Polémica causa desde hace algunas semanas el comunicado de prensa de la Agencia de Cooperación para la Seguridad y Defensa (DSCA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, donde aprueba y detalla la cotización de un “Proyecto de Upgrade Tecnológico” para los aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). La intención del proyecto busca modernizar y actualizar a los aviones caza para extender su vida útil y mejorar sus prestaciones.
El proyecto tiene inicio desde el año 2012, según detalla Cristian de la Maza, subsecretario de Defensa del Gobierno de Chile. En sus palabras, aclara que este acuerdo no se tiene en consideración la compra de armamento letal y que el pago de la suma total del contrato por US$634,7 millones serían en fases y pagos parciales en un período mayor a nueve años. Incluso, asegura que el precio entregado por la DCSA sólo es referencial y que se escapa a lo considerado en el presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional.
Pero ¿en qué consiste esta compra al país norteamericano? El comunicado de la agencia estadounidense detalla que el contrato incluye equipos de comunicación, armamento de entrenamiento, capacitaciones, repuestos y equipamientos para los aviones de combate, lo que incluye 19 sistemas de señalización montados en cascos JHMCS. Estos permiten a los pilotos ver los instrumentos sin bajar la mirada hacia el panel. Además, el contrato incluye seis bombas de entrenamiento Mark MK-82 de 226,7 Kg., 44 GPS / INS incorporado LN-260, altímetros de radar de altitud combinada, entre otros insumos, además de otros servicios.
Ante la publicación de DSCA, el Ministerio de Defensa anuncia en un comunicado el aplazamiento en el cumplimiento de este contrato. Argumenta motivos asociados a la pandemia y situación de crisis que atraviesa Chile y el mundo. “A inicios de este año se tomó la decisión de postergarlo debido a la emergencia sanitaria y a la necesidad de priorizar recursos del Estado en otras áreas más urgentes”, destaca de la Maza, en sus explicaciones.
Oficialmente, el proyecto de actualización está validado técnicamente, pero está en espera de asignación de recursos. Bajo los argumentos entregados, estos no estarían disponibles por esta vez, impidiendo llevar a cabo las mejoras.
La importancia de este tipo de mejoras y mantenciones en aviones como los F-16 radica en la necesidad de asegurar constantemente su operatividad bajo altos los más estándares de seguridad. Al mismo tiempo, pretende mejorar las prestaciones de combate necesarios para garantizar la seguridad estratégica del país.
En un plano más político, Estados Unidos busca a través de esta compra reafirmar su compromiso con Chile en el abastecimiento de repuestos para la flota de aviones F-16, en un intento de entregar señales de confianza en la región. Es de conocimiento público que desde 2013, los Estados Unidos ofrece variantes del F-16 a la Fuerza Aérea de Colombia (FAC) dado que se encuentra en búsqueda de un reemplazo para sus IAI KFir C10/12 que actualmente componen la “punta de lanza” del componente aéreo del país cafetero.
Actualmente, Chile cuenta con tres grupos aéreos operando unidades de F-16. Su misión es la protección del espacio aéreo nacional desde 2006 luego de la adquisición de 10 unidades “Block 50” nuevos y posteriormente varios lotes de F-16 “MLU” de segunda mano comprados a Holanda.
Fotografía portada - Alfredo Vera