A pesar de que reconoce avances en las últimas dos semanas, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) advierte un escenario altamente adverso para las líneas aéreas chilenas como consecuencia de la paralización del transporte aéreo. Como muchos países de la región, el avance del COVID-19 continúa generando en Chile problemas sanitarios y económicos que entregan un panorama desfavorable, incluso superior al de Europa.
La semana pasada, IATA expone ante la Comisión de Transportes del Congreso la importancia que tiene la industria aérea para un país como Chile. En su presentación, resalta los riesgos que conlleva no contar con un apoyo del Gobierno al sector, especialmente en términos de conectividad e impacto económico.
“Sabemos que el Gobierno de Chile está trabajando muy de cerca con las líneas aéreas, pero no con la rapidez que uno esperaba como en otros países”, señala Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Américas y el Caribe. Si bien reconoce avances y una valoración de sectores políticos respecto de la importancia que tiene la industria aérea, enfatiza que se está llegando a un momento crítico.
Cerdá valora la decisión del Gobierno respecto a LATAM. Sin embargo, también tiene palabras para inferir que no es suficiente. “El Gobierno de Chile no puede permitir que LATAM como cualquier línea aérea fracase”, sentencia.
Diversas opiniones consideran que las reacciones del Gobierno de Chile hacia la aviación como otros sectores económicos e incluso de la población están “a la deriva” o son “poco claras” frente a la urgencia que se demandan. Según informaciones de prensa, la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, menciona la posibilidad de contar con un plan de apoyo con medidas de corto y mediano plazo.
De acuerdo con las estimaciones de IATA, la paralización del transporte aéreo puede representar la pérdida de 13.700 empleos directos y alrededor de 57 mil indirectos en industrias derivados o dependientes de la aviación de los cuales la mayoría son pequeñas y medianas empresas (PYMES). El aporte de la aviación al Producto Interno Bruto (PIB) de Chile es de US$7 mil millones de los cuales US$1,9 mil millones son atribuibles al turismo.
IATA viene elevando el impacto desde marzo a medida que se extiende la enfermedad y las restricciones impuestas por los Gobiernos. Para Chile como para toda la región pone urgencia en la necesidad de ayudas debido a que los recursos que cuentan las líneas aéreas se están acabando.
“La mayoría de las compañías aéreas a nivel global tienen una liquidez para tres o cuatro meses máximos. En América Latina, vamos para los cinco meses donde el 93% de las operaciones regulares están en tierra. Eso va a ser más tiempo que China o Europa”, puntualiza Cerdá.
En su análisis, menciona que los Gobiernos latinoamericanos han tomado medidas muy agresivas frente a la pandemia del COVID-19, pero se han ido extendiendo sin que ello se refleje en un descenso de la enfermedad aumentando la incertidumbre y también la urgencia. “Nuestras compañías aéreas se van a encontrar con el escenario de estar en tierra incluso cinco meses”. Por consiguiente, reitera que la importancia en contar con ayudas tal como lo hacen en Estados Unidos y Europa.
Actualmente, América Latina es la región cuyos Gobiernos realizan menos aportes al transporte aéreo, incluso inferior al de los países africanos. Por acciones líderes de algunos Estados como Brasil y Colombia, a fecha de hoy apenas se han comprometido ayudas por US$0,3 mil millones. La situación en la región sorprende considerando que años anteriores algunos países como Chile o Panamá, destacaban a nivel mundial por mantener un activo enfoque pro-aviación.
Según Cerdá, el futuro de las líneas aéreas actualmente considera tres opciones: el cese de operaciones, acogerse a medidas de protección de la bancarrota -como es el caso de Avianca o LATAM-, o recibir ayudas gubernamentales para asegurar la liquidez, continuidad y los empleos.
Fotografía portada - Simón Blaise