Marcando un avance hacia su reestructuración, LATAM Airlines Group anota un triunfo luego de que la Corte que revisa el proceso bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos aceptara las 25 mociones presentadas por la empresa más otras cuatro que habían sido previamente objetadas.
Mediante a esta acción, LATAM recibe el visto bueno para devolver alrededor de 31 aviones a las empresas de leasing, autorizar pagos de impuestos y tasas, y realizar pagos a los proveedores dentro y fuera de los Estados Unidos. En ese sentido, la autorización de la Corte permite a la principal línea aérea latinoamericana cumplir con los compromisos pendientes tal como informa desde el momento de presentar la solicitud.
Al momento de acogerse a la medida de protección voluntaria, LATAM señala que continuará realizando sus operaciones de pasajeros y carga, permitiendo que los viajeros y los transportistas puedan honrar sus contratos de transporte, lo que incluye vouchers, viajes y beneficios del programa de lealtad y las políticas de flexibilidad. Para los empleados se garantiza el pago de sus sueldos, según los acuerdos suscritos, mientras que los proveedores recibirán sus pagos en tiempo y en forma por todos los bienes y servicios entregados. Las agencias de viajes y otros socios comerciales no se verán afectados ni tendrán disrupciones en su interacción con la compañía.
Uno de los puntos más relevantes es la autorización que LATAM recibe para proveer una mayor flexibilidad a su flota actual y futura. La compañía tiene hasta el 24 de julio para indicar a los respectivos propietarios qué aviones devolverá. En caso contrario, puede mantenerlos por otros 30 días y así sucesivamente. Por consiguiente, la compañía cuenta con un mecanismo aprobado para proveer capacidad adecuada para reestructurar sus operaciones en función del escenario imperante y la evolución de la demanda.
Los aviones considerados en este proceso corresponden a las flotas de Brasil, Chile y Ecuador. También se incluye a los aviones asignados a la filial argentina acogida actualmente al cese de operaciones, aunque en la práctica sus vuelos no serán reactivados por no existir las condiciones para dar curso a un proyecto viable y sustentable.
Lo autorizado por la Corte no implica que el número indicado será devuelto en su totalidad. En los últimos días, LATAM alcanza acuerdo con acreedores, empresas de leasing y entidades financieras para congelar pagos por los arriendos de 65 aviones. Además, se compromete a preservar de esos activos en el caso de no utilizarlos, mientras se discute su futuro dependiendo de las necesidades de la compañía y la demanda.
De acuerdo con datos de la industria, la cantidad de aviones contemplados son 17 Airbus A319, 31 A320, nueve A321, siete A350-900, 21 B767-300ER, dos B767-300F, tres B777-300ER, nueve B787-8 y 12 B787-9. En los años anteriores, LATAM realiza varias operaciones de sale & lease back de varios equipos con el objetivo de obtener ingresos inmediatos y proveer flexibilidad a la flota. Cabe recordar que dichas operaciones se realizan en el contexto de ajuste por los costos asumidos de la fusión LAN-TAM y la crisis económica imperante en Brasil.
LATAM considera una flota de 320 aviones al momento de acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. La mayoría están en arriendos financieros y otros en arriendos operativos. Otros aviones, ya han sido retirados. La flexibilidad otorgada por la Corte brinda oportunidades para desprogramar equipos más antiguos y menos eficientes, y de esta manera para avanzar en el cumplimiento de sus objetivos de sostenibilidad con una flota moderna de última generación, versátil y altamente eficiente.
En los aparatos de un solo pasillo destacan los A319 que poseen costos por asiento (CASK) superior a los A320 y A321. Los A319 están asignados principalmente a mercados de Brasil, Colombia, Ecuador y el Perú. En algunos países como Brasil y el Perú, algunas unidades han sido reemplazadas por equipos más eficientes como A320 y A321neo, además nuevos A321.
Para la flota de fuselaje ancho, se presentan varios escenarios que pueden variar según el comportamiento de la demanda. Si bien por su antigüedad y masivo uso, muchos B767-300ER pueden ser objeto de retiro, la versatilidad de este modelo en capacidad de pasaje y carga con alcance para operar rutas medias como de larga distancia ofrece ciertas ventajas a futuro, especialmente si se toma en cuenta la reciente actualización del producto en cabina. Los A350-900 y B787-9 también pueden desempeñar oportunidades para estandarizar la flota y reducir la capacidad en comparación con los B777-300ER.
Bajo el actual escenario, es altamente probable que los A350-900/-1000 y B787-9 pendientes de entregas sean aplazados hasta que existan las condiciones apropiadas para garantizar una operación rentable. Además de aportar una capacidad apropiada para los próximos años, las prestaciones de ambos modelos generan ahorros importantes en el consumo de combustible, uno de los ítems que representan mayores gastos para una línea aérea.
Actualmente, la mayor línea aérea latinoamericana está estudiando la reestructuración de su red de rutas en los distintos países donde opera. Con una operación al 7% de la capacidad ofrecida en 2019, la proyección de LATAM considera para este año una recuperación de apenas del 50% como consecuencia del deterioro sanitario y económico de la región.
Fotografía portada - Juan Carlos Bascuñán