A horas de efectuarse la misión “Crew-1”, trasciende una reciente entrevista a Jim Bridenstone, director de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), respecto a la preocupación por el futuro de la Estación Espacial Internacional.
Según publica Space Flight Now, la agencia estadounidense estaría inquieta por el futuro más
inmediato de la estructura espacial, ya que pese a que continuaría operando en los próximos
años, lo haría sin el apoyo del Gobierno. La razón responde a que el Congreso de los Estados
Unidos no estaría interesado en proporcionar los fondos necesarios a NASA para impulsar
nuevos desarrollos comerciales en la órbita terrestre baja.
Pese a dicha realidad, trasciende una preocupación que emerge como “más importante”: una empresa privada estaría fabricando una nueva estación de reemplazo de la ISS que no estaría lista a tiempo. Esto generaría una brecha en las misiones espaciales que quieren a toda costa evitar, especialmente ahora, que se retoman el intercambio de tripulaciones de carácter regular.
“En ninguna circunstancia deberíamos tener una brecha en la órbita terrestre baja”, sentencia
Brindenstone. “Al igual que después de que termina Apolo, tuvimos una brecha de ocho años
antes del transbordador espacial. Al igual que después de que terminó el transbordador,
tuvimos una brecha de nueve años antes de hacer la tripulación comercial”.
El director de NASA reitera que por ello es esencial el apoyo del Gobierno. Si bien la agencia
espacial concentra sus fondos en llevar al humano nuevamente a la Luna y las futuras misiones a Marte, quieren seguir enviando experimentos y tripulaciones a la órbita terrestre baja. A pesar de peticiones hechos cada año, el Congreso no financia. Incluso el Gobierno prefiere arrendar alojamiento en un puesto comercial en órbita que poseer y operar una estación espacial propia.
Actualmente, el operativo comercial de transporte de carga y tripulaciones hacia la ISS estaría
a cargo del área privada. SpaceX encabeza esta carrera con los vuelos de rotación de tripulaciones hacia la estación con la cápsula “Crew Dragon”. En paralelo, se encuentra Boeing con su cápsula “Starliner”, pero una serie de retrasos podría demorar su puesta en operación al año siguiente, siendo la segunda nave en operar hacia la ISS.
Por el momento, Congreso se ha comprometido con NASA para continuar con las operaciones del ISS hasta al menos el 2024. Algunos legisladores proponen una extensión hasta 2028 ó 2030.
Bridenstone confía en que se aprobará un proyecto de ley que permita el financiamiento al
programa ISS un par de años más de lo previsto. Al otro lado del Atlántico, el director de la
agencia espacial rusa expone que su país se encuentra abierto a cualquier propuesta para
extender la vida útil de la estación espacial.
Con el Congreso no muy interesado en el financiamiento, se abre la incertidumbre del futuro de la presencia humana en órbita. Dicho escenario podría ser considerado un revés en una
carrera espacial que empieza hace 20 años y se reanuda con éxito hace un par de meses con
el lanzamiento de la misión Demo-2 de SpaceX.
NASA quiere seguir progresando con el objetivo de poder conectar un módulo comercial en el
ISS. Para tal efecto, habría seleccionado a la empresa privada Axiom Space de Houston para proyectar una construcción de una estación comercial utilizando el actual equipamiento en órbita como un núcleo de un nuevo completo de investigación. El contrato firmado entre NASA
y Axiom Space aseguran que cubre sólo una fracción del total que se necesita para llevar a
cabo la estación planificada por la empresa. De materializarse, se espera que esta finalice
separándose del ISS antes de su desmantelamiento.
Otras empresas, como NanoRacks, también estarían interesados en desarrollar un módulo
comercial con capacidad de albergar personas y experimentos. Prevén que a fines de este año
podrían lanzar un depósito de aire comercial a la ISS. Algunos más tentativos, como Bigelow
Aerospace, van en busca de planes de cómo construir una estación espacial, pero de
propiedad privada utilizando hábitats inflables con una vida útil de más de 20 años.
En 2017, el Science and Technology Policy Institute, concluye en un análisis de mercado que
es probable que una estación espacial operada y de propiedad comercial fuera económicamente viable para 2025, cuando la administración de Donald Trump propone poner fin al apoyo del Gobierno a la ISS. El análisis muestra además, los costos operativos anuales de la estación e identifica varios tipos de actividades que podrían representar oportunidades para generar ingresos.
Boeing como principal empresa contratista de NASA y que además, está a cargo del ISS,
asegura que están apoyando a Axiom Space y NanoRacks para el desarrollo de hábitats
espaciales comerciales. “En Axiom, participamos en las primeras etapas del diseño. Estamos
revisando y trabajando en la evaluación del trabajo de diseño inicial que se está realizando,
ayudándolos a trazar un camino para avanzar aún más hacia el diseño final”, comenta señala
John Mulholland, director del programa ISS de Boeing a SpaceFlightNow.
A la fecha, ingenieros de Boeing realizan análisis estructurales que muestran que la ISS puede
operar de manera segura al menos otra década más. Incluso el Mulholland detalla que podría
operar hasta 2030 y otros años más.
Fotografía portada – NASA