Sin dudas, es una de las noticias de la semana: con efecto inmediato, Alex Cruz, CEO de British Airways, deja su cargo el pasado lunes. En su lugar es sustituido por Sean Doyle, quien hasta ese día se desempeña como presidente y CEO de la irlandesa Aer Lingus. Son algunos de los cambios que se dan en la cúpula de IAG, tras la llegada del español Luis Gallego, ex CEO de Iberia, al cargo de consejero delegado del grupo en septiembre.
Además de los cambios en British Airways y Aer Lingus, se anuncia el nombramiento de Fernando Candela, CEO de Level al comité directivo orientado de transformación de IAG. De igual manera, temporalmente se suma Donal Moriarty como CEO interino de Aer Lingus hasta que se encuentre una persona apropiada que, según el propio holding, “se hará en su debido momento”.
Luis Gallego, consejero delegado de IAG, explica la rotación de las altas direcciones de varias de las líneas aéreas del grupo como parte de un ajuste necesario. Por un lado, se puede interpretar como una rotación para conformar su equipo de confianza con el cual pretende trabajar en los próximos años, pero también deja ver algo más y da señales de lo que puede venir a corto plazo.
Cruz llega a British Airways después de triunfar como CEO de Vueling, cargo que ostenta desde 2009 después de la creación de Clickair, ambas líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) en España. De la mano de Willie Walsh, quien hasta fines de agosto ocupa el máximo cargo en el holding, uno de los objetivos es comenzar una transformación en British Airways ante el incremento de la competencia, la transformación del negocio aéreo y las tendencias del mercado.
Tomando los éxitos en Vueling, en ese sentido, Cruz parece ser la persona indicada para realizar nuevos recortes en la línea aérea británica. Sin embargo, la tarea es compleja especialmente cuando se trabaja con compañías con fuerte tradiciones, legislaciones complejas en temas laborales ya insertos en comparación con la creación de una nueva firma y también asuntos comerciales que impactan el servicio a los clientes.
Presionando por la búsqueda de reducción de costos en British Airways, los cuatro años de la gestión de Cruz están marcados con enfrentamientos con los sindicatos y también con los pasajeros. Bajo su mando se comienza a cobrar el servicio a bordo en rutas medias que, a fecha de hoy, puede ser considerado algo normal en cualquier línea aérea, no lo es para una empresa de transporte con tradicional propuesta de servicio.
Las mejoras en productos y servicios realizados en 2019 aprovechando la incorporación del Airbus A350-1000 entrega un cierto alivio a la tensión. Después de años de perder terreno frente a algunas de sus competidoras europeas y asiáticas (Medio Oriente, incluidas), se percibe que British Airways vuelve a sus orígenes al reenfocar el producto hacia el pasajero Premium que, a medida que se incorporan los nuevos aviones, entregan un futuro promisorio a British Airways para 2020 en adelante.
Sin embargo, en enero de este año, Willie Walsh anuncia su retiro quitándole el piso a los planes de Cruz. Casi en paralelo, aparece el COVID-19 que tras la drástica caída en la demanda en China comienzan la paralización de rutas hasta marzo cuando las restricciones de los Gobiernos reducen la actividad al mínimo desatando la mayor crisis de la historia de la compañía y de la industria aérea.
Sin ayudas de parte del gobierno de Boris Johnson, la administración de Cruz comienza con masivos despidos por lo que es llamado ante un comité del propio Parlamento británico para rendir cuentas. El mal manejo de la pandemia por parte del Reino Unido y la imposición de cuarentenas obligatorias, tienen al tráfico internacional por el suelo y con ello, cualquier recuperación de British Airways que, al igual que Alitalia, Air France, KLM o Lufthansa, dependen de los viajes internacionales de larga distancia.
Bajo la premisa de que toda crisis es una oportunidad, Luis Gallego ve el escenario actual como el momento apropiado para realizar los cambios inclusos. Con la experiencia de haber transformado a Iberia de una línea aérea prácticamente en quiebra y desprestigiada en una compañía reconocida por sus servicios y por sobre todas las cosas rentable, comienza a armar los nuevos equipos con gente vinculada al mundo de las LCC: Doyle, que con su experiencia en el modelo híbrido de Aer Lingus puede ser una carta para continuar la gestión de Cruz en British Airways; y Candela, que desde Level llega a transformar el holding.
Las declaraciones de Gallego muestran que es altamente probable que habrán cambios significativos, especialmente cuando la realidad actual obliga a tomar medidas inmediatas para asegurar la continuidad de las compañías ante la falta de liquidez y la ausencia de tráfico de pasajeros. “IAG ha demostrado ser uno de los grupos de aerolíneas líderes en el mundo con una cartera de compañías exitosas. Estamos atravesando la peor crisis que enfrenta nuestra industria y estoy seguro de que estas promociones internas asegurarán que IAG esté bien posicionado para emerger en una posición de fortaleza", dice. “A medida que nuestro nuevo equipo se une, seguimos enfocados en tomar las decisiones operativas y estratégicas correctas para el beneficio a largo plazo de todos los grupos de interés de IAG”.
A excepción de British Airways, todas las líneas aéreas del holding basan su negocio en modelos híbridos o del tipo LCC, además de Iberia que logra una transformación exitosa. Con la situación actual, la continuidad en los cambios es mandatorio en la línea aérea británica. Definir cuáles serán los siguientes pasos es complejo, más todavía con un escenario que impide realizar cualquier proyección al menos hasta que no se entreguen reglas claras de parte de los Gobiernos, aspecto que prácticamente en ningún país han estado ausentes.