Marcando un punto de inflexión en comparación a los meses y semanas anteriores, la Dirección General de Migraciones de Argentina informa que a partir del 30 de octubre se permitirá el ingreso a Argentina por motivos turísticos de argentinos y extranjeros que vivan en países limítrofes. Se trata de una apertura parcial, pero beneficiosa que contribuirá en la reactivación de distintos sectores de la economía del país de cara a la temporada de verano.
De acuerdo con lo señalado, se permiten los ingresos de ciudadanos de Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay a todo el territorio argentino a través del aeropuerto Ministro Pistarini Ezeiza de Buenos Aires (Buenos Aires EZE) y del terminal marítimo de Buquebús en Puerto Madero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además de estos dos puntos autorizados, se permite el acceso por los cinco pasos fronterizos terrestres que están habilitados.
No están permitidos pasajeros o nacionales procedentes de otros países que lleguen en Argentina en vuelos de conexión o triangulados por los países mencionados. La única excepción que se podría dar está en los ciudadanos argentinos que, por ser nacionales, si están permitidos entrar a su territorio, independiente si lo hacen de manera directa a Buenos Aires (EZE) o por conexión.
Todos los extranjeros que ingresen a Argentina deben presentar una prueba PCR negativa para COVID-19 realizada con un máximo de 48 horas previas al embarque del vuelo y un seguro médico que incluya cobertura para esa enfermedad. En el aeropuerto de Ezeiza como en el terminal de Buquebús los pasajeros también pueden optar a realizar un examen PCR. Si el pasajero no decide presentar un examen PCR debe realizar una cuarentena obligatoria por 14 días. Si las personas ingresan por vía terrestre, los visitantes deben realizar una cuarentena obligatoria sin precisar el lugar donde realizarla.
El servicio de Migraciones de Argentina establece que las líneas aéreas regulares o no regulares tendrán la tarea de exigir el cumplimiento de las medidas previo al embarque. En caso de que incumplan con la medida, quedan sujetas a sanciones económicas a través de multas.
La apertura de las fronteras ocurre tras la publicación del Decreto de Necesidad y Urgencia 814/2020 que flexibiliza el cierre de fronteras. La medida se da después de siete meses completos en los que sólo se permiten el ingreso a argentinos o extranjeros residentes. Todavía falta precisar aspectos como si se exigirá tiempo máximo de estadía o si se establecerán restricciones para salir más allá de Buenos Aires.
Cabe recordar que por el régimen federal que posee Argentina, cada provincia es autónoma para establecer sus propios protocolos. Como consecuencia, a fecha de hoy, existen múltiples protocolos mostrando una falta de estandarización al interior del país. Las exigencias varían desde el llenado de un formulario de salud, pruebas PCR negativo para COVID-19 con 48 ó 72 horas de anticipación según la provincia, permisos provinciales específicos de ingreso, el uso de la aplicación nacional de salud (“CUIDAR”). Cada uno de los requisitos se pueden solicitar en conjunto o por separado dependiendo de la normativa de cada provincia. En algunas como Entre Ríos o La Pampa no hay información definida, mientras que la provincia de Formosa no admite vuelos.
La apertura de las fronteras beneficiará la reactivación parcial de los vuelos dentro de la fórmula definida por Argentina, misma que espera una definición para establecer la regularidad. Inicialmente, las compañías que podrían beneficiarse de la medida son Aerolíneas Argentinas, Boliviana de Aviación, JetSMART, LATAM Airlines, SKY y Paranair. Falta precisar la situación de líneas aéreas brasileras como Azul o GOL, esta última que, hasta el momento, contempla regresar a Argentina para abril 2021.
Pese a la incertidumbre en la definición de protocolos y autorizaciones como, por ejemplo, para viajes fuera del área de Buenos Aires, Argentina pareciera buscar ventaja para la próxima temporada de verano, especialmente tras la decisión determinada por Uruguay que establece una continuidad del cierre de sus fronteras, pese al impacto altamente adverso que dicha medida significa, especialmente para un país que tiene a la actividad turística como sus principales ingresos. La devaluación del peso frente al dólar estadounidense podría ser un mecanismo para atraer a los visitantes.
Argentina es señalado como uno de los países más restrictivos en América Latina y el Caribe. Hasta el 22 de octubre, figura junto a Venezuela como los únicos países que no reactivan vuelos, aspecto seriamente criticado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Con una reactivación aérea diferenciada y una limitada apertura de fronteras, se busca dejar atrás ese escenario, aunque todavía existen aspectos que no están definidos o merecen mayores precisiones.
Fotografía portada - Ricardo Delpiano