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Líneas aéreas de Estados Unidos piden al Gobierno nuevas ayudas económicas para evitar despidos

Ante una recuperación mucho más lenta de lo inicialmente previsto, las líneas aéreas de los Estados Unidos se vuelven a unir para solicitar al Gobierno la posibilidad de contar con nuevas ayudas financieras para mitigar nuevos despidos de trabajadores. Después de los US$50 mil millones entregados por la administración de Donald Trump a través de la Ley CARES (Coronavirus Aids Relief Economic and Security Act), las compañías aéreas beneficiadas tienen prohibido despedir personal hasta el 1º de octubre, plazo que se vence y que ante la demora de la reactivación, obliga a realizar fuertes ajustes ante la reducción de la capacidad.

Las líneas aéreas advierten al Gobierno de los Estados Unidos que alrededor de 75.000 empleos están en riesgo. Muchas compañías ya advierten a sus empleados del complejo escenario de manera tal de que “no existan sorpresas” en las próximas semanas. El frente unido considera a las líneas aéreas Alaska Airlines, Allegiant Airlines, American Airlines, Delta, Frontier, Hawaiian Airlines, Spirit y United Airlines. La presencia de las tres compañías más grandes y pequeñas, así como de distintos modelos de negocios refleja la transversalidad del problema.

Allegiant Airlines, línea aérea de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) dedicada a atender destinos vacacionales o de recreación considera la salida de 275 pilotos y otras 200 personas que no forman parte de los sindicatos. La compañía se encuentra operando con una oferta por asientos-milla recorrida (ASM) alta con una reducción del 10% en comparación con lo ofrecido en la temporada de verano del hemisferio Norte.

American Airlines advierte que al menos 25.000 empleos están amenazados debido a la demora en la recuperación, especialmente con la mantención de las restricciones de viaje y las cuarentenas, especialmente en rutas internacionales. La línea aérea basada en Dallas Fort Worth eliminaría al 30% de su personal, porcentaje que se agrega a otro 30% ya desvinculado en los meses anteriores a las ayudas.

Delta ya indica que más de 3.000 tripulantes de cabina deberán acogerse a retiro voluntario en la temporada de otoño. En total, 17.000 empleados están en riesgo una vez que finalicen las ayudas. Además, sugiere que sus pilotos deben aceptar una reducción del 15% de sus sueldos para evitar los despidos.

Desde Indigo Partners LLC, Frontier señala que planea a desvincular a 925 tripulantes de cabina y a 559 pilotos a partir del 1º de octubre. La medida es drástica considerando el enfoque conservador de recuperación en comparación con otras LCC al operar con un ASM entre 50% y 60%.

Spirit, por su parte, considera despedir a otras 2.500 personas y advierte que el número podría incrementarse en el tiempo. Actualmente, tiene una oferta prácticamente normal con una capacidad con una reducción de hasta 20% en comparación con lo que se exhibe en 2019.

En julio, United advierte que 36.000 empleados podrían dejar la compañía a través de distintos mecanismos. La reducción considera un 25% del total de los pilotos de la compañía como consecuencia de la contracción de la demanda y la incapacidad para retomar operaciones por distintos factores, principalmente las restricciones de viaje.

En el frente común formado para solicitar al Gobierno de los Estados Unidos de nuevas ayudas no están JetBlue y Southwest, ya que aseguran que están tomando sus propias medidas para contener los despidos masivos. JetBlue confía que los retiros voluntarios permitirán mitigar la reducción laboral, mientras que Southwest está aplicando otras medidas como suspensión laboral sin goce de sueldo o disminución de sus salarios.

El Gobierno de los Estados Unidos destaca a nivel mundial por otorgar ayudas económicas rápidas a toda la industria aérea de manera transversal y transparente. A través de la Ley CARES otorga ayudas financieras directas y acceso a garantías de créditos a las líneas aéreas, los aeropuertos y los proveedores de la industria aérea, lo que se interpreta como un reconocimiento del valor de la aviación como sector estratégico para la economía del país.

Fotografía portada – Simón Blaise

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