Como consecuencia del impacto en la demanda provocado por la crisis del COVID-19 y las restricciones de viaje en Europa y el mundo, Lufthansa Group señala que desprogramará otros 50 aviones adicionales al anuncio confirmado hace algunas semanas de retirar 100 equipos de su flota. Se trata de una revisión a la baja del escenario determinado por la llamada “segunda ola” en Europa y el periodo de incertidumbre que se abre.
En ese sentido, la compañía anuncia que paralizará por un periodo largo de tiempo a 10 A340-600 que pensaban reactivarse y a ocho A380 de Lufthansa, entre otros modelos por definir. Se trata de una aceleración de los planes de retiro de aviones más antiguos y menos eficientes con el fin de ajustar lo más posible los niveles de oferta a la demanda. Los aviones mencionados podrían reactivarse sólo si la línea aérea ve una recuperación inmediata de la demanda que obligue a disponer de una flota inmediata.
Para el cuarto trimestre 2020, las líneas aéreas de Lufthansa Group planean operar apenas entre un 20% y 30% de la capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK, por sus siglas en inglés), respecto a los niveles de 2019. La decisión está condicionada por la imposibilidad de recuperar la red internacional de largo alcance, de la cual dependen de manera significativa, especialmente en los mercados asiáticos. Los retiros de flota adicionales consideran un impacto por €1.100 millones los que se reflejarán en los estados financieros del grupo alemán del tercer trimestre 2020.
La baja oferta está en directa relación con el término de la temporada de verano, la “segunda ola” de contagios en Europa con las nuevas medidas que los Gobiernos están adoptando y la mantención de restricciones de viaje en muchos países del mundo, lo que genera desconfianza entre los viajeros. A diferencia de otras temporadas de invierno, Lufthansa como muchas líneas aéreas del hemisferio Norte disponían de otros mercados (principalmente en el sur) para reubicar capacidad temporalmente, escenario que no está presente.
La administración de Lufthansa Group critica las decisiones adoptadas por los Gobiernos de retomar las cuarentenas e imponer otros tipos de restricciones a los viajes. Tomando en cuenta el mayor conocimiento científico del comportamiento del virus y los protocolos adoptados por la industria aérea, sugiere reemplazar estas medidas por la toma de exámenes PCR para COVID-19 de manera estandarizada. El holding alemán considera que estas pruebas son herramientas válidas para dar confianza a los usuarios y a las autoridades de los países de asegurar de que las personas que viajen están sanas y en caso de que no puedan viajar, asegurar una adecuada trazabilidad mientras se espera la ansiada vacuna.
La lenta recuperación de la demanda y un panorama altamente volátil están dificultando cualquier tipo de proyecciones y toma de oportunidades. Ante esto, la solución más inmediata es continuar con la paralización temporal de la flota o directamente considerar el retiro de aeronaves a la espera de futuras entregas que debieran coincidir con los años en que se prevé la industria aérea pueda volver recién a los niveles previos a la crisis.
Como consecuencia de la desprogramación de material de vuelo adicional, Lufthansa Group también considera a desvincular a más personas lo que eleva la reducción en más de 22.000 los puestos de trabajos. La pérdida de empleos está considerada principalmente en puestos asociados a las operaciones de vuelo. De existir una recuperación inusual, la medida puede ser revisada. El holding alemán indica que las compensaciones y las desvinculaciones serán conversadas con los dirigentes sindicales.
Con el fin de preservar la liquidez, los gastos se reducirán en promedio en €400 millones por mes para la temporada invernal 2020-2021 en comparación con el gasto promedio inicialmente indicado por €500 millones. La meta de Lufthansa Group es retomar los flujos positivos en el transcurso de 2021 a medida que introduce cambios en su estructura de corporativa con una simplificación de puestos en un 20%, reorganización de procesos que pueden considerar iniciativas de descentralización o de centralización, según el área. Se espera que estos cambios permitan reducir el tamaño de las oficinas en todo el mundo. Sólo en Alemania esta medida considera una reducción del 30%.
Hacia 2023, se espera una Lufthansa más pequeña mientras que Austrian y Swiss prácticamente mantendrían su tamaño actual, explicado por su enfoque en mercados más específicos. Respecto a la incorporación de nuevos aviones, está considerada la recepción a ese año de un máximo de 80 aparatos para distribuir entre todas las líneas aéreas holding, los cuales estarán destinados a reemplazo de material más antiguo y menos eficiente.
Fotografía portada - Lufthansa