En lo que califica un agravamiento del escenario por los rebrotes de contagio por COVID-19 en España, la demora en reactivación y la compra por parte de IAG, Air Europa solicita al Gobierno español ayudas por €400 millones. Adicionalmente, la firma del grupo Globalia gestiona con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) un fondo por €10.000 millones para asegurar la liquidez para los próximos.
Pese a estar aún en temporada alta de verano, Air Europa argumenta en agosto han incrementado las pérdidas así como las proyectadas para el resto del año. La situación sumada al panorama que produce una segunda ola de contagios obliga a reducir capacidad, especialmente en las rutas medias, segmento “más atractivo en el escenario de recuperación”.
La proyección considera pérdidas por más de €450 millones. Según publica El Economista (08/09/2020) algunos vuelos mantienen una ocupación por debajo del 50% como ocurre en rutas hacia y desde las islas Canarias, popular destino vacacional y que por su condición geográfica, depende del transporte aéreo para asegurar su conectividad. La ausencia de ferias, congresos y viajes corporativos también reducen casi por completo las previsiones de capturar pasajeros Premium para los próximos meses.
En términos comparativos, la situación no difiere mucho a la que están mostrando otras líneas aéreas europeas para los próximos meses, incluso aquellas que consiguen un mayor nivel de recuperación como ocurren con algunas líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés). Compañías como Wizz Air señalan que detendrán la recuperación de su oferta en un 60% respecto a 2019 por la mantención de restricciones por parte de los Gobiernos, al igual que easyJet.
Air Europa reactiva sus vuelos el 22 de junio con operaciones domésticas peninsulares y hacia y desde los archipiélagos canarios y baleares, además del tráfico entre islas. En julio realiza un incremento de frecuencias con vuelos diarios entre Madrid y Barcelona, Bilbao, Vigo, Coruña, Valencia, Alicante y Málaga, respectivamente, así como entre Málaga y Melilla. Además, anuncia la reactivación de servicios a 15 destinos europeos, tres en África del Norte y Medio Oriente (Tel Aviv) y a otras 13 ciudades en América, principalmente los Estados Unidos y países del Caribe.
En su momento, la compañía declara que la nueva programación está condicionada por la demanda, factor que determina el aumento de frecuencias y la incorporación de nuevas rutas para satisfacer las necesidades de viaje de los pasajeros. El complejo panorama en España no acompaña las proyecciones señaladas a mediados de año.
Con la continua paralización de la mayoría de los vuelos de larga distancia, es escenario es altamente adverso y sin posibilidades de recuperación lo que agrava más la situación financiera de la línea aérea de Globalia, lo que impulsa la solicitud de ayudas al Estado. Las esperanzas más inmediatas están en la apertura de las fronteras en varios países de América Latina, región donde Air Europa concentra sus operaciones intercontinentales, para programar una mayor recuperación de capacidad.
En septiembre, la firma española considera una capacidad al 35% respecto a los niveles exhibidos al mismo mes del año anterior. La oferta está en rutas de corta y media distancia complementada de manera muy marginal por vuelos intercontinentales a destinos como Montevideo y vuelos de repatriación gestionados por las Cancillerías de distintos países.
Pese al respaldo económico del grupo familiar dueño de Globalia, Air Europa necesita dinero para cumplir con sus obligaciones. La falta de liquidez complica el respaldo financiero que exigen los bancos para otorgar nuevos préstamos por el elevado riesgo de quiebra.
Air Europa considera que la compra por parte de Iberia e ingreso a IAG supone un alivio y garantías para asegurar su continuidad en el tiempo, independiente de la fórmula final que resulte del proceso. En este ámbito, la situación también no está exenta de complejidades dado los cuestionamientos que existen en Iberia por hacerse cargo en estos momentos de una empresa que califican “al borde de la quiebra”.
Fotografía portada - Simón Blaise