Perú mantiene incertidumbre respecto a inicio de vuelos internacionales afectando a la industria aérea y al turismo

Después de un positivo reinicio de los vuelos internacionales, el Perú da una negativa señal al mantener en total incertidumbre el reinicio de los vuelos internacionales. Según las últimas declaraciones de las autoridades, las operaciones hacia el extranjero desde y hacia Lima como desde otras ciudades podría darse a fin de año o incluso en 2021 condicionando significativamente la recuperación del sector.

Inicialmente, el país esperaba abrir gradualmente sus fronteras desde el 01 de agosto durante la fase 4 de desconfinamiento, proceso que se posterga a septiembre con la posibilidad de levantar el cierre de manera gradual, mencionándose incluso la posibilidad de realizar ensayos desde Cusco. Las autoridades argumentan tener una mejor coordinación con los ministerios de Transportes y Salud para garantizar los vuelos.

La decisión es para algunos un tema estrictamente burocrático que más allá de la contingencia sanitaria, especialmente cuando se cuentan con todos los protocolos armonizados que el propio país valida. Como otros Estados, el Perú es parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo que junto a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) han definido y aprobado los pasos para mantener la seguridad sanitaria en los vuelos y garantizar conectividad aérea, sin que esta represente una amenaza para la población dado que no hay evidencia científica de que la aviación sea un mecanismo de contagio.

Para la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), la falta de certezas de parte del Gobierno es un “balde de agua fría” para las líneas aéreas que llevan casi cinco meses con sus operaciones afectadas, primero con una paralización total y ahora con una reducción de capacidad condicionada sólo a los vuelos domésticos reanudados a mediados de julio. La entidad junto a otras organizaciones ligadas al turismo peruano advierte que de no existir cambios y persistir con una demora en la reanudación de los vuelos hasta fin de año o 2021 impactará significativamente en la economía con empresas quebradas, salida de inversiones y una evidente pérdida de conectividad.

Hasta antes de la crisis del COVID-19, el Perú pierde a dos operadores como LC Perú y Peruvian Airlines que, si bien su salida es compensada por el ingreso de SKY, principalmente, representa un daño a su industria. Con la pandemia, Avianca determina el cierre de su filial peruana reduciendo la capacidad tanto doméstica e internacional. Las compañías aéreas más pequeñas y con menos espaldas financieras son las que poseen mayores riesgos de desaparecer. Si bien estas firmas están reducidas a los vuelos domésticos, dependen del tráfico internacional que alimenta el flujo de turistas para incrementar sus ingresos.

Por la cantidad de vuelos y el hub que posee en Lima, una eventual decisión de postergar los vuelos internacionales impactará negativamente en LATAM retrasando cualquier intento de recuperación y poniendo en riesgo más fuentes de empleos en la compañía como en distintas industrias que dependen de la aviación como es el turismo, la gastronomía, la hotelería, entre otros sectores. Lima y el Perú son estratégicos en la operación de la red de LATAM, por lo que cualquier afección condiciona drásticamente su recuperación y la conectividad aérea del país. El rol del centro de conexiones en Lima es para la compañía comparativamente similar al que posee Sao Paulo (GRU). En ese sentido, las consecuencias de la mantención del cierre de fronteras en el Perú también repercuten en otros países de la región como Argentina, Bolivia, Chile y Paraguay.

Una eventual demora en el reinicio de los vuelos internacionales impactará también en los aeropuertos, ya sea aquellos que están bajo sistema de concesiones como aquellos administrados por el Estado a través de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (CORPAC S.A). Si bien las consecuencias son generalizadas, la fuerte dependencia de vuelos internacionales y por gestionar la mayoría la capacidad doméstica, Lima Airport Partners (LAP) es una de las empresas más comprometidas.

El escenario que impone el Perú no es auspicioso, al igual como el que establecen los distintos Gobiernos de América Latina que siguen condicionando la recuperación del transporte aéreo en un desconocimiento indirecto de los protocolos sanitarios que se aplican. Sólo Brasil toma una acción más adecuada con el levantamiento de sus fronteras. Si aún se abren las fronteras en las próximas semanas, los vuelos se realizarían con capacidad reducida por número de frecuencias.

De acuerdo con IATA, el Perú reporta a fecha de hoy una pérdida estimada de ingresos para 2020 por US$1,85 mil millones. La paralización del transporte aéreo y las restricciones imperantes arriesgan la pérdida de más de 18.555 fuentes de trabajos directos y otros 150.225 empleos indirectos en distintos sectores productivos del país. La pérdida de fuentes de trabajo se sentirá con fuerza en la capital como en las distintas ciudades del país, especialmente en las pequeñas y medianas empresas (PYMES).

Hasta antes de la crisis, los vuelos internacionales del Perú son realizados por Aerolíneas Argentinas, Aeroméxico, Air Canada Rouge, Air Europa, Air France, Amaszonas, American Airlines, Avianca, British Airways, Copa Airlines, Delta, GOL, Iberia, Interjet, JetBlue, KLM, LATAM, Plus Ultra, SKY, Spirit, United y Viva Air.

Fotografía portada – Aldo Martinelli

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