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Delta cancela la adquisición de cuatro A350-900 de LATAM, pero mantiene su compromiso en establecer el JBA

Como parte de las acciones establecidas en el marco proceso de reestructuración bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, Delta Air Lines informa la cancelación del compromiso para adquirir cuatro Airbus A350-900 de LATAM. Los aviones estaban incluidos en los términos de la alianza entre ambas compañías que, entre otras acciones, incluye un acuerdo de negocio conjunto (JBA, por sus siglas en inglés).

Como consecuencia de la decisión, Delta debe pagar una penalidad por US$62 millones a LATAM que, en circunstancias actuales, representa un ingreso adicional para atender la crisis. La línea aérea con base y hub en Atlanta, mantiene su compromiso de adquirir los pedidos por 10 A350 informados en abril luego de que la firma chilena cancelara dichas órdenes a Airbus.

Actualmente, LATAM dispone de 13 A350-900 de los cuales cinco estaban subarrendados a Qatar Airways. En los últimos días, la compañía de Doha devuelve cuatro aparatos como parte de los movimientos de flotas y ajustes de capacidad ante el incierto escenario actual.

Bajo el proceso de reestructuración del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, se espera que LATAM se desprenda de recursos que no sean esenciales para la reorganización, incluyendo de aquella capacidad que no permita atender la demanda en el corto plazo. Lo anterior, puede incluir la salida de aviones que actualmente están en régimen de arriendo.

El destino de los A350, por ahora, se mantiene incierto. Por un lado, la utilización de estos aparatos pueden ser un aporte en términos de conseguir mayores eficiencias y ahorros necesarios en el proceso de reestructuración. Por otro, la mayor capacidad en comparación a otros aviones de la flota crea desafíos para asegurar una operación lo más rentable posible.

El A350 es estratégico en el plan de flota de Delta, especialmente tras el anuncio de la desprogramación de los Boeing 777-200ER/-200LR. Sin embargo, al desprenderse de estos cuatro aviones, la firma de Atlanta vuelve a ajustar su capacidad futura en función del escenario que se proyecta para los próximos meses.

Independiente del ingreso de LATAM al Capítulo 11, Delta manifiesta su confianza en su inversión y en el establecimiento de un JBA, firmado a principios de mayo. La opinión de la compañía estadounidense es una señal de confianza y de convicción en la urgencia de crear fortalezas a largo plazo para enfrentar todo tipo de escenarios.

“Seguimos firmemente comprometidos con nuestra asociación con LATAM y creemos que surgirá con éxito una aerolínea más fuerte y un socio de Delta a largo plazo”, señala Ed Bastian, CEO de Delta.

A nivel de industria, se espera que la reorganización de LATAM Airlines Group pueda tener una acción positiva en términos de conseguir las aprobaciones respectivas de las autoridades regulatorias en distintos países donde el JBA debe ser revisado. Una vez que se obtengan, ambas compañías podrán generar sinergias y combinar sus redes de rutas y destinos entre Norteamérica y Sudamérica, para brindar a los viajeros una experiencia de viaje fluida y alta conectividad.

Desde septiembre 2019, Delta y LATAM vienen generando distintos tipos de acuerdos dentro de su asociación. Entre estos están la implementación de los acuerdos de código compartido, beneficios en los programas de lealtad, conexiones más fluidas en los hubs y servicios a los pasajeros en aeropuertos.

El JBA de Delta y LATAM es un movimiento estratégico que marca un punto de inflexión en el mercado aéreo latinoamericano. La alianza marca un quiebre drástico entre todos los actores de la región y a nivel global, donde las dos partes obtienen una posición de ventaja.

Fotografía portada – Aldo Martinelli

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