Con una caída del 70% de los ingresos en comparación con 2019, Alitalia mantiene una situación altamente crítica. Si bien muchos de sus problemas vienen de las administraciones anteriores, la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19 la pone a un nivel extremadamente crítico. Sólo la autorización de la Comisión Europea para que el Estado italiano otorgue fondos públicos de ayuda la salvan de una desaparición.
Ante el adverso escenario, Giuseppe Leogrande, administrador designado por el gobierno italiano, insta al Estado apurar el proceso de nacionalización de la línea aérea. En su perspectiva, es la única forma de que la línea aérea pueda salvar su situación ante la crisis de liquidez que, como muchas otras compañías aéreas, está inmersa.
“Llamo al gobierno para que implemente lo antes posible el plan previsto en mayo para garantizar la continuidad del negocio de la línea aérea”, sentencia Leogrande, según reporta Reuters (07/10/20).
Actualmente, Alitalia sólo opera con un número reducido de frecuencias, principalmente en rutas medias. Si bien hay algunos vuelos intercontinentales muy específicos como Roma (FCO) – Nueva York (JFK), la red es prácticamente europea segmento donde más posee competencia por la acción de sus competidoras más directas, especialmente las líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés).
En ese sentido, si el panorama competitivo era adverso para la línea aérea, hoy lo es más cuando se disputan los escasos pasajeros que las restricciones gubernamentales permiten. A esto, se agrega la competencia doméstica propiciada por los servicios ferroviarios italianos ante la desaparición de Air Italy el año pasado.
El Gobierno de Italia tiene en reserva alrededor de €3.000 millones para inyectarlos en la nueva Alitalia que, de acuerdo con los planes originales, debía ver la luz en junio con la esperanza de atender la temporada de verano del hemisferio Norte. Dichos plazos no se cumplen bajo el argumento de la pandemia por lo que obliga a la gestión de Leogrande a atender un plan de emergencia para asegurar la continuidad de la línea aérea. Como se menciona, los €200 millones de ayuda otorgados -aprobados por la Comisión Europea- prácticamente han sido la salvación de la empresa.
Los principales argumentos están en las disputas políticas por los nombramientos en la junta directiva de la nueva compañía. Como suele ocurrir en muchas empresas estatales, los cargos de alto nivel suelen estar ocupados por gente vinculada con el gobierno de turno en lugar de un concurso adecuado que permita establecer una administración independiente a los ciclos políticos.
Otras de las acciones de la gestión de la línea aérea es presentar una extensión para evitar los despidos de 7.000 empleados hasta septiembre de 2021, plazo que se vence el 31 de octubre del presente año. La búsqueda de fórmulas alternativas para evitar los despidos cobra relevancia para el gobierno con el fin de reducir cualquier conflicto adicional de carácter social y también aeronáutica con la principal compañía aérea en una quiebra técnica y el segundo operador desaparecido. Con la crisis del COVID-19, nunca otra línea aérea está en condiciones de asumir el rol de Alitalia.
Entre enero y septiembre de este año, Alitalia reporta ingresos por €716 millones en comparación con los €2.400 millones de 2019. Ambas sumas son insuficientes para una empresa con altos gastos y deudas, además de una demanda que se encuentra reducida hasta en un 80%.
Con un panorama que no acompaña, especialmente ante la llamada “segunda ola” de contagios, Alitalia busca generar incentivos para mantener en la medida de lo posible la confianza de los pasajeros. Así, presenta los vuelos en la ruta Roma (FCO) – Milán (LIN) “libres de COVID-19”, es decir, que los pasajeros se sometan a pruebas PCR antes de viajar. La acción se busca implementar también en vuelos hacia Nueva York (JFK) y Tokio (NRT). En paralelo, extiende a los socios el programa de lealtad MileMiglia el vencimiento de los beneficios hasta diciembre de 2021 para que los viajeros puedan compensar durante el próximo año las pérdidas de canje ocasionadas por la pandemia.
Fotografía portada - Alitalia