Independiente de la drástica caída de operaciones y de demanda que enfrenta desde mediados de marzo, LATAM Airlines Group reporta una mejora significativa de 17% en su resultado operacional del primer trimestre 2020 (1Q2020) en comparación con el mismo periodo 2019. La cifra porcentual muestra a una línea aérea previo a la crisis con sólidas perspectivas de crecimiento como consecuencia de restructuraciones anteriores y mayor flexibilidad que le permiten adaptarse a distintos escenarios.
De acuerdo con LATAM, el resultado se explica por los ajustes realizados en la red de rutas a nivel doméstico e internacional durante 2019 y a una reducción de costos de 7,6% en el primer trimestre 2020 en comparación a igual periodo del año anterior. Adicionalmente, se pueden agregar mejores perspectivas en algunos mercados antes de la pandemia que alientan a un crecimiento y generación de eficiencias.
En el 1Q2020, los ingresos totales reportan un descenso de 6,8% y un nivel de endeudamiento estable con relación a fines de 2019, indicando que la compañía viene cumpliendo con sus compromisos.
“Pese a que durante marzo enfrentamos la fuerte caída de la demanda por el COVID-19 y las restricciones sanitarias impuestas por los gobiernos, lo que implicó que ese mes redujéramos nuestra oferta en 30%, el resultado operacional fue superior al del primer trimestre de 2019 y demuestra que, previo al inicio de la crisis, la compañía visualizaba perspectivas muy positivas”, señala Roberto Alvo, CEO de LATAM.
Como consecuencia de las restricciones unilaterales impuestas por los Gobiernos y la drástica caída en la demanda a partir de mediados de marzo, LATAM registra pérdidas por US$2.120 millones en el 1Q2020. Según la compañía, lo anterior se explica fundamentalmente por el menor valor contable de activos por US$1.729 millones producto de la crisis, el que no afecta la caja.
El caso de LATAM Airlines Group demuestra el drástico impacto que está teniendo la pandemia del COVID-19 en el transporte aéreo. La paralización de las operaciones con las restricciones de movilidad al interior de los países y el cierre de las fronteras afecta a todos los operadores por igual, destruyendo las finanzas de compañías más grandes con buena salud y ambiciosos planes de crecimiento. Adicionalmente, evidencia que se trata de una crisis externa que no está relacionada -al menos en el caso de LATAM- por una gestión económica deficiente.
“Los resultados del primer trimestre reflejan el buen desempeño que LATAM venía demostrando antes de la crisis del COVID-19, y que se traducen en los resultados operacionales obtenidos, menores costos y una sólida gestión de pasivos”, agrega Alvo. “La pérdida contable es una consecuencia natural del impacto que ha tenido el COVID-19 sobre toda la industria, donde inevitablemente los activos de las compañías aéreas se desvalorizan ante la imposibilidad de operar”.
Tanto LATAM como cualquier línea aérea de la región y el mundo, enfrentan hoy un escenario altamente incierto y adverso. Sin embargo, a diferencia de otras partes del mundo, donde los periodos de confinamiento han sido de aproximadamente tres meses con una evolución positiva de control del COVID-19, en Chile, Brasil y otros países de Sudamérica, las medidas parecen no tener efectos por una multiplicidad de factores que se entrecruzan, lo que incluye sin dudas a variables políticas.
Considerando la relación entre evolución de los casos y restricciones sanitarias, se estima que la compleja situación por la que atraviesan los países sudamericanos es compleja y preocupante. Se infiere prolongación de las medidas sanitarias que dificulta la recuperación económica, incluyendo la reactivación del transporte aéreo, especialmente con decisiones políticas de Argentina y Colombia que limitan la actividad aérea hasta fines de agosto. El caso más adverso es el de Argentina, cuyo Gobierno no permite la comercialización de pasajes hasta el 01 de septiembre.
Fotografía portada - Airbus