Después de tres meses de cierre, la Unión Europea abren sus fronteras condicionada al nivel de riesgo de contagio que presentan distintos países del mundo. La medida genera controversia por los criterios que se consideran, así como también por posibles intenciones políticas asociadas, las que en su conjunto continúan colocando una alta incertidumbre al escenario internacional. En materia de transporte aéreo, la apertura de las fronteras condiciona la recuperación del sector que, hasta nuevo aviso, se mantendrá con los vuelos de corto alcance.
En acuerdo los 27 países miembros establecen que los nacionales de Argelia, Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Serbia, Ruanda, Tailandia, Túnez y Uruguay, podrán ingresar y salir de la Unión Europea tal como lo hacían hasta antes del cierre de las fronteras en marzo. A estos se suman el Reino Unido, por estar incluido aún dentro del bloque, y China, siempre y cuando, este país otorgue reciprocidad a los ciudadanos europeos para el ingreso a su país.
La lista está determinada por el grado de contagio por COVID-19 que tienen los países. Así, quedan fuera todos los países de América Latina, a excepción de Uruguay, Egipto, Estados Unidos, Irán, Israel, el Reino de Arabia Saudita, entre otros. Según la Unión Europea, la “lista negra” será revisada cada 15 días dependiendo de la evolución que muestran los países respecto a la pandemia.
Independiente de estar autorizados, serán los puestos fronterizos de cada uno de los países en admitir en última instancia a las personas que ingresan. Siguiendo los criterios homologados que se mantenían hasta marzo, las autoridades esperan que las directrices y recomendaciones se traduzcan una apertura de las fronteras en un mismo nivel.
Para determinar el grado de riesgo, la Unión Europea considera un parámetro de contagios de menos de 20 casos positivos por cada 100.000 habitantes en dos semanas. Los países aseguran que los criterios no consideran cuestiones políticas o económicas, aunque en el realismo político esto no es posible de sostener. La inclusión de China y su principal condición, es en ese sentido, un ejemplo de ello. Bajo esta perspectiva, no se descarta que otros países puedan también estar incluidos en la lista.
Por su alta tasa de contagios por densidad de población, se infiere que países como Argentina, Brasil, Chile y el Perú, como otros países de la región, deberán esperar varias semanas más antes de que sus ciudadanos vuelvan a estar admitidos a la Comunidad Europea. En el caso de Estados Unidos, por ejemplo, se señala que el país debe cambiar sus políticas de combate del virus para revisar su situación. Mismo enfoque también debiera aplicarse a todos los Estados no considerados en una primera instancia.
La lista de países autorizados es paralela a la lista que el Reino Unido. Por consiguiente, existen dos listas para ingresar al Viejo Continente, además de las restricciones que poseen los otros Estados que no forman parte de la Unión Europea. El ingreso al Reino Unido está determinado también por grado de contagio por COVID-19 que tienen los países clasificándolos en tres grupos: verde, amarillo y rojo, sobre los cuales se imponen medidas como el ingreso normal o el confinamiento obligatorio, entre otros.
El cierre de fronteras y la imposición de cuarentenas no debieran impactar en los planes de recuperación de las operaciones aéreas que están realizando las líneas aéreas, pero sí limitará significativamente la demanda. Sólo pueden volar los nacionales de los respectivos países y pasajeros en conexión, siempre y cuando, tengan la seguridad de que serán admitidos en su destino final.
Por consiguiente, se condiciona la velocidad de reanudación de las frecuencias y la conectividad de los países, sin descartar la posibilidad de que algunas rutas no se retomen en el corto plazo, especialmente aquellas donde las líneas aéreas poseen menos posibilidades de tener retornos inmediatos. El bloqueo tácito tiene impactos importantes en la delicada situación financiera de las líneas aéreas por limitarlas en la posibilidad de conseguir los necesarios nuevos ingresos.
Al existir, menos pasajeros se limitan también los negocios de los aeropuertos y servicios subconcesionados, cadena que también se extiende a otras industrias dependientes de la aviación e incluso al propio Estado por los impuestos y tasas que se recaudan. En ese sentido, la medida de cerrar las fronteras y colocar cuarentenas no representa una “acción inteligente” de propiciar condiciones de una urgente reactivación económica tras tres meses de estricto confinamiento. Se espera que los países que extienden estas medidas verán retrasada su recuperación.
La industria aérea y sectores del turismo critican con fuerza las medidas restrictivas, especialmente cuando existen propuestas con criterios armonizados para asegurar un retorno seguro que disminuye el riesgo de contagio. Distintas organizaciones de la aviación instan a las autoridades a explorar mecanismos alternativos de manera tal no de perjudicar o retrasar la necesaria reactivación económica de los países.
“La imposición de medidas de cuarentena en destino aísla las economías y bloquea los sectores de los viajes y el turismo”, dice Alexandre de Juniac, director general y CEO de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). En su opinión, los países poseen alternativas para reducir los riesgos mediante la puesta en marcha de una serie de medidas. “Las medidas de cuarentena pueden proporcionar seguridad a las personas, pero también proporcionarán muchos desempleados”, puntualiza.
Datos de IATA indican que los países que imponen cuarentenas a los viajeros experimentan un descenso en el número de vuelos similar a los países que mantienen sus fronteras cerradas. Lo mismo aplica para las reservas. La realidad es lógica: ninguna persona va a estar dispuesta a gastar presupuesto -hoy ampliamente condicionado- para ver limitada su acción o estar confinado en otro país. El impacto es altamente dañino tanto en tráficos corporativos como turísticos. Sólo los viajes por largos periodos y aquellos que se realizan por visitas a las familias o amigos (V.F.R.) podrían tener una mejor perspectiva, aún cuando el resultado de la medida sigue siendo ampliamente adverso.
Ilustración portada – Alfredo Vera