Tras una demora de varios meses, Argentina finalmente lanza su segundo satélite al espacio. Se trata del Satélite Argentino de Observación con Microondas (SAOCOM) 1B cuya fecha inicial de lanzamiento estaba prevista para marzo de este año, pero se atrasa por las condiciones impuestas por la pandemia del COVID-19. Está destinado a complementar a su satélite homónimo (SAOCOM 1A) que se encuentra en órbita desde 2018.
El SAOCOM 1B está desarrollado por Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y fabricado por las instalaciones de INVAP con la participación de varias empresas y organizaciones científicas como la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) y el Instituto Nacional del Agua (INA). Es considerado como un progreso significativo de la industria aeroespacial argentina. Su característica principal es un radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés) que permite misiones ópticas para obtener mapas de la humedad y topografía del suelo independiente de las horas del día y condiciones meteorológicas.
Con la colocación de este satélite, Argentina busca elaborar índices de sequía, monitoreo de bosques, mapas de pendientes, acumulación de agua y otros datos para mejorar la producción agropecuaria. También busca estudiar las características de las ciudades, identificando riesgos de inundaciones, zonas de incendios, comportamientos de plagas, alertas de enfermedades, erupciones volcánicas, daños por desplazamiento de terrenos y problemas de infraestructura.
Una de las cualidades del satélite es que su radar posee características para explorar la superficie con hasta dos metros de profundidad. De esta manera, los estudios pueden considerar la medición de napas subterráneas en tiempo real.
Como las misiones a Marte de los Emiratos Árabes Unidos, China y los Estados Unidos, el lanzamiento del nuevo satélite argentino aprovecha “la ventana espacial”, en este caso para conectar con otros cinco satélites de la red SIASGE. La misión del SAOCOM 1B se realiza con la compañía Space X, siendo la primera para un país extranjero durante la pandemia del COVID-19.
SAOCOM 1B está programado para ubicarse a unos 600 kilómetros de altura y a 180º de distancia de SAOCOM 1A. Recorrerá la órbita en 88 minutos y tomará alrededor de 225 imágenes diarias pasando por los dos polos de la Tierra.
El satélite será visto por primera vez por una instalación peruana en Lima, desde donde se obtendrán los primeros datos. Posteriormente, será la Estación de Terrena de Tierra del Fuego, dedicada a la observación y monitoreo satelital, la primera de Argentina en recibir la información de SAOCOM 1B. La primera misión de la estación considera analizar parámetros del aparato como el estado de baterías, temperatura y condiciones de los paneles solares.
Con la puesta en órbita de un segundo satélite, Argentina registra un progreso significativo en su carrera espacial. El proyecto aeroespacial trasandino podría ser ampliado con la colocación de un nuevo satélite denominado SABIA-MAR que se realizaría como parte de un programa de cooperación internacional con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil. Dicho proyecto está en diseño de ingeniería y se espera avanzar en la construcción de los primeros modelos en 2023 que estarán dedicados a ensayo.
Otros proyectos más ambiciosos guardan relación con retomar el programa Tronador III. De concretarse, Argentina sería el único país de América Latina en contar con un sistema propio para lanzar satélites y ofrecer servicios de lanzamiento a otros países de la región.
Fotografía portada - Space X