Después de no cumplir con los anuncios oficiales iniciales que consideraban un retorno de la actividad aérea a partir del 12 o 15 de octubre, el mismo ministro de Transportes de Argentina, Mario Meoni, en conferencia pública en un vacío Aeroparque metropolitano, informa que a partir del 19 de octubre se retoman los vuelos en Argentina. Un anuncio altamente esperado en un país seriamente afectado por la cuarentena y restricciones más extensas, pero también las menos efectivas, cuyas consecuencias más la crisis económica hacen que más del 40% de los argentinos sea considerado como pobre.
Con un país sometido a un nuevo confinamiento hasta el 25 de octubre que no menciona la prohibición de los vuelos, pero tampoco los autoriza, la industria ahora está sujeta a la resolución 221/20 del Ministerio de Transportes como respaldo de los anuncios. Es que con fechas anteriores no cumplidas, la confianza se daña, más todavía cuando la propia normativa no es clara generando errores de interpretación que el propio Estado no asume.
La reanudación de los vuelos en Argentina es compleja porque las autoridades así lo quieren. Sin mucha claridad, los viajes están sujetos a las condiciones sanitarias, argumento sobre el cual los gobernadores provinciales pueden autorizar o no los vuelos. Cabe recordar que la administración federal del actual gobierno traspasa muchas atribuciones a las provincias, dificultando una coordinación, especialmente ante las rivalidades políticas existentes.
La resolución 221/20 deroga la suspensión de los vuelos de cabotaje o domésticos, así como los de aviación general. Establece también que los operadores aéreos deben contar con procedimientos y protocolos elaborados con los lineamientos y recomendaciones del Ministerio de Salud, aspecto que la propia secretaria de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) reconoce como válidos las acciones de las líneas aéreas.
Como era de esperar, Aerolíneas Argentinas y Austral será la primera línea aérea en regresar a los cielos argentinos. A partir del 19 de octubre comienzan a retomar sus vuelos regulares con una frecuencia muy reducida de vuelos a ciertos puntos del país. La compañía ya venía realizan operaciones específicas dentro y fuera de Argentina atendiendo necesidades humanitarias o para aquellos que necesiten viajar de manera esencial.
Posteriormente, es el turno de JetSMART que prevé la recuperación de las operaciones a partir de mediados de la próxima semana, mientras que Flybondi retoma los vuelos el 26 de octubre. Se desconoce la reanudación de Andes Líneas Aéreas, una de las compañías aéreas que tiene su futuro “altamente comprometido”.
Los traslados aéreos domésticos están limitados, en una primera etapa, a “viajes esenciales” que corresponden a pasajeros con conexiones internacionales en ambos sentidos, personas que necesiten asistir a un familiar cercanos, personas que se encuentren varadas en algún punto del país y necesiten volver a sus lugares de origen, viajes por motivos de salud o por desempeñar un trabajo estratégico. En palabras de los propios argentinos, los mismos permisos para desplazarse hasta hoy.
“En esta primera etapa quienes están habilitados para utilizar los servicios son los que establece el DNU vigente como trabajadores esenciales y por razones de salud para las personas que requieran atención médica junto con sus acompañantes si es que fuera necesario”, señala Meoni.
Debido a las limitaciones de viaje, se espera una demanda muy reducida y condicionada por el Estado. Por consiguiente, no se espera una oferta aérea significativa y como en muchos países, especialmente aquellos que deciden mantener las restricciones, aún cuando científicamente está comprobado de que la aviación no es un vehículo de contagio de enfermedades -especialmente del COVID-19-, esta se irá reactivando gradualmente en función de las condiciones imperantes.
“Esas frecuencias se irán cubriendo en la medida de la demanda y las posibilidades epidemiológicas porque le hemos dado a las autoridades provincias las facultades de autorización, como nos pide el Presidente, entendiendo que hay una mirada absolutamente federal. Entendemos que está todo dispuesto para que felizmente podamos retomar en la Argentina la posibilidad de tener conectividad”, añade el ministro de Transportes.
Respecto a los vuelos internacionales, se mantienen por ahora las “operaciones especiales” que el Gobierno de Argentina autoriza a distintas compañías aéreas para operar hacia y desde el extranjero. Si las fronteras siguen cerradas, los vuelos continúan limitados a argentinos y a las personas no nacionales con residencia en ese país. Falta precisión al respecto, especialmente a protocolos que eventualmente los pasajeros deban realizar como cuarentenas obligatorias (aspecto no compartido por la industria aérea y el turismo), pruebas PCR negativas para COVID-19, declaraciones juradas u otros. Por consiguiente, no se espera una oferta significativa, considerando los tiempos que se necesitan para comercialización adecuada, especialmente en tiempos actuales.
A fecha de hoy, varias compañías aéreas tienen autorizados vuelos hacia y desde Buenos Aires (EZE) desde distintas ciudades del extranjero. Por las restricciones de las provincias, no hay vuelos internacionales desde estas, por lo que la escasa conectividad está reducida a la capital argentina. Algunas líneas aéreas con permisos para operar son Aerolíneas Argentinas, Aeroméxico, Air Europa, Air France, American Airlines, British Airways, Ethiopian, Iberia, LATAM, Level, Paranair y United, todas con frecuencias específicas que pueden variar en los días. Se espera que con la oficialización de los protocolos internacionales se puedan programar frecuencias con mayor regularidad como paso inicial para recomponer la conectividad y comenzar a incrementar capacidad.
Después de varias postergaciones, Argentina finalmente anuncia una reactivación oficial del transporte aéreo. Afectado por una profunda crisis económica, el sector aéreo retoma la actividad con tres operadores menos tras las salidas de Norwegian Air Argentina, Flyest y LATAM, de las cuales las dos últimas están condicionados por la pandemia, además de una fuerte injerencia estatal por el blindaje que tiene Aerolíneas Argentinas como empresa pública -y herramienta política del gobierno de turno-.
A diferencia de periodos anteriores, las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés), representadas por Flybondi y JetSMART continúan siendo sus principales competidores y por los respaldos financieros que poseen en distinto grado, surgen como la principal y fuerte competencia. Dado que la primera decide reducir su flota en espera de negociar mejores condiciones, la firma de Indigo Partners mantiene su capacidad operativa lo que permitiría ubicarse a corto plazo en el segundo lugar del mercado. Ambas, vuelven con un respaldo de la Justicia tras conceder la operación en el aeropuerto de “El Palomar” al oeste de Buenos Aires.
En rutas internacionales, la reactivación de los vuelos también considera menor cantidad de operadores aéreos. Tras la salida de Air New Zealand, Argentina pierde a Emirates y Qatar Airways, y con estas, la conectividad sin escalas con Oceanía y con el Medio Oriente.
Fotografía portada – Aeropuertos Argentina 2000