Consejo de Lufthansa rechaza condiciones de rescate y surgen advertencias ante una injerencia del Estado en empresas

Pocos días duró las noticias de las ayudas propuestas por el Gobierno de Alemania a Lufthansa. Si bien esta ventana no está cerrada, el Consejo de Supervisión de Lufthansa Group ha rechazado las condiciones impuestas por la Unión Europea para aprobar el paquete económico de estabilización propuesto a través del Fondo de Estabilización Económica (WSF, por sus siglas en alemán).

La Comisión de la Unión Europea está solicitando como condición que Lufthansa se desprenda de slots en los aeropuertos de Frankfurt y Múnich donde posee un porcentaje significativo de participación. Los reguladores europeos señalan que la principal compañía aérea de Alemania posee más de dos tercios de las cuotas de operaciones en dichos aeropuertos. Sin embargo, es preciso de aclarar que ello no representa obstáculos para el ingreso de nuevos operadores, por el contrario, en los últimos años se reporta un aumento de ello, especialmente en Múnich. Algo similar ocurre en Viena o Zúrich, donde Austrian y Swiss poseen una cuota de alrededor 60%.

“El Consejo de Supervisión toma nota de las condiciones indicadas por la Comisión de la Unión Europea. Estas implicarían un debilitamiento de la función del hub de Lufthansa en los aeropuertos de Frankfurt y Múnich. El resultado sería un impacto económico para la compañía y para los planes de pago de las medidas de estabilización, así como diversos escenarios alternativos que deben ser analizados individualmente”, declara tras la reunión del miércoles 27 de mayo.

Lufthansa Group considera que las condiciones exigidas disminuyen su posición competitiva, no tanto en Alemania, sino frente a otros grandes conglomerados con los que compite como Air France – KLM e IAG. En el caso del holding franco-holandés, si bien hay exigencias para disminuir vuelos no se imponen condiciones de desprenderse de slots en sus principales hubs. Las medidas se orientan a disminuir vuelos en rutas domésticas -generalmente menos competitivas- donde existan alternativas de transporte como el ferrocarril, en atención a demandas políticas de sectores ambientalistas.

Independiente al rechazo de las condiciones, el Consejo de Lufthansa Group sigue considerando a las medidas económicas del WSF como “la única forma viable para mantener la liquidez y continuidad de la línea aérea”. En ese sentido, se espera una fuerte negociación con los reguladores a fin de eliminar la solicitud o al menos reducirla.

En paralelo, la eventual participación del Estado alemán después de 23 años en Lufthansa comienza a ser cuestionada. A las aprensiones iniciales de Carsten Spohr que manifiesta a principios de mayo que no acepta injerencias políticas en gestiones empresariales, se suman las de Ryanair y de expertos.

Ryanair señala que la participación del Estado en Lufthansa representa una alteración de la libre competencia en los próximos cinco años. Además, advierte que esta acción podría perjudicar el avance de otros operadores dado que Lufthansa podría operar bajo los costos en aeropuertos hub.

“El Gobierno alemán sigue ignorando las normas europeas cuando le conviene para subvencionar a las grandes empresas alemanas, pero da lecciones a todos los demás gobiernos europeos sobre cómo respetar las normas”, sentencia Michael O’Leary, CEO de la línea aérea de bajo costo y tarifas bajas irlandesa.

Otros cuestionamientos están relacionados a la alta incertidumbre que implica una gestión estatal, por más transitoria que esta sea. De acuerdo con analistas económicos en Alemania, las bajas perspectivas de recuperación a corto plazo de la industria aérea dificultan que el Estado pueda recuperar la inversión mediante una venta de acciones como sugiere el acuerdo.

También se cuestiona la injerencia estatal en el sentido de que el Estado es generalmente un “mal empresario”. La participación estatal representa una distorsión por lo que su acción debe limitarse sólo a las funciones de normar y fiscalizar la actividad económica, además de actuar en periodos de crisis cuando se presentan casos excepcionales como alza de precios o monopolios. En ese sentido, la intervención se justifica por ser “una solución a situaciones puntuales”, evidenciando su rol “invisible” y protector de la sociedad. Para justificar su acción ante emergencias, están las contribuciones permanentes que los privados realizan a través del pago de impuestos u obligaciones.

Fotografía portada – Lufthansa

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