FAA certifica al B737 MAX y abre camino para la reactivación de los vuelos comerciales

Después de 20 meses de paralización, la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) entrega la certificación al Boeing 737 MAX después de constatar la seguridad de los cambios aplicados por Boeing a la aeronave. Si bien en teoría la nueva certificación habilita los vuelos comerciales, en la práctica sólo abre camino para que el resto de las autoridades aeronáuticas que participan en la Junta de Evaluación de Operaciones Conjuntas (JOEB) certifiquen la aeronave y los operadores efectúen las modificaciones aprobadas.

Se trata de una decisión altamente esperada por la industria, especialmente tras las declaraciones de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y la propia FAA que, en semanas previas, declaran su conformidad con el trabajo realizado y la seguridad de la aeronave. En primera instancia Boeing es en primer término, el más favorecido con la disposición, ya que le permite volver a disponer comercialmente de un avión para satisfacer la demanda en rutas medias. No obstante, el desafío más inmediato es concretar las entregas en un escenario marcado por las reducciones de capacidad como consecuencia de la drástica caída de la demanda en la industria aérea.

Como se menciona, el B737 MAX debe ser certificado por las distintas autoridades aeronáuticas comenzando por las de Australia (CASA), Brasil (ANAC), Canadá (TCCA), China (CAAC), Emiratos Árabes Unidos (GCAA), Indonesia (DGBA), Japón (JCAB), Singapur (CAAS) y la Unión Europea (EASA), todas miembros de JOEB. De ahí, los operadores deben realizar los cambios correspondientes, las actualizaciones de software y la capacitación correspondiente a las tripulaciones.

Las investigaciones de los accidentes de Lion Air JT610 de octubre 2018 y Ethiopian Airlines ET302 de marzo 2019 determinan que los problemas del B737 MAX derivan del Sistema de Aumento de las Características de Maniobra (MCAS). Este equipamiento se instala para compensar la posición y mayor tamaño de los motores LEAP 1-B y el nuevo diseño de alas que modifica el comportamiento aerodinámico de la aeronave para garantizar las prestaciones del avión.

La información del MCAS no es incluida en los manuales de operación del B737 MAX y la transición de las tripulaciones de la versión inmediatamente anterior (familia B737 Next Generation) queda reducida a cursos y comprobaciones de vuelo menores en lugar de un entrenamiento adecuado.

En las investigaciones se concluye que el MCAS sólo toma datos del sensor del ángulo de ataque del lado del capitán (lado izquierdo) y su intervención en la operación es de carácter invasivo a la labor de la tripulación. Para atender este desafío, los pilotos deben contar con la instrucción y preparación adecuada que, al momento de los accidentes, no existía.

Por lo anterior, el factor de capacitación y entrenamiento es clave en el retorno comercial del B737 MAX. Para las líneas aéreas, esta etapa significa un gasto adicional que si bien probablemente está contemplado en un escenario normal, hoy puede estar sujeto a evaluación dado que no hay una prioridad para un incremento de capacidad en las condiciones actuales. En ese sentido, la demanda y los gastos en entrenamiento podrían condicionar el retorno inmediato de los más de 300 aviones detenidos desde marzo 2019 y de los otros 450 aparatos estacionados en las instalaciones de Boeing.

Fotografía – Luis Colima

Las líneas aéreas estadounidenses como American Airlines, Alaska Airlines, Southwest y United que operan los modelos B737 MAX 8 y MAX 9, respectivamente, serán las primeras en beneficiarse con la certificación de FAA. De acuerdo con la última información disponibles, la mayoría podría ver una activación comercial del avión en el transcurso del primer semestre 2021. Boeing también está habilitada para empezar las entregas.

“Nunca nos olvidaremos de las vidas que se perdieron en los dos trágicos accidentes que llevaron a la decisión de suspender las operaciones”, expresa David Calhoun, CEO de Boeing. “Esos acontecimientos y las lecciones que hemos aprendido a partir de ellos han dado un nuevo perfil a nuestra empresa y nos han llevado a centrar más nuestra atención en nuestros valores fundamentales de seguridad, calidad e integridad”.

Durante los 20 meses de paralización, Boeing destaca el trabajo en estrecha colaboración con las compañías aéreas, al proporcionarles información detallada del proceso y recomendaciones. En retroalimentación, también destaca la recepción de aportes para ser tomadas en cuenta en las acciones que permiten el retorno seguro de las aeronaves a las operaciones comerciales.

En términos generales, la directiva de aeronavegabilidad emitida por FAA constan los requisitos que se deben cumplir para que las compañías aéreas puedan reanudar el servicio. Entre los mencionados están: la mejora del software en el MCAS, concluir las modificaciones de separación de cables, llevar a cabo la capacitación y entrenamiento de las tripulaciones de vuelo; y realizar una minuciosa labor de reacondicionamiento para garantizar que las aeronaves estén listas para volver a operar. Las intervenciones de otras autoridades aeronáuticas podrían colocar exigencias adicionales a los operadores en otros países.

“La directiva de la FAA constituye un hito de suma importancia”, agrega Stan Deal, presidente y CEO de Boeing Commercial Airplanes. “Seguiremos trabajando con entes y agencias reguladoras a nivel internacional y con nuestros clientes para que nuestras aeronaves vuelvan a operar en todo el mundo”.

Además de las modificaciones implantadas en las aeronaves y en la capacitación de los pilotos, Boeing destaca el establecimiento de tres medidas importantes para fortalecer el enfoque en seguridad y calidad. Entre estas están: una alineación organización con más de 50.000 ingenieros reunidos en una nueva área de Seguridad de Productos y Servicios, unificando las responsabilidades por la seguridad de toda la compañía; cambios en la cultura corporativa en la que los ingenieros tienen más prerrogativas para mejorar la seguridad y la calidad; y mejoramiento en los procesos para alcanzar niveles superiores de calidad desde el primer momento.

Fotografía portada – Boeing

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