidad de las operaciones y la cantidad de pasajeros puede resultar hasta conveniente si se lo compara con una oferta en Business Class de cualquier línea aérea. Apelar a la inmediatez y la amplia disponibilidad es una forma de acercar los viajes aéreos sin tener que depender de la exclusividad de un operador que puede encarecer los costos. Como la aplicación busca la aeronave disponible más cercana según el requerimiento, se puede conseguir eficiencias en precios, disponibilidad y tiempo.
Tomando en cuenta las tendencias de la industria de la aviación corporativa y las reducciones de capacidad existentes, el momento para presentar la asociación entre la firma chilena y la brasilera es apropiado. De resultar, puede ser un impulso para una mayor reactivación del sector.
Fotografía portada – Simón Blaise