COVID-19 condiciona las proyecciones de venta de Boeing a un 11% inferior por 10 años

Condicionado por la crisis de COVID-19, Boeing advierte un escenario altamente desafiante para los próximos años con una disminución importante de las ventas en el rubro de aviones de líneas aéreas que no vería una recuperación hacia 10 años más. En su último pronóstico de mercado, Boeing considera una demanda por 18.350 aviones comerciales hacia 2029 lo que se traduce en un 11% inferior en comparación a la previsión realizada el año anterior.

Por la alta volatilidad de los escenarios en distintas regiones del mundo, el fabricante estadounidense considera que los segmentos de líneas aéreas y proveedores de servicios para estos mercados continúen enfrentando desafíos importantes como consecuencia de la pandemia. En contraposición, los contratos asociados a aspectos gubernamentales y de la industria de la defensa se mantienen estables.

“Si bien este año no ha tenido precedentes en términos de disrupción en nuestra industria, creemos que la industria aeroespacial y la defensa superarán estos desafíos a corto plazo, volverán a la estabilidad y emergerán con fuerza”, expone Marc Allen, director de Estrategia de Boeing.

El pronóstico considera ventas totales por US$8,5 trillones durante la próxima década, incluyendo productos y servicios aeroespaciales, monto que es inferior a los US$8,7 trillones que se pronostican en 2019. La baja está condicionada por la lenta recuperación de la industria aérea en el sector de las líneas aéreas que, si bien hay confianza en su resiliencia, su recuperación total demorará varios años considerando las condiciones actuales.

En ese contexto, prevé que la flota de aviones comerciales recupere su tendencia de crecimiento con una demanda estimada de 43.000 nuevas aeronaves para los próximos 20 años. El pronóstico de ventas para este segmento es por US$2,9 trillones

“La aviación comercial enfrenta desafíos históricos este año, lo que afecta significativamente la demanda de aviones y servicios a corto y mediano plazo”, puntualiza Darren Hulst, vicepresidente de Marketing de Boeing Commercial. “Sin embargo, la historia también ha demostrado que los viajes aéreos son resistentes una y otra vez”.

En el fabricante estadounidense consideran que la situación actual hace que todavía es difícil prever tendencias dado que las líneas aéreas todavía están analizando la coyuntura antes de tomar decisiones de largo plazo. Independientemente de esto, hay consenso de que las estrategias de flotas están orientados a aeronaves más versátiles, redes orientadas a una mayor capacidad y oportunidades para conseguir eficiencias, a fin de reducir a los niveles más bajos posibles los riesgos.

En los próximos 20 años, se espera que el tráfico de pasajeros aumente en un promedio de 4% anual. La proyección considera que la flota de aviones comerciales alcance a los 48.400 para 2039 sobre una base actual de 25.900 aparatos. El mercado asiático seguirá liderando la incorporación de nuevas unidades representando el 40% de la flota, diez puntos porcentuales más de lo que posee en la actualidad.

Como Airbus, Boeing considera que los aviones de pasillo único continuarán liderando la tendencia con 32.270 unidades para los próximos 20 años. Por la versatilidad que poseen, la demanda por este tipo de aviones se recuperará primero determinado por las rutas punto a punto. Las aeronaves de fuselaje ancho tendrán una demanda de 7.480 equipos hacia 2039, afectada por una recuperación más lenta debido a las incertidumbres que provoca el COVID-19.

La reducción de capacidad que se prevé en los aviones de pasajeros determina una mejor perspectiva para los aviones de carga. El pronóstico de Boeing considera que un crecimiento de 4% por año en la demanda generando pedidos por 930 nuevos cargueros de fuselaje ancho y 1.500 aviones de pasajeros convertidos a carga.

A los números anteriores, se agregan 2.430 aviones con capacidad para 90 asientos o inferior, los que están dedicados a alimentar distintas rutas principalmente desde los hubs. La denominada “aviación regional” continúa teniendo un rol importante, pero reducido más a un segmento de nicho dado que está siendo opacada por la nueva generación de los aviones que atienden estos segmentos.

La mayoría de los nuevos aviones comerciales estarán destinados a reemplazar a equipos más antiguos y menos eficientes en lugar de ampliar la capacidad. En ese sentido, se vislumbra que la industria aérea acelerará sus planes para avanzar hacia una flota más moderna y eficiente en función de sus objetivos de sostenibilidad y estrategias para protegerse ante un aumento de nuevas amenazas a la seguridad global.

Fotografía – Boeing

En las industrias de la defensa y el espacio, Boeing apuesta por ventas valoradas en US$2,6 trillones impulsada por contratos por aviones militares, sistemas autónomos, fabricación de satélites, aeronaves espaciales y otros productos con ventas para el mercado estadounidense como hacia el extranjero. Alrededor de 40% de los gastos se estiman que vendrán desde países fuera de los Estados Unidos.

Finalmente, para el segmento de ventas de servicios comerciales y contratos gubernamentales, se estiman ventas por US$3 trillones, divididos en US$1,6 trillones y US$1,4 trillones, respectivamente. Dichas ventas están impulsadas por soluciones digitales que estarán orientadas a satisfacer operaciones más rápidas, eficientes y de menor costo, todas alineadas con las tendencias de recuperación de los mercados.

Según Eric Strafel, vicepresidente de Estrategia de Servicios Globales de Boeing, habrá una mayor demanda para la venta de soluciones digitales dado que toda la industria buscará procesos más eficientes que ayuden a disminuir costos. Para el fabricante, este segmento puede ayudar a compensar la baja de otros rubros de la industria que están siendo más afectados por la crisis.

La pandemia del COVID-19 y la crisis económica mundial está obligando a Boeing a realizar adaptación a todo nivel para mantener su competitividad y enfrentar con la mayor holgura posible los desafíos que suponen las nuevas amenazas globales. El objetivo conseguir que la resiliencia característica de la industria aérea se pueda dar en el menor tiempo posible ante los ciclos adversos cada vez más frecuentes.

La transformación incluye la infraestructura, como el traslado de la producción del B787 de Everett a Carolina del Sur, reducción de gastos generales, cambios en la estructura organizacional y cartera de inversiones. También considera modificaciones en la cadena de suministros y niveles más operativos.

Fotografía portada – Boeing

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