Air Canada concluye transacciones en la adquisición de Air Transat

Después de aceptar la propuesta de compra en junio de 2019, Air Canada comunica esta semana la conclusión de la transacción modificada con Air Transat AT Inc. para adquirir todas las acciones emitidas y en circulación de su ahora anterior competidora. Pagando un tercio del valor original, la principal línea aérea canadiense aúna fuerzas para operar conjuntamente y enfrentar los desafíos más inmediatos que imponen los escenarios de restauración y recuperación.

El acuerdo vinculante, aprobado por unanimidad por el consejo de administración de Air Transat, establece que Air Canada se hace cargo de todas las acciones de la compañía por CAD$5,00 por acción, pagaderos a opción de los accionistas en efectivo o acciones de Air Canada a una tasa de intercambio fija de 0,2862. El valor de la transacción es de aproximadamente CAD$190 millones (US$143 millones), en comparación con el valor de 2019 por CAD$520 millones (US$393 millones)

La transacción enmendada refleja el impacto sin precedentes que tiene el COVID-19 en la industria de la aviación con una drástica caída de la demanda y una contracción significativa de las operaciones. La operación está sujeta a la aprobación de los accionistas la Bolsa de Valores de Toronto, de los Tribunales competentes y otras instancias regulatorias en Canadá como en la Unión Europea. Ambas compañías esperan concluir el proceso a fines de enero o principios de febrero 2021.

“COVID-19 ha tenido un efecto devastador en la industria global de las aerolíneas, con un impacto material en el valor de las aerolíneas y los activos de la aviación. No obstante, Air Canada tiene la intención de completar su adquisición de Air Transat, a un precio reducido y en términos modificados", señala Calin Rovinescu, presidente y CEO de Air Canada.

A pesar de que Air Canada se compromete a no cambiar el nombre de Air Transat, la principal línea aérea canadiense accede a un crecimiento significativo al dominar el 60% de los vuelos entre Canadá y Europa, y el 45% en las rutas hacia el Caribe. Son estos dos mercados en los que se sentirá con fuerza la transacción, aunque todos los clientes de la red podrán acceder a una mayor oferta de vuelos y destinos.

Hasta antes de la pandemia, Air Transat dispone alrededor del 20% del mercado en las rutas entre Canadá y Europa, y de un 23% hacia el Caribe. En total, atendía 60 destinos domésticos e internacionales con una combinación de vuelos chárter y regulares. La adquisición por parte de Air Canada también se entiende como un acompañamiento perfecto al desarrollo que se viene realizando en los últimos años en su hub secundario de Montreal.

Con los ajustes en Air Canada Rouge con la salida de los Boeing 767-300ER, más la operación de los nuevos Airbus A321LR por parte de Air Transat, la unión de las ambas compañías fortalece la posición en los escenarios más inmediatos. El A321LR está realizando varias operaciones a través del Atlántico Norte cuya capacidad y alcance permite ofrecer una capacidad más adecuada para los tiempos actuales.

Otra implicancia de la compra es el fortalecimiento de Air Canada frente a sus competidores tanto con otras aerolíneas como con distintos bloques o grupos aeronáuticos. En el primero, está la posición frente a WestJet, la segunda línea aérea de Canadá y con quien compite en muchas rutas vacacionales, además de los tramos de frontera con los Estados Unidos. En el segundo, todo lo relacionado con los acuerdos de negocio conjunto (JBA, por sus siglas en inglés) y alianzas comerciales. Si bien no necesariamente los servicios de Air Transat pueden ser incluidos en los acuerdos actualmente vigentes, si refuerzan la posición de Air Canada por el exterior a estos, lo que es bienvenido por el avance que sus competidores están teniendo a través de distintos grados de alianzas.

“Esta combinación proporcionará estabilidad a las operaciones de Transat y sus partes interesadas y posicionará a Air Canada, y de hecho a la industria de la aviación canadiense, para emerger con más fuerza a medida que ingresemos al mundo posterior al COVID-19”, agrega Rovinescu.

Fotografía portada - Ricardo J. Delpiano

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