Después de casi nueve meses de ausencia, Level restaura a partir de diciembre sus vuelos en la ruta Barcelona – Santiago con lo cual todas las líneas aéreas de IAG marcan su regreso al mercado aéreo chileno después de marzo. Su regreso marca también la reposición del primer servicio de tarifas bajas de largo alcance entre Chile y Europa.
De acuerdo con sistema de reservas e información de la compañía, el regreso de Level está previsto para el 14 de diciembre. Los horarios tentativos muestran salidas a las 22:00 horas desde Barcelona y aterrizar en Santiago el martes a las 08:15 horas. En el sentido inverso, desde Santiago los vuelos están programados para los miércoles a las 22:15 horas con arribo a Barcelona en horas de la tarde.
Las operaciones se realizan con equipos Airbus A330-200 con capacidad para 314 pasajeros distribuidos en dos clases: Premium Economy y Economy Class. En una primera etapa de restauración de los servicios, la capacidad semanal en ambos sentidos será de 628 asientos. A medida que la demanda se recupere en el transcurso de 2021, no se descarta un aumento gradual de las operaciones hasta los niveles exhibidos en 2019. De materializarse, la operación queda al 33,3% respecto de la oferta de 2019.
Apostando a las características del mercado chileno y a las características de su modelo de negocio basado en una estimulación constante de la demanda a través del factor precio, desde su llegada Level busca conseguir el éxito de sus operaciones en Santiago replicando la fórmula obtenida en otros mercados como Buenos Aires, por ejemplo, donde llega a tener hasta nuevo vuelos por semana. Si bien las operaciones son limitadas en términos de frecuencias, el aumento gradual de estas durante 2019 son una muestra de la proyección que la compañía de ultra bajo costo y tarifas bajas (ULCC, por sus siglas en inglés) de IAG tiene para el país.
Level aterriza en Santiago el 31 de marzo 2019. La capital chilena es el segundo destino de Level en Sudamérica, después de Buenos Aires (EZE). Su arribo se enmarca por un lado en la expansión de natural de la compañía, mientras que por otro en la captación de oportunidades impulsadas a través de la gestión del concesionario Nuevo Pudahuel que administra el aeropuerto para cumplir con la promesa hecha al Estado de Chile en el mejoramiento constante de la conectividad internacional. Entre las razones que destaca la línea aérea para seleccionar a la capital chilena como destino en su red está el desarrollo económico mostrado por el país, el crecimiento de la demanda entre Chile y Europa, y la falta de una oferta del tipo LCC/ULCC de larga distancia y la ausencia de servicios sin escalas a Barcelona.
Las operaciones iniciales de Level en Chile se realizan con dos vuelos semanales. Conforme a la evolución proyectada, incrementa frecuencias en agosto, ofreciendo al término del año pasado tres vuelos semanales en la ruta Barcelona – Santiago. Según datos de la Junta Aeronáutica Civil (JAC), la compañía transporta 66.819 pasajeros en 2019. Para 2020, previo a la crisis del COVID-19, IAG proyecta ampliar las operaciones de su filial ULCC las que por las restricciones impuestas no logran materializarse.
Por el impacto del COVID-19 y la drástica caída de la demanda, IAG impone reestructuraciones significativas a la operación de Level que se materializa en el cierre de las bases en Viena (Level Europe) y París (ORY). La primera se produce por una quiebra de la filial y la segunda como medida para reducir los costos. Ambas no afectan las operaciones de larga distancia que se realizan principalmente desde Barcelona. Precisamente, uno de los objetivos de las reducciones es concentrar los esfuerzos en aquellos mercados donde existen mayores oportunidades de retorno de la inversión.
Level retoma sus operaciones de larga distancia desde Barcelona con los llamados “vuelos especiales” a Buenos Aires (EZE) y Nueva York (JFK). En ambos destinos, espera alcanzar una operación de al menos tres vuelos semanales durante noviembre, aunque las restricciones de viaje dificultan la recuperación de las frecuencias.
Como declara en julio, la compañía espera y para dar viabilidad a sus operaciones, necesita del levantamiento de las restricciones de viaje como, por ejemplo, el cierre de las fronteras. La mantención de estas por parte de los Gobiernos viene retrasando los vuelos y no se descarta que se reporten cambios en los itinerarios de no existir reparos a esta medida.
Como toda LCC/ULCC, el modelo de negocios apela a la masificación del transporte aéreo necesario para compensar las bajas tarifas y la utilización de los servicios complementarios. Con fronteras cerradas, las posibilidades de rentabilizar los vuelos son muy reducidas.
Fotografía portada – Simón Blaise