Con la participación de ocho consorcios oferentes, en los últimos días se realiza la licitación y adjudicación de la construcción de la segunda pista del aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Se trata de una obra postergada y ampliamente requerida por el significativo incremento de las operaciones aéreas del aeropuerto y con la cual podrá duplicar su actual capacidad.
De acuerdo con lo que informa Lima Airport Partners (LAP), el consorcio Inti Punku, integrado por las empresas Sacyr y GyM, se adjudican los trabajos tras cumplir los requisitos en términos de ejecución, capacidad técnica, operativa y de conformidad exigidos. Considerando el contexto actual se valoran además propuestas y estrategias de salud para mitigar los contagios por COVID-19 durante el desarrollo de la obra.
“Estamos orgullosos de continuar con las obras programadas del proyecto de ampliación a pesar de la adversa coyuntura que afronta los sectores de la aviación y la construcción. Hemos adjudicado todo el “Lado Aire” que constituye un componente fundamental para la futura operación aérea”, señala LAP. La concesionaria detalla que las obras se iniciarán en septiembre, mientras avanzan en paralelo los trabajos de la nueva torre de control del aeropuerto de la capital peruana.
Después de varios años, finalmente la entrega de los terrenos adyacentes al aeropuerto Jorge Chávez permiten material la construcción de la segunda pista. Se trata de una obra ampliamente necesaria por el alto volumen de tráfico aéreo que tiene el aeropuerto por ser uno de los principales centros de conexiones de Sudamérica, además de capturar una gran cantidad de nuevos operadores, proceso que continuará con la expansión de líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) con tres representantes de este segmento basados en el Perú.
La nueva pista tendrá una longitud de 3.480 metros y con las salidas rápidas más las calles de rodaje se construirán más de 10 kilómetros de vías de circulación para los aviones. La obra incluye la instalación de luces de aproximación, balizamiento, nuevas ayudas a la navegación aérea, sistemas de media tensión, equipos de vigilancia perimetral y control. En total, se intervendrán alrededor de 600 hectáreas.
Según los plazos estipulados, debe estar completa en 2022 para comenzar a operar a fines de ese año. La crisis que impone la situación del COVID-19 en la aviación con una drástica caída de la demanda entrega una ventana de tiempo limitada para ejecutar la obra sin la presión que existe hasta antes de marzo del presente año. Cabe recordar que la segunda pista es una construcción postergada por varios años, generando complicaciones para el tráfico aéreo que se manifiestan en las esperas para realizar rodajes y despegues, reduciendo las eficiencias operacionales.
Con dos pistas operativas, el aeropuerto de Lima duplicará su capacidad operativa. Se podrán realizar hasta 80 operaciones de aterrizaje y despegue por hora. La superficie del campo de vuelo se triplicará en comparación con la actual.
La adjudicación de los trabajos de la segunda pista se suma a las adjudicaciones realizadas en 2019, entre las que destacan la del consorcio Nuevo Limatambo para los trabajos de movimiento de tierra y el consorcio Wayra para la construcción de la nueva torre de control.
Ante la grave crisis económica que afecta a los países por la paralización de la actividad como consecuencia de la pandemia, las obras a realizan generarán nuevos puestos de trabajo en Lima, especialmente para aquellos que residen en los alrededores del aeropuerto. Hasta 1.500 nuevos empleos estiman que se pueden generar con la construcción de la nueva pista. “En LAP tenemos el compromiso de seguir avanzando para que el Perú pueda contar con uno de los aeropuertos más importantes de Sudamérica”, sentencian desde la concesión.
Fotografía portada – Aldo Martinelli