Desde el 29 de septiembre y en un escenario que esperan sea temporal, Sudáfrica no posee una línea aérea principal para atender la conectividad doméstica e internacional del país. La suspensión de todas las operaciones de South African Airways abren un periodo de incertidumbre para el transporte aéreo del país, dependiente de las discusiones para su reestructuración.
El gobierno sudafricano tiene limitados su aporte a sólo US$621 millones que respaldan un plan de reestructuración diseñado por los administradores de la compañía en junio. Dicho financiamiento está sujeto a ciertos términos y condiciones sobre los cuales se sientan las bases del futuro de la principal línea aérea sudafricana.
Desde la compañía aérea, advierten que la situación financiera de South African Airways es gravísima por la falta de liquidez para enfrentar los costos y sin un plan de recuperación inmediato, pese a que desde junio la administración política lo tiene aprobado. Hasta el 29 de septiembre, sólo opera vuelos chárters y de ayuda humanitaria los cuales no son suficientes para generar una caja suficiente para cumplir con las obligaciones.
Ante esta situación, no está aceptando nuevos contratos de transporte. South African Airways y Mango, la filial de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) Mango, están afectadas por el término de los servicios de mantenimiento de SAA Technical por la mantención de facturas impagas.
Los administradores de la línea aérea defienden la decisión de suspender las pocas operaciones que venían realizando. Justifican la medida para preservar la poca liquidez que queda en las arcas a la espera de que el Estado sudafricano encuentre el mecanismo para encontrar el dinero necesario para reimpulsar la línea aérea debido a las presiones políticas que existen sobre el uso de los recursos públicos.
South African Airways enfrenta el problema de muchas empresas estatales. Una estructura sobredimensionada y operaciones a pérdida sin un debido control. En esos aspectos puede ser comparada con los casos de Aerolíneas Argentinas y Alitalia. Con la crisis producida por el COVID-19, el gobierno sudafricano asegura que no tiene las condiciones financieras para dar más apoyo a la línea aérea al mismo tiempo que atiende las necesidades de la población.
Con años de pérdidas, los aportes y la administración de South African Airways no han dejado de estar sometidas a cuestionamientos públicos. Entre estos están los malos manejos financieros, denuncias de corrupción, rol del transportista o el debate de la conveniencia de que el Estado sostenga una empresa aérea cuando puede ser una actividad que la puede realizar un privado con mejores resultados.
Con las operaciones suspendidas, el Gobierno de Sudáfrica obliga a Mango a asumir vuelos chárters y las misiones de repatriación. Las últimas informaciones indican que sus operaciones se realizarían durante los fines de semana. Desde la LCC, descartan afecciones en sus vuelos que continúan normal y aseguran que los servicios de mantenimiento continúan, descartando posibles afecciones por la falta de pago a SAA Technical.
Hasta que South African Airways no reanude sus operaciones, Sudáfrica cede toda su conectividad internacional a compañías aéreas extranjeras, mientras que los vuelos domésticos quedan en el resto de las líneas aéreas sudafricanas que poseen un tamaño menor encargadas de realizar vuelos domésticos y regionales, chárters o de carga, pero sin grandes perspectivas de crecimiento. Además de Mango, destacan Airlink (SA Airlink), Comair, Flysafair, Kulula, entre otras. Ninguna muestra intenciones de tomar el mando de la principal aerolínea del país.
Mango, por ejemplo, posee una flota conformada por 14 Boeing 737-800 con los que cubre todos los vuelos dentro del país y de existir una proyección internacional, sólo le da un horizonte regional en el centro-sur del continente africano. Algo similar ocurre con Kulula que posee un B737-400 y nueve B737-800 en su flota, y con Comair, que dispone un B737-400 y 14 B737-800. Otra compañía importante es Airlink, pero sólo tiene un rol alimentador al operar aviones de menos de 100 asientos con 27 Embraer ERj145, tres E170 y 11 E190.
Sin South African Airways, la conectividad aérea internacional de Sudáfrica queda prácticamente dependiente de líneas aéreas extranjeras como Air France, British Airways, Egyptair, Emirates, Ethiopian, Kenya Airways, Lufthansa, Qatar Airways o TAAG Angola Airlines, las que enlazan al país con el resto del mundo a medida que el país levanta las restricciones. Se trata de un escenario advertido en abril durante el comienzo de la crisis.
South African Airways era parte de las grandes líneas aéreas africanas compartiendo rol con Egyptair y Ethiopian Airlines, con las cuales en algún momento busca formar una gran alianza panafricana al aprovechar su membresía en Star Alliance y su ubicación estratégica en el norte, centro y sur del continente. Dependiendo de la capacidad para salir de la crisis, la situación de la línea aérea sudafricana puede determinar si el continente ve un nuevo proceso de consolidación de su transporte aéreo.
Fotografía portada - Airbus