Ante la profundización de la crisis sanitaria y económica, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés) reitera el llamado a los Gobiernos de América Latina y el Caribe para tomar medidas específicas para asegurar la continuidad del transporte aéreo, la conectividad, los empleos y la cadena de abastecimiento. El llamado de alerta se da cuando las restricciones han detenido la aviación por más de tres meses y los Gobiernos no logran contener la expansión del COVID-19.
A diferencia de otras regiones del mundo, América Latina está lejos de tener éxitos en la batalla contra el COVID-19. Por consiguiente, las medidas de confinamiento y las restricciones a la población amenazan con extenderse por un tiempo total de al menos cinco meses colocando más incertidumbre para la recuperación de las operaciones. El problema sanitario agrava la situación económica y esta también el problema de salud. Países como Chile y el Perú, por mencionar algunos, ya experimentan caídas en su actividad económica cercanas al 15% y 40%, respectivamente. “La situación resulta insostenible y coloca a la industria en un estado crítico”, dicen en la aviación.
“Esta es nuestra última oportunidad para sortear esta crisis. Estamos contra el tiempo, cada día que pasa, suma a la agonía de una industria que necesita claridad sobre las fechas de regreso a la operación, para poder activarse comercial y operativamente”, dice Peter Cerdá, vicepresidente Regional de IATA para las Américas. “No hay industria que tenga liquidez para estar cuatro o cinco meses detenida”.
A pesar de que la aviación es una necesidad para la conectividad de la región, los países de América Latina y el Caribe son los que menos están apoyando económicamente a las líneas aéreas y a los aeropuertos. Según IATA, la industria aérea antes de la propagación del COVID-19 aportaba con US$167 mil millones al PIB dando sustento a 7,2 millones de empleos. A fecha de hoy, pronostica una caída estimada en al menos US$77 mil millones en su aporte al PIB y compromete más de 3,5 millones de puestos de trabajo.
La situación sorprende incluso en países que tradicionalmente eran calificados como líderes en aviación como Chile, Colombia, Panamá y el Perú. A pesar de existir acercamientos entre industria y los Gobiernos, no existen medidas concretas para atender las urgencias del sector y la cadena asociada, incluso en Colombia, señalado junto a Brasil como uno de los primeros en actuar.
“En países como Panamá, donde el transporte aéreo sostiene casi un cuarto de millón de empleos y su principal aeropuerto ofrecía antes de la pandemia conexiones a casi 90 destinos internacionales, es preocupante que hasta la fecha el Gobierno no haya tomado ninguna medida firme para proporcionar un alivio tangible a la industria. Lo mismo en Perú, donde se requiere urgentemente un alivio financiero para una industria que es clave para su población y su economía y por eso es preciso ultimar la reanudación de las operaciones a partir de julio”, sostiene Cerdá.
En Chile, se espera un apoyo al sector, sin embargo, al interior de la industria existe una alta preocupación por las demoras en los recursos y las escasas certezas que entrega la administración de Sebastián Piñera. Las propuestas conocidas desde el Ministerio de Hacienda son calificadas como muy ambiguas y algo distantes de la realidad del mercado aéreo, especialmente por estar excesivamente focalizada en un solo operador por las presiones políticas que públicamente existen y no en criterios igualitarios para todos los actores.
El tráfico de pasajeros en América Latina y el Caribe disminuye en abril un 96% en comparación con igual mes 2019. Los mercados de Brasil, Chile y México son los únicos que mantienen operaciones domésticas, pero aún así presentan caídas más allá del 90%. Según IATA, la caída es histórica al nivel de 1990. Por consiguiente, la conectividad dentro de la región y los beneficios socioeconómicos que la aviación proporciona a través del turismo, el comercio global y oportunidades de desarrollo para empresas de tamaño familiar como corporativo están “muy comprometidas”.
Ante la necesidad de reactivar el transporte aéreo por la falta de liquidez y al aseguramiento de la conectividad y cadena de abastecimiento, la industria aérea insiste en un reinicio de operaciones coordinado y estandarizado basado en un enfoque de capas. “Aunque el reinicio de las operaciones ocurrirá en fechas diferentes para cada país, es fundamental que los principales actores de la industria y los gobiernos trabajen juntos para facilitar el reinicio de las operaciones aéreas de manera segura, eficiente y armonizada”, comentan en IATA.
Para que la reactivación tenga un rol efectivo, la industria aérea señala que es fundamental que los países levanten las restricciones a los viajes, incluyendo la suspensión de las fronteras y no apliquen medidas como cuarentenas que tienen un efecto devastador en el turismo como ocurre en el Reino Unido en Europa o en Ecuador en Sudamérica. “Si se introduce la cuarentena, las economías se mantienen efectivamente bloqueadas para los viajes. Por esta razón se pide al Gobierno de Ecuador que elimine este requerimiento”, expone Cerdá.
También se solicita a los Estados su colaboración en la implementación de las directrices globales emanados de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para una reanudación segura del transporte aéreo. “IATA apoya completamente estas recomendaciones contenidas en la hoja de ruta del Consejo de la OACI “Take-off”: guía para los viajes aéreos tras la crisis de salud pública del COVID-19’, un documento que es fruto de un trabajo extenso de asesoramiento en colaboración con los Gobiernos, la Organización Mundial de la Salud y organizaciones destacadas de la industria de la aviación”.
Fotografía portada - Simón Blaise