Gobierno de Chile mantiene incierto el levantamiento de restricciones de viaje y toma distancia de ayudas económicas a la aviación

A pesar de que reconoce el trabajo conjunto de la industria aérea con protocolos armonizados que brindan la seguridad sanitaria a los pasajeros y que las probabilidades de contagio por COVID-19 a bordo de un avión son muy escasas, el Gobierno de Chile mantiene inciertos los levantamientos de restricciones de viaje a nivel doméstico como internacional. Mientras para algunos se trata de cautela dentro del programa de desconfinamiento, para otros demuestra una falta de claridad y convicción que dificulta el escenario inmediato, especialmente para definir programaciones de vuelos y capacidad para los próximos meses.

“Estamos tratando de instalar todas las medidas sanitarias que permitan recuperar la conectividad nacional”, dice Gloria Hutt, ministra de Transportes y Telecomunicaciones. “Hay medidas que ya están probadas, como la renovación del aire en los aviones que se renueva cada tres minutos y tiene condiciones de seguridad muy altas en términos de protección a los pasajeros. Se han tomado todas las medidas necesarias”, agrega durante la presentación de una aplicación para teléfonos celulares con derechos y medidas de seguridad para los pasajeros en el aeropuerto de Santiago.

En relación con los vuelos internacionales, la ministra de Transportes y Telecomunicaciones agrega que es un tema que va más allá de Chile porque dependen de lo que decidan los otros países. En ese sentido, el levantamiento del cierre de fronteras por parte de Chile, entrega a la responsabilidad a lo que diga la autoridad sanitaria.

Respecto al levantamiento de las restricciones para volar dentro de Chile, Hutt indica que depende de los avances de algunas comunas y llama a la colaboración de los usuarios. Sin embargo, evita referirse de manera más específica dejando entre ver vacíos en el programa de desconfinamiento del país.

Uno de los casos que preocupa es la capital que concentra la mayoría de los vuelos. Mientras en regiones el panorama es algo más sencillo dado que los aeropuertos o aeródromos están en la misma comuna de la ciudad, en la capital el aeropuerto Arturo Merino Benítez está solo en una de las 32 comunas del Gran Santiago. En ese sentido, no queda claro si el levantamiento de las restricciones de viaje desde y hacia la capital dependerá si todas las comunas avanzan a las etapas mayor apertura o habrá que esperar que sólo Pudahuel lo consiga.

Consultada directamente, la ministra invita a los usuarios a usar la nueva aplicación para teléfonos móviles donde se indican los motivos por los cuales se permite viajar. “Esperamos que las personas se familiarizan con ello”. También indica que la necesidad de completar el pasaporte sanitario y cuando se hagan viajes a una comuna con un confinamiento mayor se tiene que acreditar el viaje con una actividad esencial o de las razones que lo permitan.

Fotografía - Simón Blaise

“Todos tenemos que poner de nuestra parte…”

Sin cambios se mantiene la posición del Estado en el otorgamiento de ayudas económicas a la industria aérea como lo han hecho parte importante de los países. En ese contexto, Chile forma parte de la realidad de América Latina como la región que menos ayudas económicas ha entregado a la aviación, incluso en niveles inferiores a los países de África. Las pocas ayudas están determinadas principalmente por el liderazgo de Brasil en la materia y en menor medidas por Colombia, ambas con aportes que equivalen al 0,8% de los ingresos de las líneas aéreas.

Ante la pregunta de Aero-Naves, el ministro de Economía, Fomento y Turismo, Lucas Palacios, defiende la acción gubernamental en temas de ayudas. “Nos hemos puesto a disposición de la ciudadanía y de todos los sectores”, responde inicialmente, destacando las acciones hacia las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Para el resto de las industrias, agrega que depende de un esfuerzo colaborativo de todos. “El Estado puede ser una parte, pero es importante que todos asumamos que estamos en una especie de cruzada, en una especie de Chile ayuda a Chile. Todos tenemos que poner de nuestra parte para salir adelante”.

Con relación a la aviación, Palacios dice que “la mejor forma de ayudas a la industria aeronáutica es que puedan volver a volar los aviones con pasajeros”, reiterando el llamado a la ciudadanía a acatar las normas sanitarias y maximizar los cuidados. “La industria aeronáutica ha puesto de su parte que son protocolos muy rigurosos. Los aeropuertos también han puesto medidas de seguridad. Todos debemos informarnos para colaborar en esta recuperación que todos necesitamos”.

Para industria aérea las declaraciones sólo confirman la ausencia de ayudas y una falta colaboración pese a los aportes directos e indirectos que la actividad tiene en el país. El transporte aéreo aporta US$7 mil millones al Producto Interno Bruto (PIB) de los cuales US$1,9 mil millones son atribuibles al turismo, pero también hay aportes en términos de conectividad, traslado de mercancías, insumos médicos, integración del territorio, desarrollo de economías locales, entre otros.

Hasta antes de la pandemia, Chile exhibe la tasa de viajes per cápita exhibe más alta de la región (un viaje en avión por habitante) como consecuencia de una dinámica competitiva que propicia una verdadera democratización del transporte aéreo. Hoy, los viajes son algo necesario y cotidiano. No es una actividad de lujo. Las personas en Chile vuelan para trabajar, estudiar, asistir a centros de salud, reencontrarse con familiares, desarrollar proyectos y también para conocer el país.

En sectores de la industria, también una evidente contradicción en las autoridades. Si se reconoce la existencia de protocolos armonizados poco se entiende la mantención de las restricciones y ven difícil programar vuelos y proyectar capacidad futura si son las propias autoridades las que no entregan certezas respecto a temas básicos. Otra crítica, son las diferencias que existen entre una autoridad y otra, especialmente en los SEREMIS (Secretaría Regional Ministerial) de Salud en aspectos y procedimientos que deben ser iguales para todo el país.

Respecto a las ayudas económicas, la escasa colaboración mostrada desde el Estado es insuficiente, ya que apenas representa menos del 2.0% de los costos totales. En ese sentido, la mayoría de los operadores está buscando sus propios mecanismos para salir adelante, pese a las restricciones impuestas desde el Gobierno para operar. Hoy, Chile tiene una línea aérea en protección judicial para reestructurarse (LATAM) y otra que estudia un camino similar (SKY), además de registrar la pérdida de un operador (ONE Airlines).

Las líneas aéreas como los aeropuertos reconocen los avances y la preocupación de las autoridades por la salud de las personas, pero advierten que es necesario avanzar en un retorno seguro del transporte aéreo como herramienta de reactivación económica. Se insiste, como en todo el mundo, la mantención de las restricciones de viaje y las cuarentenas crean barreras que demoran cualquier tipo de actividad. Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), las líneas aéreas chilenas reportarán en 2020 pérdidas de ingresos por al menos US$2,57 mil millones que ponen en riesgo a más de 15.965 empleos directos y otros 66.814 empleos en sectores indirectos.

Fotografía portada - Simón Blaise

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