Delta suma más de 1.000 vuelos para julio y proyecta el regreso a Santiago de Chile para mediados de agosto

Impulsado por una demanda de viajes de placer dentro de Estados Unidos y el levantamiento gradual de las restricciones de viaje, principalmente en el hemisferio Norte, Delta programa para julio más de 1.000 vuelos adicionales a su reducida red actual. Si bien Estados Unidos y Canadá concentra la mayor cantidad de operaciones considera la recuperación de la red hacia Latinoamérica más allá de México, Europa y África, mientras continúa una operación reducida.

Según Ed Bastian, CEO de Delta, la programación de vuelos para el tercer trimestre (3Q2020) continúa aumentando en la medida que lo permitan las autoridades como el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y las restricciones gubernamentales. Señala que, durante junio, están comenzando a retomar las rutas principales, tanto nacionales como internacionales.

En Norteamérica, Delta proyecta crecimiento con operaciones a través de los hubs de Atlanta, Detroit, Minneapolis St. Paul y Salt Lake City. Los aumentos de capacidad están concentrados principalmente en rutas vacacionales con foco en Florida y hacia toda la costa oeste, además de los vuelos transcontinentales altamente demandados por los viajeros de negocios.

Específicamente para los mercados transfronterizos entre Estados Unidos y Canadá, la operación aumentar a pesar de continuar limitada dado que los viajes están limitados sólo a funciones esenciales. Según informa la línea aérea, los vuelos entre ambos países se realizan a través de los centros de conexiones en Minneapolis, Detroit y Nueva York (JFK) hacia destinos como Montreal, Toronto, Calgary y Winnipeg. Además, se agrega con el servicio entre Seattle y Vancouver.

A través del Atlántico, se espera un levantamiento gradual de las restricciones a los viajes y el fin del cierre de las fronteras. En los países que es posible volar, Delta proyecta para julio operaciones hacia destinos vacacionales como Nueva York (JFK) – Lisboa y Atlanta – Atenas. También se recuperan las rutas Boston – Ámsterdam y Seattle – Ámsterdam, así como Detroit – París (CDG). Hacia África, se esperan las respectivas aprobaciones gubernamentales para retomar las operaciones en las rutas Nueva York (JFK) – Accra y Atlanta – Lagos.

Pese a la recuperación de algunos servicios específicos, la zona de Asia y el Pacífico seguirá teniendo una operación muy reducida. En julio, se retoman las rutas Los Ángeles – Sydney, además de Atlanta – Seúl (ICN) que se agrega a los vuelos que se realizan desde Detroit y Seattle. Sujeto a las aprobaciones gubernamentales, Delta incluye vuelos a Shanghái (PVG) a través de Seúl (ICN) como continuación de las operaciones de Detroit y Seattle, operando una vez por semana respectivamente desde cada ciudad.

En América Latina, a partir de julio, Delta comienza a sumar una capacidad significativa a medida que se abren las fronteras. La proyección es alcanzar el 25% de la programación a niveles de 2019, lo que se interpreta como una mejora importante considerando las reducciones de 90% en abril y mayo. Los vuelos están concentrados hacia destinos del Caribe como Aruba, Cancún, Los Cabos, Montego Bay, Nassau, Saint Maarten, Saint Thomas, San José de Costa Rica y Punta Cana. También están considerados los vuelos entre Atlanta y Sao Paulo (GRU).

La actualización de los sistemas de reserva indica también que Delta planifica un retorno de la ruta Atlanta – Santiago con tres frecuencias semanales a partir de mediados de agosto. “Tenemos planificados regresar en agosto y lo haremos con un avión Boeing 767-400ER”, confirma, Gloria Cuarezma, country manager de Delta en Chile, en la charla “Reactivación de las aerolíneas en tiempos de pandemia”, organizada por Travel Security.

Con un escenario altamente cambiante, las operaciones están sujetas a cambio por lo que la compañía mantiene flexibilidad en lo que respecta a sus políticas tarifarias con el fin de brindar confianza a los pasajeros a reservar de manera segura. Por lo mismo, ponen énfasis en que las fechas son en su mayoría tentativas, especialmente más allá de julio.

Son tres factores los que están determinado la recuperación de la red de Delta: la evolución de la economía global, la demanda y las restricciones sanitarias. Más que asignar una prioridad de una por sobre otra, es la combinación de estas tres variables las condicionantes para retomar los vuelos a corto plazo. “Si un país no abre fronteras para nosotros como Delta es va a hacer difícil colocar un avión para ese destino”, puntualiza Cuarezma. Actualmente, la compañía mantiene una operación reducida al 85%.

Con la recuperación gradual de los vuelos, Delta está comenzando a activar lentamente su flota estacionada que en los meses de abril y mayo alcanza a más de 650 aviones. En paralelo, la compañía ha retirado todos los McDonnell Douglas MD88 y MD90, además de anunciar la salida de la flota B777-200ER/LR para fin de año. Esta última será reemplazada por los Airbus A330-900 y A350-900. Por ahora, se mantienen con un futuro incierto las flotas B757 y B767.

Debido a la decisión voluntaria de la empresa de limitar la cantidad de asientos a la venta como una medida comercial para incentivar la demanda y dar más confianza a los clientes de que volar no representa riesgos a la salud, se espera que Delta añada más capacidad de la que necesita para los próximos meses. Si bien esta práctica representa riesgos financieros que difícilmente pueden ser compensados, se trata de una decisión asumida por la empresa, en una especie de “apuesta” a futuro ante una posible recuperación más rápida de la demanda de lo inicialmente previsto.

De concretar la reanudación de todos los servicios anunciados, Delta espera operar en julio con una reducción del 70% en comparación con los niveles del mismo mes del año anterior. Esto incluye una disminución de la oferta del 65% en vuelos en Estados Unidos y de 75% en rutas internacionales. El objetivo para el 3Q2020 es reconstruir gradualmente la presencia de la compañía en mercados claves y atender las principales rutas de alta demanda que se han visto afectadas por las restricciones de viaje.

Fotografía portada - Juan Carlos Bascuñán

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