Como consecuencia directa de las restricciones de viaje que existen en Europa y en Chile, en lo que respecta a ingreso a los países, más las nuevas medidas de confinamiento que están colocando los Gobiernos en el Viejo Continente ante la llamada “segunda ola de contagios”, Air France informa una reducción de sus operaciones a Santiago durante octubre. Se trata de una revisión a la baja de la capacidad en comparación con la actual operación.
Hasta el 11 de octubre, Air France opera dos vuelos semanales en la ruta París (CDG) – Santiago que se realizan miércoles y viernes, con regreso jueves y sábado. A partir del 12 de octubre, la operación se reduce a sólo un vuelo semanal los viernes saliendo de París (CDG) y los sábados desde Santiago.
Por su parte, KLM mantiene las dos operaciones Ámsterdam – Santiago con dos frecuencias por semana. Debido a la incertidumbre que existe en Argentina respecto a la apertura de fronteras y reinicio de los vuelos, la operación hacia y desde Chile no considera modificaciones.
Se trata de la primera reducción importante de capacidad desde Europa desde que se retoma la conectividad a partir de fines de junio y desde el 06 de julio con Air France. Está directamente relacionada a la alta incertidumbre que existe para el último periodo del año determinada por las nuevas medidas restrictivas que imponen los Gobiernos que aumentan la desconfianza en los viajeros, especialmente para rutas de larga distancia.
A lo anterior, se agrega el impedimento de ingreso a la Unión Europea para los ciudadanos de muchos países, incluyendo los chilenos, mientras que desde Chile, la mantención del cierre de fronteras también genera incertidumbre, especialmente cuando la medida extiende cada 15 días su revisión. Si bien existe la posibilidad de realizar conexiones en París (CDG) para llegar a otros destinos sin tener que ingresar a Europa (es decir, permanecer en la zona de tránsito internacional), las restricciones de viaje que todavía persisten hacen que no existan condiciones para sostener más operaciones.
El escenario es preocupante porque no se está visualizando una recuperación de la industria aérea. La misma Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) advierte que la reactivación no se está dando tras una temporada de verano del hemisferio Norte débil. Para 2020, está proyectando una caída del tráfico del 66% en comparación con 2019, más significativa de lo que inicialmente proyecta con la primera ola de contagios de COVID-19 en el mundo.
La imposición de restricciones de viaje, los requisitos de ingresos que en muchos países son engorrosos y algunos hasta poco claros, más el temor que existe entre los viajeros de quedar varados en lugares lejos de sus hogares sin conectividad para retornar como ocurre a inicios de la pandemia, limitan la creación de la demanda. Los pocos traslados aéreos que se realizan siguen estando orientados a la repatriación, reencuentros de familias y amigos (tráfico V.F.R.) y trabajos o estudios específicos. El turismo u otros motivos de viaje es prácticamente inexistente, tendencia que se mantiene de no existir cambios.
Según declaraciones a la prensa francesa de Benjamin Smith, CEO de Air France – KLM, las operaciones que se realizan están orientadas a generar la mayor rentabilidad posible considerando el escenario actual con todos sus desafíos. A medida que existan las condiciones mínimas para la operación como de demanda, las líneas aéreas incrementarán sus servicios a los distintos destinos comenzando por los más rentables. El objetivo es alcanzar en diciembre una operación al 50% de la capacidad ofrecida en 2019.
Las nuevas restricciones que se imponen en Europa advierten una adversa temporada de invierno. Prácticamente, todas las líneas aéreas europeas están reduciendo significativamente su capacidad por la poca demanda que existe y por la imposibilidad de realizar ajustes. A fines de septiembre, KLM señala que las operaciones durante los próximos meses serán “más restrictivas”.
Ante el panorama altamente volátil, Air France y KLM continúan entregando flexibilidad a sus clientes en un intento por mantener la confianza y tranquilizar a quienes viajan. De acuerdo con sus políticas, si el pasajero desea cancelar su viaje, su pasaje ahora puede ser cambiado sin penalidad y por cualquier motivo, para la fecha de su elección sujeto a cambios de tarifa (debe pagar la diferencia si es superior). Si no prefiere realizar una nueva reserva, puede solicitar un voucher reembolsable para comprar un nuevo pasaje por hasta un valor hasta 15% superior.
Fotografía portada - Simón Blaise