Llega el 12 de octubre, una de las fechas más esperadas por muchos argentinos que buscan reencontrarse con sus seres queridos y empresas que esperan con ansias volver a retomar sus actividades y la conectividad. Sin embargo, poco cambia con las semanas anteriores, con una nueva extensión de las medidas de confinamiento por parte del Gobierno.
En lugar de oficializar la reactivación de los vuelos comerciales, la administración de Alberto Fernández, publica el Decreto 792/20 que prorroga el servicio público de transporte de pasajeros, interurbano, interjurisdiccional e internacional, el turismo y la prohibición de ingreso al territorio argentino a extranjeros no residentes a través de cualquier punto fronterizo. La extensión de las medidas de confinamiento y prohibición de actividades rige hasta el 25 de octubre, nueva fecha que de no existir nuevas prórrogas sería el día para reiniciar las actividades después de más de siete meses de paralización.
Inicialmente, el ministro de Transportes de Argentina, Mario Meoni, indica que el 12 de octubre o más tardar el 15 de octubre, se oficializaría el regreso de los vuelos comerciales. Iniciado el día, la única esperanza es que la autoridad entregue una exención a la resolución 792/20 para permitir la actividad. En caso contrario, la paralización de la actividad aérea sigue de manera automática.
Los únicos vuelos confirmados son los más de 130 vuelos permitidos, llamados por la autoridad como “especiales”, aunque en nada se diferencias de una operación normal (están abiertos a cualquier ciudadano argentino o extranjero residente en ese país, así como a los extranjeros que buscan retornar a sus lugares de origen). Prácticamente, todas las compañías aéreas que aún operan en Argentina tienen vuelos específicos autorizados con distinto número de frecuencias, pero en ningún caso a los niveles exhibidos hasta marzo.
Con una de las cuarentenas más largas a nivel mundial, pero sin tener efectividad por el aumento récord de casos por COVID-19, más una crisis económica importante que tiene a más del 40% de los argentinos sumidos en la pobreza, Argentina enfrenta una coyuntura adversa que se agrava cada día. La aviación no escapa a esa realidad por lo que su continuidad sigue amenazada.
Argentina está seriamente afectada en términos de conectividad. Exceptuando a Venezuela, por su propia situación política, es el país de América Latina que más operadores pierde. Flyest, Norwegian Air Argentina, Air New Zealand, Emirates, LATAM Argentina y Qatar Airways, ya abandonan el país. Exceptuando el caso de Norwegian, la salida del resto de las compañías está determinadas por la crisis asociada la pandemia. Dentro de ese grupo es necesario precisar que la salida LATAM Argentina tiene sus raíces en los conflictos políticos con el kirchnerismo.
Con medidas extremas de confinamiento, la conectividad doméstica como internacional de Argentina está seriamente afectada. Mientras a nivel interno, la administración estatal de Aerolíneas Argentina blinda la posible pérdida de enlaces, pero no de competencia, a nivel internacional se pierden los enlaces con Oceanía (Air New Zealand) o el Medio Oriente (Emirates y Qatar Airways). A nivel regional, LATAM tiene anunciado que no retomará varias rutas internacionales que conectaban los hubs de Lima, Sao Paulo (GRU) y Santiago con varias provincias.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) estima que al menos 21.000 puestos de trabajo directos están amenazados. A esto se agregan, la pérdida de empleos en otras industrias del rubro del turismo, hotelería, gastronomía, y otras actividades. Por su ubicación geográfica y las grandes distancias, la aviación es fundamental para Argentina, ya que cualquier otra alternativa de traslado implica largas horas de viaje y a veces, en condiciones menos seguras.
Con un sector amenazado por la falta de liquidez, la extensión de las medidas de confinamiento no entrega un futuro favorable. La principal preocupación está en los pequeños operadores o aquellas líneas aéreas como Andes o Flybondi que no cuentan un gran respaldo financiero como ocurre con JetSMART que tiene a Indigo Partners y a Aerolíneas Argentinas por pertenecer al Estado.
Andes Líneas Aéreas tiene la situación más grave que en meses anteriores la han llevado a paralizar temporalmente sus operaciones y devolver aviones. De todas las compañías aéreas argentinas es la que más comprometida tiene su continuidad. Si bien tiene un mayor respaldo, Flybondi también devuelve aviones para ajustar su oferta mientras espera una reactivación que cada día es más lejana. La esperanza es poder en un futuro próximo renegociar contratos a precios más convenientes, proyección que no puede establecer por la incertidumbre que emana desde el Gobierno.
Argentina y Venezuela son los únicos países de América Latina y el Caribe que mantienen suspendidos los vuelos. Además de precisar de una fecha exacta, la industria aérea demanda a las autoridades claridad en los protocolos, especialmente en lo que respecta a frecuencias, rutas e ingreso de personas, con el fin de intentar realizar una programación lo más adecuada posible y evitar errores de interpretación.
Fotografía portada – Ricardo Delpiano