Como parte de las medidas de confianza mutua tras la firma del acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel que considera el establecimiento de las relaciones diplomáticas y reanudación de vuelos comerciales regulares, Emirates solicita los permisos para volar entre Dubái y Tel Aviv. Se trata de la segunda línea aérea en solicitar los derechos después de Israir, en un escenario esperado.
Pese a la firma del acuerdo, todavía no hay vuelos comerciales sólo solicitudes de operaciones tanto por parte de Israel, representado por Israir, y los Emiratos Árabes Unidos, a través de Emirates. La primera e histórica operación realizada con un vuelo de El Al entre Tel Aviv y Abu Dhabi no forma parte de este proceso por ser un vuelo especial como parte de las acciones del proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas. En esa oportunidad, los pasajeros estaban compuestos por delegados israelíes y diplomáticos estadounidenses como garantes del acuerdo.
Por ser parte de una acción política, se espera que la línea aérea de Dubái reciba los permisos para volar desde y hacia Tel Aviv. Información de prensa en el Medio Oriente, sugieren que podrían comenzar en enero. De esta manera, Emirates se puede convertir en la tercera línea aérea del mundo árabe en operar regularmente a Tel Aviv, después de Egyptair (que realiza vuelos a través de Air Sinaí) y Royal Jordanian. No se descarta que en el futuro se puedan sumar compañías como Etihad, flydubai o Air Arabia.
Las apuestas para la nueva ruta Dubái – Tel Aviv son altas por el tráfico corporativo y la apertura de nuevos mercados turísticos para los ciudadanos de ambos países, pero también para impulsar el tráfico desde distintas partes del mundo. En ese sentido, la irrupción de Emirates impone un desafío competitivo para operadores como Turkish Airlines o Royal Jordanian que por años habían aprovechado la ausencia de un operador global en ese mercado para canalizar tráfico desde y hacia Tel Aviv, a través de Estambul (IST) y Ammán, respectivamente. En menor medida, Egyptair también podría tener un cierto impacto aunque muy reducido, por el tráfico local que moviliza.
Considerando el reciente acuerdo entre el Reino de Bahrain e Israel, que también tienen a los Estados Unidos como garante, no se descarta que Gulf Air así como líneas aéreas israelíes también consideren una operación regular entre ambos países también como parte de las medidas de confianza. Sin embargo y, a diferencia de Dubái, el potencial comercial es inferior.
El establecimiento de los vuelos comerciales representa un punto de inflexión en las relaciones entre los países del Medio Oriente con Israel, proceso que se obtiene como parte de una exitosa gestión diplomática del Presidente Donald Trump, quien se anota un triunfo importante en esa región y en política exterior de cara a las próximas elecciones presidentes en los Estados Unidos. Después de los acuerdos de Egipto y Jordania, el de los Emiratos Árabes Unidos es el más significativo y pone a Trump como un reorganizador parcial de los países árabes al mismo tiempo que bloquea o reduce la influencia de Irán en la zona.
Pese a los acercamientos que se dan entre los países, todavía falta ver el cumplimiento de los compromisos por parte de los propios Estados, especialmente Israel, cuyo historial en lo que respecta a acuerdos y tratados de paz en Palestina no siempre se garantizan. Para los países árabes, como los Emiratos Árabes Unidos, la firma de un acuerdo y un establecimiento de relaciones diplomáticas no implica abandonar las gestiones por conseguir un Estado Palestino que tenga a Jerusalén como capital.
Fotografía portada - Emirates