Junto con Brasil y México, Chile es uno de los tres países de América Latina que no suspende su actividad aérea en forma completa, aunque si se ven reducciones significativas por la imposición de restricciones unilaterales por parte del Gobierno. Desde la industria aérea, valoran la mantención de servicios aéreos mínimos, pero critican la continuidad de las restricciones para viajes domésticos, y el cierre de fronteras o las cuarentenas obligatorias para viajes internacionales.
Recogiendo distintas opiniones de la industria, incluyendo varios trabajadores que conforman una “primera línea” -por su exposición-, existe la percepción de que las autoridades entran en contradicciones al momento de tomar decisiones, especialmente cuando reconocen que la aviación tiene aplicados los protocolos de bioseguridad y que el equipamiento a bordo de los aviones renueva el aire de la cabina por lo que no constituye un mecanismo de contagio. Por consiguiente, existen condiciones para dar la seguridad y tranquilidad a los pasajeros.
A su juicio, la mantención de las restricciones complica la reactivación del sector y amenaza con la destrucción de los puestos de trabajo, especialmente cuando las compañías están reduciendo sus proyecciones para el corto plazo. Con desvinculaciones masivas, muchos no verán una restitución inmediata de sus fuentes de empleo obligándolos a tomar otras alternativas en una economía seriamente afectada tanto por la crisis como por el complejo panorama político inserto en el país.
Durante julio y agosto, Chile registra algunos incrementos en la cantidad de operaciones tanto a nivel doméstico como internacional por parte de sus tres principales líneas aéreas, así como por la recuperación, aunque cantidades muy reducidas, de algunas rutas internacionales. Las restricciones para viajar dentro del país sólo por motivos laborales, de salud o asistencia a funerales de familiares cercanos, todos comprobables, más el ingreso sólo de ciudadanos chilenos o residentes en el país y la cuarentena obligatoria, dificultan cualquier intención de aprovechar el impulso dado por algunos operadores.
“Hemos visto un pequeño incremento de los vuelos hacia Chile, principalmente desde Europa y Norteamérica, lo que es una buena señal, pero como hay varios condicionantes con las cuarentenas, los permisos no estamos viendo una apertura total como esperamos”, dice Peter Cerdá, vicepresidente de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para las Américas.
El directivo dice que como industria aérea seguirán trabajando con las autoridades para demostrar que los protocolos existen y se cumplen. Como ejemplo, ponen la trayectoria de los servicios aéreos en el país durante los últimos meses que, pese a las condiciones de la pandemia en Chile, se han mantenido de una manera responsable que demuestra que los protocolos se cumplen.
“Le pediría al Gobierno chileno que aprovechemos esta experiencia que la industria aérea ha trabajado de manera muy eficaz, que tenemos los mecanismos y procesos de bioseguridad para reactivar el transporte aéreo sin las restricciones, tanto internacionales y nacionales”, agrega Cerdá.
Desde un ámbito más local, Gabriela Peralta, country manager de IATA en Chile, señala que los esfuerzos no se han detenido para restaurar gradualmente los niveles de conectividad y buscar avances que permitan impulsar de manera segura la economía a través de la aviación. “Seguimos trabajando con el Ministerio de Transportes que trabaja muy de la mano con el Ministerio de Salud para que prontamente podamos tener una flexibilidad sin las causales descritas. En el ámbito internacional también buscar medidas para evitar la cuarentena como los PCR”, explica.
La opción de solicitar PCR negativo a todos los pasajeros que ingresan a Chile con mínimo de anticipación de 72 horas antes del viaje es un mecanismo que a corto plazo puede ser viable para levantar algunas restricciones y contribuir de manera segura a la necesaria reactivación tanto del sector como de la economía del país. En ese sentido, se recuerda que la industria de la aviación es un catalizador de la economía dado que por cada un empleo que se crea en ese sector se activan otros cuatro en otros de manera indirecta. Como en todo el mundo, se insiste la mantención de las restricciones de viaje y las cuarentenas crean barreras que demoran cualquier tipo de actividad.
Actualmente, países como Ecuador, Egipto o Francia, son algunos que están exigiendo PCR negativo a todos los pasajeros que ingresan a sus fronteras como mecanismo de control preventivo frente al COVID-19.
Fotografía portada - Simón Blaise