A pesar de que América Latina vive sus episodios más críticos en lo que respecta a contagios por COVID-19, líneas aéreas y aeropuertos de la región unen fuerzas para asegurar una máxima coordinación para garantizar un retorno seguro de la aviación. La intención es involucrar y apoyar conjuntamente a las autoridades para reactivar la industria de la mayor crisis aérea cuyas consecuencias transcienden más allá.
Para tal propósito, enfatizan en un enfoque de capas para todas las etapas del viaje tanto en aeropuertos como a bordo de los aviones con el fin de evitar que el transporte aéreo se convierta en un vector de reinfección internacional. Para cumplir el propósito, se destaca que las medidas que se adopten deben se consistentes, globales, además de estar sujetas a una revisión permanente, primero para mejorarlas y, posteriormente, para eliminarlas cuando ya no sean necesarias.
La Asociación Latinoamericana y el Caribe del Transporte Aéreo (ALTA), el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), señalan que la lucha por contener la propagación del COVID-19 ha paralizado el transporte aéreo internacional, con consecuencias desastrosas para las líneas aéreas, los aeropuertos y todas las empresas y ciudadanos cuyos medios de vida dependen de la conectividad aérea. Lo anterior, representa la mayor crisis de la historia de la aviación asociado a un fenómeno de incertidumbre por el distinto comportamiento que tiene la pandemia.
Debido a la crisis y a las consecuencias económicas que esto trae para todos los sectores y el futuro de la población, urge retomar la actividad. En ese sentido, a medida que se abran nuevamente las fronteras en todo el mundo y se levanten las restricciones, la industria aérea debe abordar la tarea de reactivar la conectividad de manera alineada y coordinada.
“La seguridad operacional siempre ha sido nuestra principal prioridad en la aviación y eso incluye la salud pública. El restablecimiento de la conectividad aérea es vital para la reactivación de las economías de toda América Latina y el Caribe, muchas de las cuales dependen en gran medida de la aviación. Esto es esencial para reconstruir el bienestar socioeconómico”, expresa Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.
Según Cerdá, el enfoque por capas ofrece una manera práctica y segura para reanudar las operaciones. Expresa que este mecanismo es necesario para restablecer la confianza de los usuarios.
IATA y ACI han presentado un documento conjunto denominado “Reinicio Seguro de la Aviación” con una serie de medidas y recomendaciones para garantizar la seguridad de los procesos de viaje de manera estandarizadas en todos los países. El documento es compartido por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
“ALTA respalda el documento conjunto de IATA y ACI “Reinicio Seguro de la Aviación”, ya que es un gran trabajo para encontrar un terreno común en ambos lados de la operación, en tierra y en el aire, que permita un regreso seguro para nuestros colaboradores, pasajeros y proveedores de servicios”, señala José Ricardo Botelho, director ejecutivo y CEO de ALTA. “Las organizaciones de la industria estamos trabajando en la elaboración de normativas que se aplicarán de manera armonizada regional y mundialmente para empezar a operar de manera aún más segura”.
Por su parte, el director general de ACI-LAC (Latinoamérica y el Caribe), Rafael Echevarne, señala que “los aeropuertos han estado manejando vuelos de carga aérea y de emergencia durante toda la crisis y ahora están listos para recibir a los pasajeros comerciales de manera segura una vez más”.
El “Reinicio Seguro de la Aviación” se sustenta en un enfoque armónico basado en evidencia científica. Destaca la necesidad de recolectar la mayor cantidad de datos para asegurar una trazabilidad de la enfermedad antes del viaje, los que deben ser compartidos entre las autoridades y la industria aérea.
En aeropuertos, previos al viaje, se pone énfasis en el control de la temperatura y escaneos términos no invasivos, la distancia social y uso de elementos de protección. También destacan el privilegio de medidas como el check-in electrónico, etiquetado y entrega de equipaje automático, además de un embarque que asegure la distancia social.
En vuelo, las organizaciones de aviación destacan el rol que cumplen los filtros HEPA en los aviones que renuevan el aire cada tres minutos y eliminando el 99,9% de los gérmenes como bacterias y virus. Este equipamiento hace posible garantizar que un pasajero se siente al lado del otro con total seguridad dado que el riesgo de transmisión es muy bajo. También se recomienda reducir los movimientos dentro de la aeronave para minimizar cualquier tipo de riesgos. El uso de mascarillas es obligatorio hasta que las autoridades lo determinen.
A la llegada al aeropuerto de destino, recomiendan a los Gobiernos implementar controles biométricos y electrónicos para reducir el contacto físico y el traspaso de objetivos. Al igual que el embarque se deben asegurar filas con distanciamiento social. También se aconseja a las autoridades simplificar las formalidades para eliminar cualquier posibilidad de contacto. En ese sentido, sugieren que es posible que las salas de arribo tengan que ser reacondicionadas. Para efectos de conexiones, Gobiernos y los aeropuertos deben reconocer las medidas en los terminales de origen y eliminar procesos de chequeo adicional de pasajeros y cuellos de botellas “innecesarios”.
Fotografía portada – Simón Blaise