Francia impone pruebas obligatorias COVID-19 a viajeros procedentes de 16 países

Como medida adicional para prevenir el aumento de los contagios, Francia determina que todos los viajeros procedentes de 16 países clasificados como de “alto riesgo”, por la fuerte circulación del virus COVID-19, deben realizar pruebas de reacción en cadena de polimerasa (PCR) al momento de su arribo al territorio. La decisión responde a los intentos del Gobierno francés por disminuir una segunda ola de contagios, pero vuelve a resaltar la contradicción de mantener el cierre de fronteras y otras restricciones cuando existen medidas preventivas.

A partir del 1º de agosto, todos los viajeros, independientes de su nacionalidad, provenientes de Argelia, Bahrain, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Israel, Kuwait, Madagascar, Omán, Panamá, Perú, Qatar, Serbia, Sudáfrica y Turquía, deben someterse a pruebas PCR para COVID-19. Sin embargo, aquellos que tienen la posibilidad de hacerse una prueba en sus países de origen deben presentar un certificado antes de viajar, en caso contrario deben someterse a las pruebas obligatorias.

Debido a que las fronteras continúan cerradas para la mayoría de los países fuera de la Unión Europea, se espera que el volumen de no pruebas no sea significativo. Sin embargo, se considera que puede ser una oportunidad evaluar posibles medidas a futuro, especialmente cuando se levanten gradualmente las restricciones para otros ciudadanos, aunque todavía no hay fecha para ello.

Para implementar las pruebas, todos los puntos de ingreso a Francia como los aeropuertos disponen de vías separadas para la recepción de viajeros. En el aeropuerto Charles De Gaulle de París, el principal punto de ingreso a Francia y uno de los más importantes a la Unión Europea, esperan realizar alrededor de 3.000 pruebas para COVID-19 por día. Otros puntos de ingresos importantes son los terminales aéreos de Lyon, Marsella y Toulouse, principalmente con países del Norte de África.

Los viajeros cuyos resultados sean negativos podrán ser admitidos a Francia, sin embargo aquellos que den positivos deberán realizar una cuarentena obligatoria, aunque no es indican mayores detalles para ello, especialmente en lo que se refiere al lugar donde realizar el confinamiento y el costo asociado. Por consiguiente, se recomienda a todos los pasajeros a no viajar si se poseen síntomas asociados al COVID-19 o en caso de presentar algunos realizar pruebas PCR para dicha enfermedad antes de embarcar con un periodo anterior no superior a cuatro días. La responsabilidad de los viajeros es fundamental.

Para la industria aérea, la implementación de controles sanitarios en los puntos de origen o las pruebas COVID-19 al arribo, no justifican la mantención de los cierres de las fronteras y otras restricciones de movilidad. La superposición de medidas crea confusiones en los usuarios al no entregar confianza y demoran la recuperación del sector, además de la economía. Con protocolos armonizados según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y validados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) es posible dar la seguridad sanitaria a los viajeros.

Lo anterior, se reafirma también con ciertas confusiones. Por ejemplo, en el caso de Francia se exige una prueba para COVID-19 para todos los viajeros de 16 países, pero los ciudadanos del Reino Unido y la Unión Europea no están obligados a realizarlas, lo que puede interpretarse como posible discriminación.

Actualmente, las personas pueden ingresar a Francia desde países de la Unión Europea, sin embargo si procede del Reino Unido deben realizar cuarentena de dos semanas por temas de reciprocidad con ese país. Desde el 1º de julio sólo pueden ingresar al territorio galo sin restricciones personas que llegan desde Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Rwanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay.

Hasta que se informa una nueva actualización, las fronteras de la Unión Europea permanecen cerradas para los ciudadanos del resto de los países. Por consiguiente, no es posible viajar a Francia desde un tercer país exceptuando a ciudadanos de nacionalidad francesa o de algún país de la Unión Europea, sus cónyuges y sus hijos; residentes, ciudadanos de un tercer país con tránsito internacional de menos 24 horas, pero sujeto a permanencia en zona internacional, personal diplomático, de Gobierno o de salud, tripulaciones de vuelos o pasajeros que vuelvan a su punto de origen.

Fotografía portada - Paris Aéroport

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