Considerando la alta demanda en la entrega de las vacunas para COVID-19 que el mundo espera para 2021 y 2022, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) indica que se necesitarán alrededor de 8.000 aviones Boeing 747 cargueros para asegurar la entrega de una dosis a 7.800 millones de personas. Ante las restricciones que todavía se mantienen, llama a los Gobiernos de todo el mundo a reanudar los servicios aéreos con el fin de asegurar una cadena rápida de abastecimiento.
“La entrega segura de las vacunas COVID-19 será la misión del siglo para la industria de la carga aérea, pero no sucederá sin una cuidadosa planificación previa. El momento para eso es ahora”, dice Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA. “Instamos a los Gobiernos a tomar la iniciativa para facilitar la cooperación en toda la cadena logística para que las instalaciones, la seguridad y los trámites fronterizos estén listos para la gigantesca y compleja tarea que se avecina”.
La mayoría del transporte de carga en el mundo se realiza en las bodegas de los aviones de pasajeros (bellies), pero la paralización a nivel mundial del tráfico aéreo y su lenta reactivación como consecuencia del cierre de fronteras y las cuarentenas obligatorias hacen que las líneas aéreas no puedan operar o lo hagan de manera muy reducida. De esta manera, la capacidad de carga (ATK) se mantiene condicionada con reducciones significativas. Por lo mismo se advierten que las restricciones actuales mantienen reducida la capacidad de carga limitando la oferta para la cadena logística.
Según datos de IATA, el ATK de julio a nivel global muestra un descenso de 31,2% en comparación con el mismo mes del año anterior. La cifra se da pese al incremento de operaciones y a la reactivación gradual de los vuelos. Uno de los escenarios más complejos se encuentra en América Latina por el severo deterioro de las operaciones aéreas y la situación de las compañías como consecuencia de meses de paralización.
IATA indica que la red de rutas a nivel global se ha reducido muy significativamente de los 24.000 pares de ciudades que existían antes de la crisis por COVID-19. Por lo mismo, advierte a la Organización Mundial de la Salud (OMS) como a otras organizaciones internacionales que existen “graves dificultades” para asegurar los programas de entregas de vacunas debido a la limitada conectividad aérea.
“Si las fronteras permanecen cerradas, los viajes se reducen, las flotas están en tierra y los empleados están en licencia, la capacidad de entregar vacunas que salvan vidas se verá muy comprometida”, puntualiza de Juniac.
La carga aérea juega un papel clave en la distribución de vacunas en tiempos normales a través de sistemas de distribución sensibles al tiempo y la temperatura a nivel mundial bien establecidos. Esta capacidad será crucial para el transporte y distribución rápidos y eficientes de las vacunas COVID-19 cuando estén disponibles, y no sucederá sin una planificación cuidadosa, dirigida por los Gobiernos y apoyada por las partes interesadas de la industria.
A nivel de industria existen cuatro aspectos claves en el proceso de entrega de vacunas para el próximo año: Instalaciones e infraestructura, disponibilidad de equipos y personal, la seguridad y la agilidad de los procesos fronterizos. Considerando la magnitud de la pandemia a nivel global no existe claridad la cantidad de instalaciones que se requieran con el resguardo pertinente de la temperatura para almacenar las vacunas, disponibilidad de equipos y personal capacitado para manejar grandes dosis, además de una capacidad de monitoreo sólidas.
En un escenario de múltiples amenazas a nivel global, la seguridad es fundamental. Distintas organizaciones internacionales advierten que las vacunas son ya un producto muy valioso. Por consiguiente, deben existir protocolos para salvaguardar los envíos ante posibles manipulaciones y especialmente robos. En esa misma línea, se insta a los Gobiernos trabajar de manera coordinada en los pasos fronterizos y efectivos controles aduaneros, pero sin que representen demoras. Considerando las restricciones impuestas como medidas preventivas para evitar los contagios por COVID-19, se advierte que los procesos podrían verse demorados.
En materia estrictamente aeronáutica, IATA propone que para asegurar entregas lo más rápidas posibles y eficientes se deben otorgar permisos expeditos de sobrevuelo y derechos de aterrizaje para todas operaciones aéreas que transporten vacunas COVID-19. No se descarta que los Gobiernos también entreguen derechos de tráfico temporales a líneas aéreas para facilitar las operaciones y asegurar una capacidad suficiente para coordinar las entregas. A nivel global, recomienda a las autoridades eliminar restricciones en horarios de operación, exceptuar de cuarentenas a las tripulaciones de vuelo y una desgravación arancelaria para asegurar la distribución y masificación de la vacuna.
Fotografía portada – Simón Blaise