Tras 90 días de restricciones a los viajes, Avianca y LATAM retoman sus operaciones domésticas en Ecuador convirtiéndose en el primer país de habla hispana de Sudamérica que vuelve a permitir los vuelos. La decisión se da después del aplazamiento solicitado por las autoridades de Guayaquil al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y, en una primera fase, las operaciones consideran a las ciudades principales con frecuencias reducidas.
De acuerdo con las operaciones programadas, la recuperación de los vuelos en Ecuador se da con frecuencias reducidas y limitadas a las ciudades de Cuenca, Guayaquil, Manta y Quito. En el caso de Avianca, se disponen de 16 vuelos semanales a las tres ciudades, mientras que LATAM lo hará con siete frecuencias por semana. Por atender los dos principales mercados del país, la ruta Quito – Guayaquil es la que posee mayor cantidad de operaciones, aunque estas siguen siendo menores a los niveles anteriores a marzo.
Avianca operará dos vuelos al día los lunes, miércoles y viernes en la ruta Quito – Guayaquil – Quito, más dos vuelos semanales para el tramo Quito – Manta. En el caso de LATAM, son cuatro frecuencias semanales para la ruta Quito – Guayaquil y tres vuelos por semana para Quito – Cuenca. En la medida de que las condiciones lo permitan y exista la demanda, se espera un incremento gradual de las operaciones.
A principios de mes, Ecuador retoma sus primeras operaciones internacionales con los servicios de American Airlines y United, con cinco y cuatro vuelos por semana, respectivamente. Según la Corporación Quiport, concesionario que administra el aeropuerto de Quito, con los protocolos sanitarios preventivos y las normas de bioseguridad establecidas no se han registrado contratiempos ni menos contagios considerando la cuarentena obligatoria que el país impone a viajeros internacionales, misma que es criticada por la industria aérea. Con estas primeras operaciones, el aeropuerto Mariscal Sucre, por ejemplo, vuelve a abrir sus locales comerciales y de comida, aunque con un límite máximo a 30 personas.
Algo similar ocurre en el aeropuerto José Joaquín Olmedo de Guayaquil donde la prensa local reporta que los pocos pasajeros realizan un ingreso gradual a la terminal aérea para mantener el distanciamiento físico entre las personas. Por su parte, la Corporación Aeroportuaria de Cuenca (CORPAC) implementa protocolos de seguridad sanitaria colocando dispensadores de alcohol gel, protectores en los mostradores y reordenando los asientos en la sala de embarque, además limitar el uso del salón VIP del aeropuerto.
Tanto Avianca como LATAM destacan una intensificación de las medidas de limpieza e higiene a bordo con el fin de garantizar la seguridad sanitaria de los pasajeros en el aeropuerto, embarque/desembarque como durante el viaje. Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), más las medidas establecidas por las autoridades de Salud locales, expresan que volar no representa ningún riesgo para las personas.
Los protocolos temporales establecen el uso obligatorio de mascarillas por parte de pasajeros y tripulaciones. También aplica una interacción reducida entre tripulación y pasajeros, además de la desinfección de zonas de contacto en todas las fases del viaje. “Dentro de este sistema de protección destaca los filtros HEPA a bordo, que garantizan la captura del 99,9% de partículas”, enfatizan en LATAM.
La reanudación de operaciones domésticas en Ecuador se da con un actor menos el mercado, luego de que el Gobierno decidiera liquidar la línea aérea estatal TAME por los enormes pasivos arrastrados por años. El cierre de las operaciones se enmarca en los planes de ahorro del gasto público para hacer frente a la emergencia sanitaria y económica que impone el COVID-19 en el país.
Con el fin de incentivar los viajes aéreos, LATAM compromete una oferta con precios accesibles para la compra de pasajes. Se trata de una acción comercial necesaria, pero que continúa con la dinámica competitiva desarrollada por la compañía en los últimos años como respuesta a los cambios del mercado y la expansión de nuevos actores a la región, especialmente de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) que, en el caso de Ecuador, sólo están presente en el mercado internacional.
Reconociendo un escenario altamente cambiante, LATAM mantiene una política de flexibilidad para todas sus tarifas. Hasta el 31 de julio de 2020, los pasajeros pueden reprogramar voluntariamente sus viajes en la página web de la línea aérea antes de la salida de su vuelo. El primer cambio es sin penalidad ni diferencia tarifaria (mismo destino, sujeto a disponibilidad de cabina y vigencia del boleto). Si se quiere cambiar de destino, se aplica el cobro de la diferencia si corresponde.
Si el pasajero no tiene claridad respecto a la fecha en que quiere viajar, puede también dejar abierto su pasaje por 12 meses, siempre y cuando avise a la aerolínea a través del sitio web con al menos siete días de anticipación.
En el caso de cancelación o reprogramación, los pasajeros pueden cambiar sus pasajes sin penalidad o diferencia tarifaria sujeto a la disponibilidad de cabina, mismo destino y vigencia del pasaje aéreo. En caso de querer cambiar el destino aplica la diferencia tarifaria si existiera.
Fotografía portada - Cristian Ramos