Cathay Pacific cierra filial Cathay Dragon y posterga entregas del B777-9

Con una situación financiera adversa y dos crisis a cuestas como son las protestas de 2019 en Hong Kong y la paralización de la actividad por consecuencias del COVID-19, no son los mejores tiempos para Cathay Pacific. Con el fin de asegurar su continuidad en los próximos años, la línea aérea anuncia su principal reestructuración en diversas áreas.

Por su dependencia del tráfico internacional y un tráfico corporativo, ambos segmentos entre los más afectados por la crisis, Cathay Pacific reporta en los últimos meses una caída del 95% en el tráfico de pasajeros en comparación con 2019. En los últimos seis meses, pierde US$1.000 millones y en septiembre reporta una caída del 98% en el tráfico de pasajeros, mientras que la operación se encuentra al 10% de la capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK), nivel que se mantendrá por todo este año y primeros meses de 2021. De mejorar los pronósticos, el próximo año espera alcanzar apenas el 50% de la oferta previo a la pandemia.

Entre las medidas tomadas es la supresión de 8.500 puesto de trabajos. De esa cifra, consideran la desvinculación de 5.300 personas residentes en Hong Kong y otras 600 en el extranjero, principalmente en Asia. A estas se agregan, 2.600 puestos que ya están vacantes que no volverán a abrir. Además, para los ejecutivos más altos se establecen recortes salariales y para todo el personal restante se suspenden todos los aumentos salariales.

“La pandemia sigue teniendo un impacto devastador en la aviación, y la cruda realidad es que debemos reestructurar el grupo para sobrevivir”, dice su CEO Augustus Tang. “Tenemos que hacer esto para proteger tantos puestos de trabajo como sea posible”.

Cathay Pacific ya había reducido el número de puestos laborales y en junio recibe ayudas desde la Región Administrativa Especial de Hong Kong por HK$39 mil millones (US$5 mil millones) dividido en tres partes uno de los cuales (Tramo A) permite al Gobierno adquirir el 5% de la empresa lo que diluye la participación de The Swire Group y Air China, principales accionistas de la línea aérea.

La medida más importante es el cierre inmediato de Cathay Dragon la filial de bajo costo y tarifas bajas dedicada a las operaciones entre Hong Kong y China continental. La decisión supone la desvinculación inmediata de 500 pilotos y 2.000 tripulantes de cabina. Como medida de protección, la matriz de ambas compañías busca la aprobación gubernamental para que gran parte del personal afectado pueda integrar a HK Express.

Una petición interesante es la solicitud para que Cathay Pacific se quede con las rutas operadas por Cathay Dragon. De aprobarse, la línea aérea podría acceder a rutas hacia y desde China continental logrando un objetivo que por años no había podido conseguir de manera directa. Con un tráfico aéreo internacional de largo alcance que no se recuperará a corto plazo bajo las condiciones actuales, las rutas entre Hong Kong y varios puntos en China son atractivas para asegurar un movimiento de pasajeros y ofrecer conexiones interesantes para los mercados internacionales.

Fundada en 1985 como Hong Kong Dragon Airlines, nombre que después cambia a Dragonair, emerge como un competidor directo de Cathay Pacific. En sus primeros años, ambas compañías aéreas mantienen una fuerte disputa derivadas de los permisos de operación en distintas rutas. En la década de 1990, The Swire Group adquiere el 35% de la empresa permitiendo una mayor coordinación complementaria entre Cathay Pacific y Dragonair. En 2006, Dragonair se convirtió en filial de Cathay Pacific después de una completa reestructuración del accionariado de Cathay Pacific, Air China, CNAC, CITIC Pacific y Swire Pacific. Tras su integración, cambia de nombre a Cathay Dragon.

Hasta 2019, Cathay Dragon opera una flota conformada por 12 Airbus A320, ocho A321 y 18 A330-300. Durante este año, sólo mantiene operativos ocho aviones. Por el momento, se desconoce el futuro de la flota.

Con una recuperación de los viajes de larga distancia para 2024, según las últimas proyecciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Cathay Pacific confirma que retrasará las entregas de los 21 Boeing 777-9 para 2025. Inicialmente, la compañía tenía previsto recibir el primer equipo de este modelo en 2021 y el último en 2024, pero con el escenario financiero actual más la postergación de Boeing en la entrega del avión (prevista para 2022) no ve espacio para la aeronave antes de 2025.

Al mes, Cathay Pacific tiene un gasto promedio por US$258 millones. Con las medidas adoptadas espera reducir los egresos hasta los US$65 millones.

Fotografía portada – Cathay Pacific

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