Restricciones de viaje de la Unión Europea hacia países de América Latina y el Caribe impactan con US$300 millones en pérdidas

El cierre de las fronteras para nacionales de países fuera de la Unión Europea y otras restricciones de viaje están impactando negativamente a la industria aérea. Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), cada mes que el bloque de países mantiene cerradas sus fronteras para viajeros de países de América Latina y el Caribe representa una pérdida de ingresos por US$300 millones sólo en pasajes aéreos.

El impacto es significativo, no sólo en términos de ingresos para las compañías aéreas y los sectores que dependen del transporte aéreo como el turismo, la hotelería o la gastronomía, sino que también para la conectividad. Se advierte la posibilidad de pérdida de conectividad a corto plazo dado que menos compañías aéreas tendrán incentivos para abrir rutas, perjudicando los avances conseguidos en los últimos años desde ambos lados del Atlántico.

Por líneas aéreas, las más afectadas son las del Viejo Continente por ser las que más servicios aéreos realizan hacia América Latina, pero también están las latinoamericanas, que en el último tiempo han considerado a Europa como foco de expansión. Entre las más afectadas son Aeroméxico, Avianca, Azul y LATAM Airlines.

Según IATA, las cuarentenas y prohibiciones de viaje tienen impactos negativos similares en los números de vuelos. Como consecuencia, la capacidad total de asientos disponibles por kilómetro (ASK) disminuirá en Europa en un 69,3% respecto de los niveles de 2019 para la primera semana de julio. Para las compañías africanas se espera una contracción de 78,1%, con una reducción de 75,6% para las líneas aéreas latinoamericanas, un 72,7% para las del Medio Oriente, un 57%,1% para las de Norteamérica y un 53,1% para las de Asia-Pacífico.

Las restricciones y la imposición de cuarentenas tienen efectos temporales muy acotados, pero no son viables en periodos prolongados de tiempo. Los países de América Latina son testigos de ello al estar en promedio casi cinco meses con restricciones sin tener grandes éxitos en el combate de la pandemia y con una crisis económica ad-portas que también anticipa crisis políticas por la capacidad de acción de los Gobiernos. Un escenario de varios frentes que no entrega perspectivas favorables para garantizar una recuperación como la que demandan los ciudadanos.

Aeroméxico, Air France – KLM, British Airways, Iberia, LATAM y Lufthansa, son las principales compañías que en la actualidad están encargadas de la conectividad entre América Latina y Europa, pero con capacidad limitada dado que sólo pueden transportar a pasajeros nacionales de la Unión Europea y en algunos casos a nacionales de países latinoamericanos como Brasil y Chile.

Hasta el momento, las ciudades que tienen más frecuencias (aunque limitadas en comparación con los niveles pre-crisis) son Ciudad de México y Sao Paulo (GRU). Otras como Santiago, por ejemplo, tienen un impacto todavía significativo. Producto también de la mantención de cuarentenas, la capital chilena apenas consigue recuperar tres enlaces aéreos con Europa, de los cuales dos se han materializado: Madrid – Santiago con Iberia y París (CDG) – Santiago con Air France, ambas con un vuelo semanal. Para agosto, se espera la recuperación de Ámsterdam – Santiago por parte de KLM con dos frecuencias semanales.

Por su rápido avance en controlar el COVID-19 en su territorio, Uruguay es el único país de la región cuyos ciudadanos pueden viajar a la Unión Europea sin restricciones. En los últimos días, el país recibe el primer enlace regular por parte de Iberia retomando la conectividad entre Madrid y Montevideo. Si bien la noticia es positiva, el tamaño de mercado del país oriental hace que el impacto no sea significativo.

Las líneas aéreas como organizaciones de aviación y turismo piden a sus Gobiernos reconsiderar la imposición de cuarentenas y levantar las restricciones como el cierre de fronteras, especialmente, cuando ya se cuenta con planes de acción y controles preventivos para reducir las probabilidades de contagio por COVID-19 durante las distintas etapas de viajes. Si las cuarentenas a los viajeros y el cierre de fronteras no son levantadas, la recuperación económica se verá demorada por la imposibilidad que tendrá la aviación de ejercer su rol catalizador en el escenario post pandemia.

Ilustración portada - Alfredo Vera

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