Con la esperanza de retomar el principio fundacional de “vencer la tiranía de la distancia”, como la propia compañía denomina a la variable geográfica que impulsa su creación y desarrollo, Qantas celebra hoy sus 100 años. Afectada por la pandemia y las restricciones impuestas por los Gobiernos en todo el mundo, sin duda no es la manera como la línea aérea hubiese querido dar curso a las festividades, especialmente en un año que iba marcar no sólo su centenario sino que también un nuevo punto de inflexión en lo que ha conectividad se refiere.
Queensland and Northern Territory Aerial Services (Qantas) es el nombre que dan Hudson Fysh y Paul McGinness, miembros de la Australian Flying Corps, que junto a un ganadero local, Fergus McMaster, fundan lo que sería una línea aérea nacional capaz de conecta a Australia con el mundo. Como toda empresa aérea, el objetivo de esos años es sencillo: la conectividad. Con una visión de futuro, consideran que la aviación es la herramienta del futuro no sólo para unir a las personas dentro del territorio, sino para conectar con otros lugares y ser motor de la economía de un naciente país.
Como muchas compañías que se crean por esos años, el correo prácticamente constituye el único pasaje a bordo, acercando las difíciles comunicaciones de esos años, en un territorio marcado por la distancia. Posteriormente, en la década de 1930 llegan los primeros pasajeros y hacia fin de esa década, los servicios internacionales cuando desde Rose Bay en Sydney salen en 1938 los Empire Flying Boats rumbo a Singapur.
Desde esos momentos, la historia de línea aérea australiana es progreso. Con la intención de superar la permanente barrera geográfica, esa idea se refleja quizás en la incorporación permanente de los aviones con capacidad para volar largas distancias como Lockheed Constellation, luego los Boeing 707 y en la década de 1980 ser la primera línea aérea en tener una flota conformada por sólo B747. Un aspecto que, por cierto, continúa hasta nuestros días con los B787-9 con los vuelos de ultra larga distancia a Europa, los Estados Unidos y Sudamérica que, pese a estar suspendidos, esperan retomar en un futuro próximo para volver a conectar a Australia con cada extremo del mundo.
Un aspecto casual marca los 100 años de Qantas. Su fundación se da en un escenario de completa incertidumbre mundial. Dos años antes, finaliza la Gran Guerra en Europa y el planeta comenzaba a superar su última pandemia, la influenza española. Prácticamente sin compañías aéreas como las conocemos actualmente, la aviación de esos años es una aventura que sólo los estrategas militares se atreven a abordar.
Por lo mismo, no es coincidencia que los patrocinadores de la naciente Qantas recibieran donaciones para su emprendimiento aéreo de carácter privado y no inversiones, por las pocas posibilidades de triunfo que existían. Sólo la esperanza de los exitosos primeros vuelos en otras latitudes alienta el espíritu de conseguir “la conquista aérea” al sur del mundo. Hacia 1947, la importancia estratégica impulsa al entonces gobierno a un cambio de propiedad al Estado, para volver a ser privatizada hacia 1990.
Al conmemorar los 100 años, en Qantas vuelven a la realidad de esos primeros años para prácticamente volver a empezar. “La historia de Qantas muestra que no es ajena a un desafío o una crisis. Es entonces, cuando su papel como transportista nacional pasa a primer plano”, comenta Richard Goyder, presidente de la línea aérea australiana.
Resaltando el espíritu de resiliencia que debe marcar bajo el sombrío escenario actual, Alan Joyce, CEO de Qantas, muestra la constante superación frente a la adversidad. Menciona los largos vuelos sobre aguas hostiles para mantener la conectividad internacional en la década de 1930 después de la caída de Singapur y la recuperación después del ciclón Tracy que en 1974 devasta Darwin y marca la capacidad logística y humanitaria de la empresa al establecer un récord de personas rescatadas al embarcar en un 747 a 674 personas en una evacuación.
“Volar para ayudar a los australianos en problemas es una parte fundamental de nuestra identidad como línea aérea nacional. Sólo este año, operamos más de 100 vuelos de repatriación para que el Gobierno federal lleve a la gente a su casa desde los puntos críticos de COVID-19. Todo realizado por tripulaciones que se ofrecieron como voluntarios”, indica.
Actualmente, las fronteras son el principal desafío por superar. Con un país cerrado hasta fin de año, la compañía espera retomar sus operaciones internacionales en 2021, incluyendo el trabajo pendiente de desarrollar operaciones de ultra larga distancia desde la costa este australiana hasta Nueva York y Londres, vuelos que son “el último desafío de la aviación mundial”.
“La distancia siempre ha definido a Australia, entre nuestras ciudades, las localidades regionales y el resto del mundo”, puntualiza Joyce. “Ahora que Australia se abre, estamos listos para volar de nuevo”.
Fotografía portada - Qantas