Como consecuencia directa de las restricciones de viaje impuestas unilateralmente por los Gobiernos, los países de América Latina y el Caribe reportan la segunda caída más significativa de tráfico aéreo de pasajeros en todo el mundo. La región es superada sólo por África continente que todavía ve un impacto incierto del COVID-19 principalmente por la falta de información.
Según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), todas las regiones del mundo registrarán pérdidas en 2020 con montos por US$84 mil millones, según lo informado en el último pronóstico financiero. Si bien cada región tiene comportamientos desiguales en la temporalidad del comienzo de la enfermedad (Asia, primero, después Europa y Medio Oriente, y ahora América), en todas adquiere una dimensión similar con variaciones de 10 a 15 puntos porcentuales dentro de una caída de 50,0% de la demanda.
América Latina es la segunda región con mayor descenso en el mundo en el tráfico de pasajeros (RPK, por sus siglas en inglés) con una caída de 57,4% respecto a 2019. La capacidad, medida en asientos disponibles por kilómetro (ASK), cae 43,3%. En conjunto estima pérdidas por US$4,0 mil millones para el presente año.
“América Latina entró en la crisis con retraso. Los Gobiernos de la región han implementado algunas de las medidas más draconianas en términos de cierres de fronteras que podrían retrasar y retrasar la recuperación”, puntualiza IATA.
La región con mayor caída en RPK es África con una baja de 58,5% como resultado de los cierres de fronteras que han paralizado los vuelos. El reporte por región continúa en tercer lugar con Europa, Medio Oriente, Asia-Pacífico y Norteamérica con descensos importantes por 56,8%, 56,1%, 53,8% y 52,6%, respectivamente.
IATA considera que Norteamérica puede desempeñar un rol importante en la recuperación. Entre los factores que impulsan esta percepción es la menor reducción de capacidad y el fuerte paquete de ayudas del Gobierno que permiten asegurar la continuidad de las compañías aéreas, el funcionamiento de aeropuertos y proveedores.
También menciona oportunidades con la apertura progresiva de los viajeros dentro de Europa, siempre y cuando que se eviten medidas onerosas de cuarentena como ocurre en e Reino Unido. En el Viejo Continente, advierte un manejo cuidadoso de los paquetes de ayuda de los Gobiernos condicionados a intereses de grupos ambientalistas. “Deben ser manejadas cuidadosamente para evitar consecuencias no deseadas como un daño en la competitividad”, expone la Asociación. Si bien no menciona un caso especial, surge la relación directa con Austria y el condicionamiento del rescate a Austrian a nuevos impuestos.
El reporte de IATA señala que abril es el mes más crítico, siempre y cuando, no exista una segunda ola de COVID-19. El impacto en América Latina también se refleja en el reporte de estadísticas de la Asociación Latinoamericana y el Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) considerando la amplia representatividad que posee al incluir a la mayoría de las líneas aéreas de la región.
Las líneas aéreas miembros de ALTA que operan en el mercado de América Latina y el Caribe transportan en abril a 1,08 millones de pasajeros en abril, es decir un 97,0% menos o 34.223.477 menos pasajeros que el año anterior. El RPK en la región disminuye 97,1% mientras que el ASK cae 96,0% lo que, en su conjunto, lleva el factor de ocupación a 59,6% o 23,7 puntos porcentuales menos que en 2019.
Fotografía portada – Alfredo Vera