En lo que supone un eventual término de su paralización a nivel mundial, la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) da por terminado las inspecciones mandatorias de los componentes claves del B737 MAX. Con esto, la autoridad aeronáutica da el visto bueno para que el fabricante retome las pruebas de vuelo previas a su recertificación.
Con el identificador BOE701, Boeing inicia hoy el primer ensayo en vuelo de recertificación entre Boeing Field y Moses Lake, utilizando un B737 MAX 7. La primera jornada de pruebas tienen una duración prevista de aproximadamente dos horas. Se esperan que otros vuelos se efectúen en los próximos tres días, en los cuales se probarán todos los sistemas del avión.
De resultar sin observaciones, FAA puede continuar con el proceso de recertificación el cual considera la injerencia de otras entidades aeronáuticas de Estados Unidos como del resto del mundo. Sólo cuando se realicen todos los análisis, observaciones e informes correspondientes, se indicará a los operadores los procedimientos a ejecutar, previo a la reanudación de los servicios aéreos.
En diciembre, FAA propone a Boeing directrices de aeronavegabilidad para ordenar inspecciones las que abordan las preocupaciones relacionadas con los paneles exteriores en la parte superior del motor no pueden tener la conexión eléctrica necesaria para garantizar una protección del cableado ante efectos electromagnéticos de transmisores de alta frecuencia y otras fuentes. “Podría conducir a un evento de pérdida de potencia o mostrar datos engañosos”, dice la autoridad aérea estadounidense.
En febrero, FAA añade que se abordaría riesgos potenciales de seguridad ante rayos, aunque Boeing señala que no se trata de un ítem comprobable por la falta de exactitud. Como consecuencia, FAA acuerda eliminar dicho riesgo tras asegurar una revisión “más profunda” de la aeronave.
A mediados de junio, el jefe de FAA, Stephen M. Dickson, afirma que el B737 MAX sólo vuelve al servicio después de completar un proceso de revisión “exhaustivo y riguroso”. En su testimonio al ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de los Estados Unidos, así como a las familias de las víctimas de los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines, manifiesta su disposición y la de su familia a volar en el avión. “Como hemos dicho muchas veces en el pasado, la seguridad es la consideración principal en este proceso”, dice Dickson. “Este proceso no está guiado por un calendario u horario”.
La autoridad aeronáutica indica que sigue un análisis metodológico basado en datos, revisiones y validaciones de todos los sistemas modificados de control de vuelo, así como la correspondiente capacitación de los pilotos para garantizar la seguridad del B737 MAX en vuelos comerciales. Los resultados de los análisis y el desempeño de la aeronave durante los ensayos serán determinantes en la entrega de los permisos.
Ante las criticas por los programas de certificación, FAA señala que “nunca ha permitido a los fabricantes auto certificar sus aviones”. En la declaración al Comité del Senado, Dickson señala que la agencia controla todo el proceso de aprobación de los sistemas de control de vuelo del B737 MAX sin relegar autoridad a Boeing. “FAA conservará la autoridad para emitir certificados de aeronavegabilidad y exportar certificados de aeronavegabilidad para todos los nuevos aviones B737 MAX fabricados desde la puesta a tierra”.
El proceso de recertificación del vuelo considera, en primer término, vuelos de ensayo y finalización del trabajo de la Junta de Evaluación de Operaciones Conjuntas (JOEB), que incluye a la FAA y a las autoridades aeronáuticas de Australia (CASA), Brasil (ANAC), Canadá (TCCA), China (CAAC), Emiratos Árabes Unidos (GCAA), Indonesia (DGBA), Japón (JCAB), Singapur (CAAS), y la Unión Europea (EASA). La inclusión de organismos de otros países representa un retroceso en la confiabilidad del proceso de certificación realizado exclusivamente por los Estados Unidos. JOEB evaluará requerimientos de capacitación de los pilotos utilizando pilotos de línea aérea con varios niveles de experiencia.
Una segunda etapa considera la publicación de un informe con los resultados y observaciones de JOEB, el cual debe estar disponible en forma pública para su revisión y comentarios.
En la tercera etapa, FAA y una Junta Técnica Asesora, conformada por varias autoridades y agencias aeronáuticas deben revisar toda la documentación respecto a las modificaciones y diseño final de la aeronave. La Junta Técnica incluye la participación de científicos y expertos de FAA, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) y Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), entre otras entidades.
La etapa final de la recertificación es la publicación de una directiva de aeronavegabilidad por parte de la FAA para informar a los operadores sobre las acciones correctivas que se necesitarán ejecutar. Sólo cuando realicen las correspondientes actualizaciones y sean validadas por sus respectivas autoridades aeronáuticas, se permitirá el reinicio de vuelos comerciales.
Fotografía portada – Boeing