Con el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires y El Palomar cerrados, incertidumbre respecto al retorno de los vuelos, reinicio diferenciado entre operadores, cierre de fronteras y falta de estandarización en los protocolos sanitarios para viajes, Argentina reactiva el 22 de octubre los vuelos comerciales regulares. El comienzo de la operación está determinado en vuelos domésticos por Aerolíneas Argentinas, pero con la ausencia de la competencia, mientras en los internacionales se da con varias compañías en operación bajo el esquema de “vuelos especiales”.
Señalado junto con Venezuela como uno de los dos países de América con ausencia de vuelos, la reactivación de la operación comercial aérea en Argentina es un reflejo de la situación país y el manejo que el país hace de la pandemia con la cuarentena más larga y menos efectiva, además de las diferencias políticas entre el gobierno federal y provincial. En un principio, el país trasandino fija un cronograma a cinco meses que después posterga sin criterios definidos de manera indefinida hasta la quincena de octubre cuando se fija el día 19 como la fecha del retorno de los vuelos, misma que no se cumple dado que la primera operación ocurre el 22 con el vuelo de Aerolíneas Argentina a Jujuy.
Aerolíneas Argentinas es la primera y por el momento única compañía en operar en Argentina. El retorno se da con vuelos a Jujuy, Mendoza, Ushuaia y Tucumán, el jueves, seguidos de operaciones el viernes a Mendoza, Córdoba y Salta. El fin de semana, se recupera los destinos de Trelew, Bahía Blanca, Resistencia y Mar del Plata. En todos con frecuencias muy reducidas.
JetSMART tenía en principio activar sus vuelos el 23 de octubre, pero la burocracia en la obtención de la autorización por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y de las autorizaciones provinciales bajo el argumento de criterios epidemiológicos impiden la operación. La compañía espera reiniciar los vuelos a partir del lunes, tras conseguir permisos para operar desde el aeropuerto de Ezeiza de Buenos Aires.
Flybondi también pretende recuperar operaciones en el transcurso de la semana o a partir de noviembre. A diferencia de sus competidores, lo hará con una reducida capacidad dado que sólo posee un Boeing 737-800. La compañía asegura que espera recuperar el material aéreo negociando contratos más favorables a medida que se reactiva la demanda, decisión que pospone por la demora en el reinicio de los vuelos. Respecto a Andes Líneas Aéreas, no se conoce una fecha de retorno.
Además del retorno de los vuelos regulares diferenciados por compañías aéreas, los viajes aéreos se activan con una falta de estandarización en los protocolos dado que en su autonomía, cada provincia argentina dispone su propia normativa. Entre las exigencias están el llenado de un formulario de salud, pruebas PCR negativo para COVID-19 con 72 horas de anticipación -otras con sólo 48 horas-, permisos provinciales específicos de ingreso, el uso de la aplicación nacional de salud (“CUIDAR”). Cada uno de los requisitos se pueden solicitar en conjunto o por separado dependiendo de la normativa de cada provincia. En algunos casos como Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, no existe la información definida, mientras que provincias como Formosa no admite vuelos.
La injerencia provincial en la política nacional aeronáutica, bajo el argumento de la salud, representa un punto de inflexión en la historia argentina. Su aplicación y mantención en el tiempo puede condicionar la recuperación del sector, así como el atractivo del mercado aéreo para futuros operadores sean nacionales como extranjeros.
Manteniendo las fronteras cerradas, excepto para los ciudadanos argentinos y extranjeros residentes, los vuelos internacionales continúan bajo el esquema de “vuelos especiales” definidos por el gobierno. La terminología es la única diferencia respecto a un vuelo normal es la frecuencia y regularidad de las operaciones, mismas que están abiertas a cualquier persona siempre y cuando sean argentinos o extranjeros residentes que pueden viajar al extranjero sin mayores restricciones, a excepción de la cuarentena al ingreso. No obstante, las últimas informaciones indican que el país podría abrir a partir del 02 de noviembre lo que representa un avance significativo.
Mientras tanto, la industria aérea espera la resolución para habilitar operaciones regulares hacia y desde Argentina. Pese a la demora por parte del Ministerio de Transporte y al cierre de las fronteras que todavía se mantiene, el país está consiguiendo un retorno más rápido de los operadores aéreos en comparación a otros de la región. Prueba de ello, son los vuelos de Aeroméxico, Air Europa, Air France, American Airlines, British Airways, Ethiopian, Iberia, LATAM, Level, Paranair y United. Como factores que explican este fenómeno está el tamaño de la población argentina y la capacidad emisora de tráfico característica que pese a los ciclos económicos se logra mantener. De materializarse la resolución de habilitación de operaciones regulares y el levantamiento de las restricciones de ingreso, el país puede catalizar la oferta que ya posee.
Con siete meses completos de paralización, la industria aérea argentina es una de las más afectadas por las condiciones impuestas por parte del Gobierno y la situación económica del país actual que se suma de la heredada de la administración. El país reporta la mayor pérdida de operadores en la región con la salida de cinco líneas aéreas en lo que va del año (Norwegian Air Argentina, Flyest, Air New Zealand, LATAM Argentina, Emirates y Qatar Airways), además de pérdida en conectividad con una reducción de enlaces aéreos internacionales desde las provincias, así como del país con Asia y Oceanía.
Fotografía portada - Ricardo Delpiano