Perú mantiene en total incertidumbre el reinicio de vuelos internacionales, pese posibilidad de realizar “servicios específicos”

Total incertidumbre y contradicciones entre las distintas autoridades de Gobierno del Perú. Es la sensación que se percibe en la industria aérea, en los propios trabajadores del sector y especialmente, en los ciudadanos o todos los viajeros que esperan que el país abra las fronteras para volver a sus hogares o comenzar a trabajar. Incluso desde el rubro turístico de ese país cuestionan a las decisiones, pese a que los habilitan para trabajar para pasajeros que no pueden llegar.

Después de indicar que el país probablemente no reinicie vuelos internacionales hasta 2021, ahora el ministro de Transportes y Comunicaciones del Perú, Carlos Estremadoyro, abre la posibilidad a vuelos internacionales de “extrema necesidad”, aunque no precisa de qué se trata ese concepto. Posteriormente, esos vuelos darían paso a servicios aéreos controlados permitiendo que viajes específicos para luego un reinicio gradual de la actividad, todo sin fechas específicas. En ese contexto, agrega los controles y restricciones sanitarias se incrementarán.

“Tenemos que asegurarnos que las personas que suban a esos aviones sean sanas y cuando vengan acá vuelvan a pasar una prueba que les de la seguridad que son personas sanas antes que salgan a la calle”, dice Estremadoyro.

Sus declaraciones siguen en contradiciendo a sus pares del propio gobierno peruano. Durante la semana pasada, el ministro de Defensa, Jorge Chávez, dice que los aumentos de contagios en el país se deben a las reuniones de personas y actividades sociales y no guardan relación con el transporte aéreo.

“De acuerdo con el reporte que nos ha brindado el MTC sobre las medidas que se han tomado para dar inicio a este movimiento, tanto terrestre como aéreo, es muy improbable las situaciones de contagio. Por otro lado, los reportes del MINSA no incluyen a estos servicios como posibles causas del incremento abrupto de la infección en nuestra población”, puntualiza Chávez.

Las opiniones son un reflejo directo la falta de claridad y contradicciones que existen en el gobierno, dando entender complejidades para abordar una emergencia sanitaria y atender la urgencia de reactivar el país ante la crisis económica. La situación no es propia del Perú, también está presente en distintos grados en otros países de la región como Argentina, Colombia, Chile y Panamá.

Para la industria aérea, la situación es compleja porque ahora la región va para seis meses de paralización sin que existan logros importantes en materia de control de la enfermedad. Además, no se entiende la falta de determinación de los Gobiernos cuando existen protocolos validados y demostrados con los cuales es posible funcionar. En ese sentido, mientras el mundo avanza hacia una reactivación gradual, América Latina se condiciona con medidas draconianas, incluso anticuadas, que no se ajustan al mundo contemporáneo.

Según Estremadoyro, los vuelos internacionales específicos serían coordinados con las respectivas Cancillerías de los países. Para la industria aérea, no hay ninguna diferencia con lo que ocurre en la actualidad y con lo que se viene realizando en los cinco meses que el Perú mantiene las fronteras cerradas con los vuelos humanitarios que también se gestionan de la misma manera.

“Si para mostrar que es un viaje de necesidad, se tiene que pasar por alguna embajada, es el mismo proceso que hemos estado viendo en todo el periodo de emergencia con los vuelos humanitarios”, Stephen Rapp, dice el gerente general de Viva Air en Perú.

En términos prácticos, los distintos operadores insisten que el Gobierno debe definir políticas claras para poder proyectar cualquier operación y dimensionar la realidad de la empresa en los próximos meses, especialmente cuando estas enfrentan una escasez de liquidez y no cuentan con ayudas paliativas por parte del Estado. Desde la autoridad insisten que los vuelos internacionales se flexibilizarán cuando disminuya la cantidad de contagios, postura ambigua considerando las dificultades que está teniendo el Perú para controlar los casos por COVID-19.

Como en muchos países de América Latina, la situación del Perú es contradictoria. Si bien por un lado buscan reactivar la economía con una serie de protocolos, por otros desconocen los esfuerzos del principal vehículo que impulsa una de las industrias fuertes del país como es el turismo y que es una herramienta catalizadora de la economía: la aviación. Por cada un empleo que se habilita en el sector aéreo se crean otros cuatro en otras industrias.

En su intento por definir una política, el gobierno peruano afirma que podría avanzar a una flexibilización similar al modelo chileno con vuelos por motivos de salud, trabajo o estudios, pero tampoco entra en mayores detalles. En ese sentido, también recibe cuestionamientos por la complejidad que existe en el mundo actual por definir qué es esencial y qué no, considerando la multiplicidad de intereses que tiene la población y los propios trabajos. Una situación que sin dudas marca un retroceso y, al igual como ocurre en Chile, genera confusiones y limitaciones.

Desde los sectores aeronáuticos y turísticos esperan que se pueda recuperar con una gradualidad los vuelos comerciales a partir de septiembre cuando termine el estado de emergencia. Sin embargo, algunos apuestan directamente a octubre. Si bien todas las líneas aéreas advierten que la demanda no será la misma, urge brindar los servicios aéreos para mantener la continuidad de las compañías aéreas y atender las distintas necesidades de la población, además de la cadena de abastecimiento que también está siendo afectada por las restricciones impuestas por el Gobierno.

Fotografía portada – Lima Airport

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