Como parte de las acciones para generar confianza y garantizar la salud de los usuarios, el aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago se apresta a convertirse en el primer terminal aéreo de Chile en certificar sus protocolos para disminuir a máximo las probabilidades de contagio por COVID-19. El proceso nace por iniciativa de la concesionaria Nuevo Pudahuel que llega a un acuerdo con la empresa AENOR.
Desde la perspectiva de la concesionaria, se trata de una medida complementaria a las acciones impulsadas desde el inicio de la pandemia. “Forma parte de un completo programa que se ha diseñado para garantizar máxima confianza a los pasajeros a la hora de viajar”, expresan en Nuevo Pudahuel ante la preocupación que sienten las personas a la hora de viajar.
Dado que en el futuro urge convivir con el virus, así como muchas otras enfermedades presentes en el mundo moderno, Nuevo Pudahuel destaca esta fase de transición para afrontar con éxito la llamada “nueva normalidad”. El proceso de certificación no corresponde a la Acreditación de Seguridad Sanitaria del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) pero considera todos los aspectos críticos del aeropuerto y de algunos servicios como el retail, alimentación y salones CIP/VIP del terminal aéreo.
Consultada Nuevo Pudahuel indican que la certificación consta de varias etapas donde se revisan los protocolos establecidos y se contrastan con una guía desarrollada por la empresa que audita. El proceso se constata en base a recomendaciones y requisitos de distintos organismos nacionales e internacionales, además de otros documentos de referencia y casos éxitos.
Adicionalmente, se someten todos los servicios ofrecidos por Nuevo Pudahuel a evaluaciones presenciales como documentales para asegurar que la empresa está aplicando los protocolos adecuados. De esta manera, se podrá demostrar ante distintos tipos de usuarios del aeropuerto el compromiso que existe para disminuir los riesgos de contagio, especialmente por COVID-19.
AENOR es una entidad líder en España que contribuye a la transformación de la sociedad mediante la creación de medidas de confianza entre las organizaciones y las personas. Para ello, aplican servicios de evaluación de conformidad, formación e información. Actualmente, posee operaciones en 90 países en campos como la gestión de la calidad, sostenibilidad, verificación de información no financiera, bienestar animal, seguridad y salud en el trabajo.
Cada vez más son los aeropuertos de distintos países de América Latina y el Caribe que están acreditando sus protocolos de seguridad sanitaria con el objetivo de devolver la confianza a los usuarios de que viajar en avión sigue siendo seguro. México es el país que encabeza la lista con mayor cantidad de terminales aéreos certificados.
A medida que se conoce el comportamiento del virus, los protocolos deben ser revisados tanto en su diseño como aplicación de manera tal, de que no se convierten en restricciones innecesarias que condicionen la necesaria reactivación. Por lo mismo, la aviación dispone de hace meses protocolos estandarizados diseñados bajo los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y validados por la Organización de Aviación Civil (OACI) participada por los Gobiernos que forman parte de Naciones Unidas.
Por lo anterior, no se entiende que las autoridades de distintos países continúen limitando la reactivación de la aviación y condicionando las libertades de las personas cuando existen mecanismos para salvaguardar la salud que demuestran ser efectivos, pese a que el mundo continúa inmerso en plena pandemia. En esa línea, no se entiende las decisiones de algunas autoridades en lo que respecta a la reactivación de algunas actividades o procesos, mientras se condiciona a otras industrias que son catalizadoras de empleo, economía y desarrollo social.