Italia Transporto Aereo, la nueva empresa que toma el control de Alitalia

Casi en forma inmediata de los llamados del administrador, Giuseppe Leogrande, para nacionalizar la empresa, el gobierno italiano firma el decreto que crea la nueva Alitalia. De esta manera, nace Italia Transporto Aereo (ITA), el nombre legal de la línea aérea que mantiene la denominación comercial de Alitalia y que se estructura bajo la responsabilidad de cuatro ministerios: Economía, Transporte, Desarrollo Económico y Trabajo.

A la cabeza de la empresa, está Fabio Maria Lazzerino en calidad de CEO y como presidente, Francesco Caio. El Ministerio de Economía por su parte anuncia los miembros del consejo conformado por los directores Alessandra Fratini, una abogada especializada en derecho de la Unión Europea, Cristina Girelli, quien antes se desempeña en Alitalia y Air Italy, Simonetta Giordini, de la administración de las autopistas, Leio Fornabaio, contador, Silvio Martuccelli, abogado y profesor universitario, Frances Ouseley, ex easyJet en Italia y también ex ejecutivo de Alitalia, y Angelo Piazza, ex magistrado.

A los nombres mencionados se agrega una junta técnica compuesta por cinco personas, pero que con posterioridad puede aumentar a siete. Su función es asesorar a la gestión, pero también alinear posiciones entre los distintos ministerios participantes y los sectores políticos al interior del gobierno.

La participación de profesionales interdisciplinarios en la junta también busca abordar otros frentes. Por ejemplo, Alessandra Fratini, estará a cargo de defender el proyecto de la línea aérea nacional ante la Unión Europea. Uno de sus primeros desafíos es defender si las ayudas económicas anteriores entregadas por el Estado italiano no constituyen a juicio de Bruselas en “ayudas ilegales”. En caso contrario, la nueva empresa parte con una acción en contra: devolver los dineros entregados.

La organización y funcionamiento de ITA se sustenta por dos documentos: un decreto interministerial y los estatutos de la empresa. En estos se establece que el domicilio de la nueva sociedad está en el municipio de Roma, aunque no se precisa de una dirección exacta. El capital inicial es de €20 millones, pero la dotación total es de €3.000 millones tal como estaba previsto desde mayo.

Los pasos siguientes en la conformación de la empresa son la aprobación formal -por decreto- por parte del consejo, para luego obtener el visto bueno por parte del Parlamento que debe estudiar el proceso en un periodo de 30 días. Posteriormente, los administradores de la nueva compañía deben diseñar un plan de negocios para los próximos cinco años.

ITA considera una operación de alrededor de 90 aviones, número no muy lejano a los 110 equipos que posee actualmente, de los cuales la mitad están activos operando los pocos vuelos que Alitalia realiza. Para la fuerza laboral, la nueva compañía considera 6.500 empleados, cifra significativamente menor a los 11.000 que posee la línea aérea hoy.

Roberto Gualteri, ministro de Economía de Italia, celebra la creación de ITA. Señala que es el primer paso para el establecimiento de una línea aérea italiana de “calidad” capaz de competir en el mercado internacional.

Por el momento, no hay fecha de su lanzamiento operacional. Los vuelos continúan siendo muy reducidos, prácticamente dentro de Europa o en la zona del Mediterráneo, además de algunos vuelos intercontinentales hacia Nueva York (JFK) o Tokio (NRT). El escenario inmediato que impone el COVID-19 y las restricciones unilaterales por parte de los Gobiernos dificultan un lanzamiento y, probablemente, la creación de un plan de negocios. En ese sentido, ITA apunta ser un blindaje para evitar la desaparición de Alitalia.

Fotografía portada - Alitalia

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