Después de informar a principios de agosto postergación de 60 días, Argentina prepara la reactivación del transporte aéreo para octubre autorizando simultáneamente vuelos domésticos e internacionales. La posible reanudación de vuelos se da pese al incremento significativo en el número de contagios que el país registra en las últimas semanas, pero se interpreta como un reconocimiento, al menos temprano, de las medidas que la industria aérea tiene para garantizar la seguridad sanitaria de los usuarios.
Autoridades de gobierno manifiestan una “cierta estabilización del escenario en Buenos Aires” y entregarían la facultad a cada Provincia la decisión de abrir vuelos en función de su situación sanitaria. Independiente de la falta de certezas, aseguran que la posibilidad de autorizar vuelos regulares a partir del 1º de octubre permiten establecer un horizonte en comparación con los meses anteriores.
“Ese es el horizonte con el que se está trabajando. Obviamente la última palabra siempre la tiene Salud. Es una expectativa, se está trabajando en pos de eso, pero no es una fecha que esté consolidada”, advierten, según diario La Nación (31/08/2020) en cita al ministro de Turismo, Matías Lammens. Sin embargo, advierten ser cautos dado considerando que la apertura inicial estaba fijada para el 1º de septiembre, pero fue suspendida por 60 días por el alza de contagios.
Para las autoridades argentinas, la apertura de la conectividad aérea a nivel doméstico como internacional no tendrá fines turísticos, sino satisfacer las necesidades de traslados que tienen las personas por distintos motivos como regresar a sus hogares o trabajos esenciales. Por consiguiente, se anticipa una oferta aérea muy reducida en comparación con los niveles previos a la pandemia.
Al igual como ocurre en Colombia, la autorización de operaciones aéreas especiales a distintas Provincias para Aerolíneas Argentinas es considerada como un ejemplo para reanudar servicios aéreos a una mayor escala. Para que los vuelos regulares de carácter comercial se puedan realizar, el Presidente Alberto Fernández debe modificar el decreto de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) y sus prórrogas para permitir la movilidad entre jurisdicciones, más allá del caso de los trabajadores esenciales.
Como Argentina es un país federal, cada gobernador también los debe autorizar. Distintas Provincias mantienen diferencias con el gobierno nacional, lo que puede impactar más en la reactivación de los vuelos domésticos que en los internacionales. Cabe señalar que por la reducción de capacidad realizada por las líneas aéreas, muchas rutas internacionales que tenían las Provincias hasta antes de la crisis no se reactivarían. En ese sentido, la importancia está en la situación de Buenos Aires.
Argentina todavía no define un protocolo sanitario a aplicar en los vuelos internacionales, pero se estaría descartando exámenes previos a los pasajeros a diferencia de otros países. La razón porque podría generar una sensación de “falsa seguridad”, además de abordar los problemas de implementación como los costos asociados para el viajero, la anticipación y la entrega del resultado. Sin embargo, no se descarta revisar la medida.
El protocolo inicial que considera el Gobierno de Argentina estaría basado en un control de síntomas que cada pasajero deberá realizar y que se reforzaría con un chequeo médico, aunque no se específica la fórmula para ello. No obstante, funcionarios de la administración trasandina aseguran que se toma como referencias las recomendaciones del Grupo de Trabajo para la Reactivación de la Aviación (CART) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), las que consideran un enfoque de capas bajo directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fotografía portada – Gastón Doval